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29 de enero de 2013

¿Somos ingeniería o bricolaje?


Somos una consecuencia de la evolución. Mejor o peor. Si realmente fuéramos perfectos y fabricados bajo los planes de un Creador (como afirman algunos) seríamos una auténtica chapuza. Sí, funcionamos; pero hay chapuzas que funcionan (unas más que otras, claro). Nada mejor para ilustrarnos que unos párrafos del genetista François Jacob y la conclusión de Eric Kandel, Premio Nobel de Medicina de 2000. Nos hablan sobre cómo ha actuado la evolución moldeando nuestros cuerpos y de nuestras mentes.


François Jacob dice:
A menudo se ha comparado el funcionamiento de la selección natural con el trabajo de un ingeniero. Sin embargo, esa comparación no es feliz. En primer lugar, […] el ingeniero trabaja conforme a un plan previo. En segundo lugar, el ingeniero que idea una estructura nueva no recurre necesariamente a otras anteriores. La bombilla eléctrica no proviene de la vela ni el motor de reacción es un descendiente del de combustión. […] Por último, los objetos totalmente nuevos que produce el ingeniero, al menos el buen ingeniero, alcanzan el nivel de perfección que permite la tecnología de su época.
A diferencia del ingeniero, la evolución no produce innovaciones a partir de cero. Trabaja con lo que ya existe, ya sea transformando un sistema para que cumpla una función nueva o combinando varios sistemas para generar otro más complejo. Si de todos modos uno deseara usar una comparación, habría que decir que ese proceso no se parece a la ingeniería sino al bricolaje. Mientras que el trabajo de ingeniería exige los materiales y las herramientas que corresponden exactamente al proyecto, el bricolaje recurre a trastos viejos. […]
Para construir un objeto viable, el bricoleur usa lo que encuentra al alcance de la mano: cartones viejos, trozos de cuerda, de madera o de metal. Elige un objeto que por casualidad guardó en el taller y le da una función imprevista. Con una vieja rueda de automóvil hará un ventilador, con una mesa rota, una sombrilla.
Y Kandel concluye:
En los organismos vivos, las capacidades nuevas se generan modificando levemente moléculas ya existentes y ajustando su interacción con otras moléculas también existentes. Durante mucho tiempo se creyó que los procesos mentales de los seres humanos eran únicos, y por ese motivo algunos de los primeros investigadores del cerebro esperaban hallar muchas clases nuevas de proteínas en lo más recóndito de la materia gris.
En cambio, hemos descubierto muy pocas proteínas específicas del cerebro humano y ningún sistema de señales exclusivamente suyo. Casi todas las proteínas cerebrales tienen parientes que cumplen funciones similares en otras células del cuerpo. Incluso las proteínas que se emplean en procesos específicamente cerebrales, como las que actúan como receptores de los neurotransmisores, no son exclusivas del cerebro.
Todo lo viviente está compuesto por los mismos elementos, incluso el sustrato de nuestros pensamientos y de nuestros recuerdos.
Eric Kandel, En busca de la memoria. 

Fuente: 

Historias de la Ciencia

7 de septiembre de 2012

Corea del Sur a editoriales de textos escolares: “Ignoren a los creacionistas”

(CC) knittymarie

(CC) knittymarie

Este año la Sociedad para Revisar Textos Escolares realizó una campaña en Corea del Sur para intentar que se quiten referencias a la evolución del Archaeopteryx (el antepasado de las aves) y de los caballos en los textos de estudio para la educación secundaria, bajo el pretexto de que los estudiantes deben aprender ‘varias’ teorías acerca del desarrollo de la vida en la Tierra.

Ante la polémica, pues las editoriales de textos escolares habían aceptado eliminar las referencias, el gobierno realizó un panel de 11 miembros liderados por la Academia Coreana de Ciencia y Tecnología, con cinco expertos en evolución y fósiles, para supervisar las revisiones a los textos de ciencia de los colegios.
El panel concluyó que el Archaeopteryx debe ser incluido en los textos de estudio, y reafirmó que la teoría de la evolución es una parte esencial de la ciencia moderna que todos los estudiantes deben aprender en la escuela, enfatizando que el actual debate científico acerca de que si el Archaeopteryx fue el ancestro de las aves o sólo un ejemplar de dinosaurio con plumas no debilita la teoría de la evolución en sí.

El panel también aceptó que la explicación de la evolución de los caballos era muy simplista, y que debía ser revisada o reemplazada con un ejemplo mejor, como la evolución de las ballenas. El gobierno coreano respaldó estas conclusiones y les indicará a las editoriales de textos escolares que reporten la implementación de estas revisiones antes que publiquen los nuevos textos del 2013.

La respuesta de la Sociedad para Revisar Textos Escolares fue que volverán a protestar contra el gobierno por descartar a sus expertos del panel, y afirmo que seguirá luchando para tener ‘mejores’ textos escolares de ciencias.

Mientras que en Chile la polémica está dada por el seminario “¿El Origen de las Especies en la Tierra: ¿Evolución o Diseño Inteligente?“, realizado ayer en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, y que causó una protesta pública por parte del Director del Museo Nacional de Historia Natural, Claudio Gómez, junto a Marta Alfonso, Profesora de la Universidad Estatal de Kansas.

Fuente:

FayerWayer

3 de septiembre de 2012

El Dios de los anticientíficos

Los conservadores afinan la inventiva para colar sus teorías como verdades avaladas por la ciencia Ahora cambian de estrategia y evitan citar la Biblia como fuente.


Los ultraconservadores quieren explicar la creación según la Biblia. / THE BRIDGEMAN ART LIBRARY

Si alguna asociación de la prensa diera un premio a la mejor ocurrencia del verano, el de este año solo podría recaer en Todd Akin, el congresista republicano por Misuri que alcanzó notoriedad el pasado 19 de agosto con su invención de una “violación legítima” que rara vez deja preñada a la víctima. Por “legítima” no debe entenderse “aceptable” —ni el congresista Akin llegaría a tanto—, sino “propiamente dicha”, por oposición a una violación aparente, ficticia o fingida, en que la mujer ha consentido, en el fondo, y que por eso produce embarazos. Un estofado de fantasías que, en realidad, no debería escandalizar a nadie a estas alturas.

La ocurrencia del congresista Akin no es más que el último ejemplo de una venerable tradición anticientífica de la derecha cristiana de Estados Unidos, el influyente sector ultramontano del Partido Republicano. Cuando la ciencia no se aviene a su doctrina, despliegan una apabullante artillería de pseudoverdades, falsedades propiamente dichas, interpretaciones sesgadas y sofismas descarados para negar, refutar o desacreditar la ciencia.

La historia se ha repetido, y con toda probabilidad se seguirá repitiendo, con los climaescépticos que niegan el cambio climático para oponerse a toda reducción de emisiones de dióxido de carbono y de cualquier otro gas; los activistas contra el matrimonio gay que niegan a las parejas del mismo sexo la calidad humana necesaria para adoptar niños —y hasta pretenden curarles la homosexualidad—, los supremacistas de la raza blanca que se autorrefutan con las teorías que sostienen o la campaña numantina, esta ya de calado internacional, contra la investigación con embriones humanos, la clonación y las células madre.

El origen de esta estrategia se remonta al siglo XIX —con la publicación por Darwin en 1859 de El origen de las especies—, o como mínimo a 1925, cuando el Estado de Tennessee emprendió la primera acción legal para prohibir la enseñanza de “cualquier teoría que niegue la historia de la creación divina del hombre descrita en la Biblia y pretenda, en su lugar, enseñar que el hombre ha descendido de los animales inferiores”. Los pleitos de este tipo han llegado en buena forma al siglo XXI, con el creacionismo transmutado en una teoría pseudocientífica, la del “diseño inteligente”, que ha alcanzado cotas de sofisticación inimaginables en el Tennessee de los años veinte.

Los argumentos que utilizó en 2005 el Consejo de Educación de Kansas, por ejemplo, para que las escuelas públicas de ese Estado enseñaran la biología evolutiva en pie de igualdad con el Génesis, tenían una altura técnica considerable: las discontinuidades del registro fósil y el problema de la emergencia de la primera célula a partir de sus componentes químicos. El diseño inteligente cuenta con teóricos que tienen todos los papeles académicos en regla, como Michael Behe, profesor de bioquímica en la Universidad de Lehigh, Pensilvania, y autor del superventas del creacionismo La caja negra de Darwin.

Pese a tanta sutileza pseudocientífica, los defensores del diseño inteligente revelan sus verdaderas intenciones con una claridad admirable. El principal promotor de la teoría, el Instituto Discovery, quiere “derribar no solo el darwinismo, sino también su legado cultural” en aras de “una total integración de la ley bíblica en nuestras vidas”. Y el padre del movimiento, el antiguo profesor de Derecho Phillip Johnson, explicó desde el principio la estrategia a seguir: “Hay que sacar la Biblia y el Génesis fuera del debate, y formular los argumentos de modo que suenen aceptables en el mundo académico”. No se puede decir más claro.

La desconcertante salida del congresista de Misuri tiene una explicación similar. Akin, candidato republicano al Senado en las próximas elecciones, es un antiabortista que busca apoyos entre los amplios sectores provida de su estado. Al igual que nuestro ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, busca el apoyo de esos sectores oponiéndose al aborto por malformación del feto, Akin lo busca rechazando el aborto en los supuestos de violación.

El creacionismo se ha transmutado en la teoría del 'diseño inteligente'

Un mito antiguo y extendido entre los antiabortistas norteamericanos es que la violación nunca causa el embarazo de la víctima, con el corolario inmediato de que ninguna mujer debería abortar aduciendo haber sido violada. Pero los datos no se avienen. Según la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF por sus siglas en inglés), la ONG de referencia en el mundo en este terreno, más del 5% de las violaciones resultan en el embarazo de la víctima.

Por esta razón, la filial estadounidense de IPPF, la Planned Parenthood Federation of America, promueve que los métodos de contracepción de emergencia, como la píldora del día siguiente, se generalicen a todos los casos de violación. Calcula que así se evitarían 22.000 embarazos no deseados al año solo en Estados Unidos. Y también por esta razón el congresista Akin se vio forzado a recurrir a esa categoría especial de “violaciones legítimas”.

Según esta renovada doctrina de Misuri, los argumentos antiabortistas tradicionales siguen valiendo para las “violaciones legítimas” —que no preñan—, y el 5% de violaciones que acaban en embarazo no serían “violaciones legítimas” —la mujer habría consentido—, y por tanto tampoco deben servir de excusa para abortar. Frente a los hechos, nada mejor que seguir en sus trece. La explicación de Akin para este fenómeno de su propia invención merece mención aparte. Dice que la mujer tiene “mecanismos que intentan apagar todo el tema”.

Sin abandonar la cuestión del aborto, la máxima del fundador del movimiento del diseño inteligente —olvidarse de la Biblia y presentar los argumentos con un aire de respetabilidad científica— pudo verse en acción también en España en la primavera de 2009, cuando 2.000 expertos apoyaron la llamada Declaración de Madrid, un manifiesto antiabortista que pretendía fundamentarse en argumentos científicos. Fue promovido por César Nombela, presidente del CSIC en la etapa de Aznar, y otros científicos próximos a la Iglesia católica, como el catedrático de genética de la Universidad de Alcalá Nicolás Jouve.

El Instituto Discovery pretende borrar el "legado moral" de Darwin

La Declaración de Madrid se firmó “en defensa de la vida humana en su etapa inicial, embrionaria y fetal” con la intención explícita de alterar el trámite parlamentario del proyecto de ley de aborto del Gobierno de Zapatero, que es la actual en vigor. La declaración, que contaba con el apoyo de 129 miembros de las Reales Academias, sostenía que cualquier iniciativa legislativa que afecte al régimen jurídico del aborto debe asumir, “como premisa”, el hecho de que “la vida de un ser humano se inicia con la fecundación, cuando queda constituida la información genética propia de cada vida humana”.

Los argumentos de sus ponentes tenían un estilo plenamente técnico. Por ejemplo, que “tras la determinación genética singular existente en el núcleo del cigoto, primera manifestación corpórea del nuevo individuo, todo es cuestión de divisiones celulares, crecimiento y diferenciación celular programada genéticamente”, en palabras de Jouve. Nadie citó a la Biblia. Y los firmantes tenían todas sus credenciales académicas en regla, como en el caso de Behe citado más arriba. Para el público general puede ser dificultoso distinguir esas apariencias de un verdadero argumento científico.

Y, de hecho, para inactivar esa iniciativa política fue necesaria una reacción masiva de la élite científica española, incluidos los directores de los institutos del CSIC de Ciencias del Mar, Ciencias de la Tierra, Ciencia y Tecnología de Polímeros, Acústica, Química Orgánica General, Investigación en Inteligencia Artificial y Diagnóstico de Enfermedades Moleculares, y del Centro Nacional de Microbiología, el Centro de Referencia Linux, la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA), el Instituto Canario de Ciencias Marinas, el CIC biomaGUNE, el Instituto de Neurociencias de Castilla y León y el departamento de biotecnología de la Oficina Europea de Patentes. Estos científicos no opusieron un manifiesto abortista a la Declaración de Madrid. Se limitaron a señalar que la ciencia es neutral sobre ese punto.

En el actual debate del aborto abierto por Gallardón no ha habido por el momento declaraciones de Madrid de ningún tipo.

Fuente:

El País Ciencia


12 de junio de 2012

Corea del Sur se apunta a la cruzada contra la evolución



En las costas de Corea se encuentra uno de los yacimientos más importantes del planeta de dinosaurios. Espero que los creacionistas no lo dinamiten con su estilo talibán

Según informa el corresponsal de la revista Nature en Corea del Sur, este país se rinde a las demandas de los creacionistas. El asunto ha llegado tan lejos que incluso los creacionistas de EEUU sentirán envidia cuando lean esta noticia.

El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Coreano informa que ha demandado a las editoriales que eliminen de los textos toda referencia a evidencias a favor de la evolución, como por ejemplo la existencia de fósiles de transición. Así organismos como el Archeaopteryx o el Ambulocetus dejarán de existir para los estudiantes de ciencias coreanos. La campaña creacionista está organizada por la “Society for Texbook Revise” (STR) que quiere eliminar cualquier información acerca de la evolución con el fin de los alumnos sean instruidos en una “visión correcta del mundo”. De la misma forma, cualquier referencia a la evolución humana será eliminada, en una censura dictatorial y premeditada, tal y afirma el profesor de evolución coreano Joonghwan Jeon.

El STR es una rama independiente de la Asociación Coreana para la Investigación de la Creación, una organización que basa su ideario en una lectura literal del Génesis bíblico.
Que la barbarie aumenta, es algo que no sorprende, al fin y al cabo es un fenómeno cíclico en nuestra historia. Lo que me llama la atención es que de seguir a este ritmo, los de mi generación llegarán a contemplar la Edad Media con sus propios ojos. Que el FSM nos acoja entre sus tallarines.

24 de febrero de 2012

El obispo también viene del mono

El evolucionista Richard Dawkins y el jefe de la iglesia anglicana reeditan en la Universidad de Oxford la más famosa refriega del darwinismo


Richard Dawkins y Rowan Williams, a su llegada a la Universidad de Oxford. / ANDREW WINNING

Mucho han evolucionado los obispos desde que el de Oxford le preguntó a Thomas Huxley, el bulldog de Darwin, si él creía venir del mono por parte del abuelo paterno o del materno. Un siglo y medio después de aquella salida gloriosa, la Universidad de Oxford ha querido reeditar la reyerta con unos modales más británicos. El debate entre el evolucionista y ateo militante Richard Dawkins y el obispo de Canterbury, Rowan Williams, ha alcanzado hoy alturas estratosféricas y profundidades teológicas sin llegar a las manos. No ha resuelto la naturaleza de Dios, pero al menos ha servido para saber que los obispos ya admiten venir del mono. Por vía paterna y materna.

El debate entre Huxley y el entonces obispo de Oxford, Samuel Wilberforce, se celebró en 1860, solo siete meses después de que Darwin publicara El origen de las especies, y la ocurrencia de Wilberforce se ha convertido desde entonces en el chascarrillo obligado sobre lo mal que le sentó el libro al clero. La reedición de hoy ha tenido lugar en el solemne salón de actos de la facultad de Teología de la Universidad de Oxford. Su solo título ya rizaba el pelo: La naturaleza del ser humano y la cuestión de su origen último.

Si la actitud de Williams, que es el jefe de la iglesia anglicana, es representativa de la mentalidad religiosa actual, o al menos una avanzadilla de ella, el último siglo y medio de teología responde al esquema del God of the gaps, o Dios de los huecos: una teología que va aceptando la evidencia científica, aunque sea murmurando, y deja a Dios el papel de ir rellenando los huecos allí donde la ciencia actual no alcanza.

El debate ha alcanzado alturas estratosféricas sin llegar a las manos

Williams, al igual que el Vaticano, acepta ahora la evolución biológica, pero sigue creyendo que tiene un propósito superior. También admite que el ser humano proviene del mono, lo que deja a Dios el dificultoso papel de insertarle un alma en algún momento de la evolución de los homínidos. Acoge de mil amores el Big Bang —lo más parecido a una Creación que ha producido la ciencia, y encima formulado por un cura—, pero frunce el ceño frente a la inmensidad del cosmos, y no hablemos ya de los universos paralelos que conjeturan muchos físicos teóricos. Puede que Dios utilice la ciencia, pero solo si es para crear al hombre.

Es curioso que no haya sido el obispo de Canterbury, sino el ateo Dawkins, quien haya logrado orientarse entre todas esas brumas de las capas altas o altísimas de la atmósfera para señalar el problema verdaderamente vital que tienen las religiones en nuestro tiempo: “El perdón de los pecados y la salvación de las almas”.

Dawkins, como Einstein y otros científicos, opina que las religiones viven del miedo que sienten sus feligreses ante la intranscendencia de la vida y la certeza de la muerte. Es poco probable que el grueso de los creyentes se preocupe por la causa última del Big Bang o el fino ajuste de las constantes físicas mientras no le resuelvan esas cuestiones más acuciantes.

El científico también le ha soltado al obispo una de sus refutaciones favoritas de la existencia de Dios. La teoría del diseño inteligente —versión posmoderna del creacionismo norteamericano— sigue sosteniendo lo mismo que la teología natural de los tiempos de Darwin, que deducía la existencia de Dios a partir de la complejidad de sus criaturas. Dawkins argumenta, en cambio, que un diseñador inteligente debe ser aún más complejo que las criaturas a las que pretende dar explicación, luego no les da ninguna.

Como ocurre a veces en este tipo de debates, los ponentes han adoptado a menudo el lenguaje del adversario con la intención —invariablemente frustrada— de llevarse el gato al agua. Así, el obispo de Canterbury ha hablado con cierta soltura de “consciencia autorreflexiva”, bases binarias, mutaciones saltatorias, genes del lenguaje, el carácter predecible de los sistemas emergentes, o la falta de él, el mecanismo de transferencia de la información genética y la naturaleza de los procesos evolutivos antes de la aparición de las primeras moléculas autorreplicantes. Hasta se ha disculpado por el hecho de que los redactores de la Biblia no tuvieran ni idea de la física del siglo XX, lo que ha suscitado la comprensión del público.

Dawkins ha atemperado en cierta medida su lengua viperina

Dawkins también ha atemperado en cierta medida su lengua viperina. Por ejemplo, no ha dicho que la existencia de un Creador sobrenatural fuera imposible, sino “extremadamente improbable”, con esa vocal muy larga en las segundas sílabas que saben poner en Oxford. Hasta ha llegado a admitir la relevancia de las “macromutaciones”, aunque solo en la evolución de las plantas.

Pero su mejor momento fue cuando el obispo de Canterbury le preguntó: “¿Acaso el conocimiento humano se puede explicar por la evolución?”, y él respondió: “Mire usted, no entiendo ni la pregunta”.

Ese es el Dawkins que cabreaba a los obispos en otros tiempos. Ay Dios, cómo se echa de menos a Samuel Wilberforce.


El universo, la Biblia y el origen de la vida

¿Cómo se creó el universo?

Richard Dawkins: “¿Cómo podemos hablar de la evolución y los millones de años de desarrollo y diseño y luego decir: sí existe Dios? ¿Por qué no reconoce que hay elegancia y belleza en la idea de que la vida apareció de la nada, movido por las leyes de la física?”

Rowan Williams: El arzobispo admite que está admirado de esa belleza, pero asegura que él no podría explicarla solo por las leyes de la física. “Una mezcla de amor y matemáticas”, dice el religioso. Así explica la belleza de la creación.

¿Cómo se originó la vida en el universo?

R.D.: La selección natural explica mucho de este proceso. Se trata de imaginar cómo en el primer momento las moléculas estaban en el espacio. Pero nadie sabe realmente cómo se originó la primera molécula que dio origen a la vida. Piensa que tal vez la primera formación fue parecida al RNA (ácido ribonucleico).

¿Estamos solos en el universo?

R. D.: ¿Cómo puede ser que por casualidad la vida solo haya logrado formarse en las moléculas de la tierra? El universo debe estar lleno de vida.

La Biblia y el universo.

R.W.: Los autores no se referían a la creación de la vida, sino a lo que Dios quería señalar. Con la Biblia se quería explicar en realidad el concepto de pecado.

Fuente:

El País (España)

2 de octubre de 2011

Científicos británicos piden combatir el Creacionismo en la escuela

Especial: Educación




Un grupo de 30 científicos británicos, entre ellos Richard Dawkins y Sir David Attenborough, ha firmado una petición al gobierno de David Cameron para combatir el creacionismo en las aulas.

El gobierno laborista anterior había publicado una guía para las escuelas que indica que el Creacionismo no debería enseñarse a los alumnos, pero ni el último gabinete de Gordon Brown ni el actual gabinete conservador han cimentado la orientación en la ley.

La creencia religiosa de que la humanidad, la vida y la Tierra fueron creados por Dios en seis días, ha encendido la controversia debido a su creciente popularidad.

La petición dice que las teorías del Creacionismo y el Diseño Inteligente no son teorías científicas, pero son retratados de esa manera por los "fundamentalistas religiosos" que tratan de que sus opiniones sean promovidas en las escuelas financiadas con fondos públicos.

También reclama la enseñanza de la Teoría de la Evolución, tanto en Primaria cono en Secundaria y en todas las escuelas. La idea popularizada por Charles Darwin afirma que todas las cosas vivientes se desarrollaron a partir de organismos primitivos a través de un proceso de selección natural.

El grupo de científicos firmantes asegura que organizaciones tales como Truht in Science (Verdad en la Ciencia) están alentando a los docentes a incorporar el 'diseño inteligente', una variante del Creacionismo, en sus enseñanzas en las escuelas. Para combatir esto, proponen la introducción de una "guía de orientaciones exigibles que impida en centros de enseñanza sostenidos con fondos públicos que se presenten como científicas estas teorías.

"Verdad en la Ciencia" ha negado las acusaciones. "Queremos poner de relieve la debilidad científica de la neo-darwinismo y fomentar un enfoque más crítico de la enseñanza de la evolución en las escuelas y universidades", dijo en un comunicado esta organización.

El gobierno ha dicho que no aceptará ninguna propuesta de academia o escuela privada encaminada a la enseñanza del Creacionismo en el currículo científico o como alternativa a las teorías científicas aceptadas
Enlace
Fuente:

Europa Press

19 de septiembre de 2011

Ciencia y religión en 'El árbol de la vida'

Brad Pitt, en un fotograma de la película 'El árbol de la vida'.

Brad Pitt, en un fotograma de la película 'El árbol de la vida'.

¿Por qué hay algo en vez de nada? ¿De dónde venimos? ¿Es nuestra existencia una fortuita carambola cósmica del azar o el diseño de una inteligencia superior? ¿Y es la muerte una aniquilación definitiva de la conciencia o la puerta a otra realidad? 'El árbol de la vida', la monumental película del enigmático Terrence Malick que se acaba de estrenar en España, es una 'colosal sinfonía de imágenes' que se enfrenta a estas inmensas, eternas preguntas del animal humano. Y lo hace con una ambición quizás sólo comparable, como ya se apuntaba el otro día en este periódico, al '2001' de Stanley Kubrick. El resultado final puede gustar más o menos, pero parece incontestable que ésta no es una película cualquiera, sino una de esas obras que marcan época, y sobre la que se seguirá hablando y discutiendo durante mucho tiempo.

Este artículo no se enmarca en la sección de Cultura sino en la de Ciencia, y por lo tanto su objetivo no es hacer crítica de cine, sino poner sobre la mesa algunas reflexiones sobre el peso y la inspiración del conocimiento científico en la película de Malick, y su tensa relación con la fe religiosa.

Una oda a la belleza del cosmos

Una de las imágenes del Hubble en 'El árbol de la vida'. | NASA.

Una de las imágenes del Hubble en 'El árbol de la vida'. | NASA.

En primer lugar, la pretensión del filme es nada más y nada menos que vincular el microcosmos de una familia en un pequeño pueblo del Texas de los años 50 con el macrocosmos del origen y la evolución del Universo. La película salta continuamente de las alegrías y miserias de un padre, una madre y sus tres hijos al Big Bang, el nacimiento de las galaxias, las estrellas y los planetas, el surgimiento de la vida, la aparición de los dinosaurios y su extinción tras la caída de un meteorito… En este sentido, el filme es una oda cinematográfica a la belleza del cosmos, y expresa con una apabullante catarata de imágenes la inconmensurable cadena de acontecimientos fortuitos (¿o no?) que llevan al protagonista interpretado por Brad Pitt o a cualquier otro bípedo pensante de la especie 'Homo sapiens' a encontrarse de repente en su diminuto rincón del mundo, preguntándose "¿qué hago yo aquí?".

Podría decirse, por tanto, que 'El árbol de la vida' bebe de todo lo que la investigación astronómica, geológica y biológica ha ido desvelando a lo largo de los siglos sobre el (minúsculo) lugar del ser humano en la inmensidad del Universo. Pero además, la ciencia no sólo ha inspirado a Malick desde un punto de vista filosófico, sino que muchas de las imágenes que utiliza para componer su impresionante himno a la creación son fotografías reales de galaxias, estrellas y planetas captadas por el mítico telescopio Hubble de la NASA, así como de sondas como la nave Cassini, también de la agencia espacial estadounidense.

Al ver las secuencias de la película que plasman ese contraste entre la majestuosidad del cosmos y la ridícula irrelevancia de la criatura humana, me vino a la cabeza una de esas inolvidables sentencias de Stephen Hawking: "Sólo somos una especie avanzada de mono en un planeta menor, que orbita una estrella de tamaño medio, pero podemos comprender el Universo, y eso nos hace muy especiales".

'Diseño inteligente'

Sin embargo, Malick -a diferencia de Stephen Hawking y no digamos ya de científicos de radical militancia atea como Richard Dawkins- no se resigna a aceptar que sólo seamos primates evolucionados debido al azar puro y duro, en un Universo ciego e indiferente a la miseria humana, donde después de la muerte sólo nos espera la nada. Al contrario, su película apuesta claramente por la hipótesis de Dios como una explicación más convincente para la belleza cósmica, y en este sentido algunos podrían acusarle de haber forjado una parábola cinematográfica en defensa de la polémica teoría del 'diseño inteligente'.

Pero en cualquier caso, independientemente de si al final uno se identifica con la metafísica de Malick o acaba irritado por su dimensión mística, me parece innegable que 'El árbol de la vida' ofrece un banquete de eso que los ingleses llaman 'food for thought' (alimento para la reflexión), sobre nuestro lugar en el Universo, y la cadena cósmica que ha llevado a una circunstancia tan extraordinaria como la posibilidad de que yo ahora mismo pueda escribir estas palabras, y usted pueda leerlas.

Fuente:Enlace

El Mundo Ciencia

10 de septiembre de 2011

“Creacionismo científico” (II): Proyecto de creacionismo científico: atraer y capturar un pterodáctilo vivo


Hace un par de días publicábamos la primera parte de una circular enviada a los miembros de un grupo evangélico donde se pedían donaciones para dos ambiciosos proyectos creacionistas (¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo? o el “Creacionismo Científico”). En ella contábamos el primer proyecto. Hoy vamos a desvelar el segundo.

Posiblemente, muchos lectores esperábais que esta segunda parte consistiera en una nueva recaudación de fondos para un “museo creacionista”, una réplica del Arca de Noé o una maqueta a tamaño natural del paraíso .

Si este era vuestro caso, os habéis quedado cortos sin duda alguna. Es cierto que también se solicita una aportación económica para su realización, pero el objetivo del segundo proyecto creacionista es muchísimo más surrealista de lo que cualquiera nos hubiéramos podido imaginar.

NOTA: Todas las imágenes de esta entrada están tomadas de las que ilustran la circular. Por increíble que parezca, representan la documentación original que apoya la petición (pulsando sobre ellas pueden ampliarse).

¿Intrigados?

Proyecto nº 2: Atraer y capturar un pterodáctilo vivo ¡¡¡(dinosaurio volador vivo) !!!

Así como suena. Estos señores solicitan ayuda económica para capturar un pterodáctilo vivo. Obviando el error menor en la clasificación (los pterodáctilos no eran dinosaurios, sino pterosaurios), empezamos a dudar de la cordura del autor. ¿Ciertamente confía en que alguien se desprenda de su dinero para tal campaña? Quizá leyendo sus justificaciones logre convencernos:

Hasta ahora, nunca he dado a conocer los detalles de este proyecto.

Normal; hace falta mucho valor para “dar a conocer” esto. Y además, si los diste, no quedará ningún testigo: morirían todos de un ataque agudo de risa, fijo.

“Todo empiezó para mí con una promesa que me dio el Señor:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y SEÑOREAD en los peces del mar, en LAS AVES (hebreo – ‘los que vuelan’ ) de los cielos…” (Génesis 1:26)

Acabáramos: si el Señor dice que debemos señorearnos de todo lo que vuela, pterodáctilo a la cazuela, faltaría más. De hecho, cuando leí por primera vez esa parte de la Biblia, siendo niño, lo primero que pensé fue “voy al campo a buscar un pterodáctilo” si no me llegan a pillar por el camino para una pachanguita futbolera, ahora sería rico y famoso…

“Me animé más por el testimonio del cristiano Adolfo Chino, de los huicholes (nativos mexicanos) de haber visto muerto en un río de la Sierra Madre del estado de Jalisco, una criatura voladora rara: año- 1998 También el chofer de autobus y 13 pasajeros vieron planeando a las 2PM Febrero 2002 a distancia del bus de 30 metros un volador de 6 a 7 metros por sus alas.

Pero.. un momento. Los pterosaurios no tenían mucho más de un metro de envergadura alar, ¡además de fósil viviente tenemos un ejemplar gigante! Esto promete.

Como prueba de tales afirmaciones, se acompañan con una foto del nativo huicholes y del conductor del autobús señalando lo que vieron (hemos editado las fotografías para ocultar el rostro de ambas personas, ellos no tienen la culpa de la utilización de su imagen)

Esto… ¿pero lo que están señalando estos señores no son dibujos de un libro? Vaya, esto si que son pruebas gráficas indiscutibles, y no las borrosas fotos de OVNIs que enseñan algunos.

Ardiendo en deseos de que llegue el momento de invertir mi dinero para confirmar tan impresionantes avistamientos, continuamos la lectura:

La foto 7: mujer casi agarrada

La foto 7: mujer casi agarrada

“Pero más impresionante fue la mujer que casi la agarró un volador a las 6AM, diciembre, 2006 en un pueblo menos de 4 horas de camino de mi casa (veáse foto 7). Me dijo que se veía como la criatura en la portada de mi libro de pterosaurios.

Le puedo asegurar, caballero, que el que se ha quedado impresionado ante tal evidencia fotográfica ha sido un servidor. Jamás podría negar la existencia de los pterodáctilos después de ver esta imagen. No me extraña que la haya enmarcado y todo; la ocasión lo merece.

¿Como? ¿Que en la foto solamente se ve a una señora con los brazos en alto y ningún bicho? Vosotros lo que sois es una panda de escépticos ateos, ¡es que ya se había ido, joer. Si se ve claramente! Estos evolucionistas, siempre negando las evidencias…

Dejemos que el buen hombre siga apabullándonos con argumentos y pruebas indiscutibles:

“Desde 2007, he intentado de localizar a tales voladores. NADA. Inclusive, varios me han dicho que por más 100 años personas en todo el mundo han buscado a los pterosaurios (dinosaurios voladores) sin encontrarlos. “

¿Por qué será que no me sorprende?

“Me dicen: “¿COMO CREES TU DE SER DIFERENTE Y ENCONTRARLOS? Digo yo– NO LOS VOY A BUSCAR. ¡LOS VOY A ATRAER! ¿Te acuerdas de la película de GODZILLA? (ver foto 10) Lo buscaban por todos lados de Nueva York y no lo hallaron. Dijo el científco: “No lo busquen. Hazlo que venga a ustedes.”

La segunda prueba más impactante tras la señora de los brazos en alto: ¡la película Godzilla ofrece las claves para atrapar dinosaurios! (digooo… pterosaurios). Por supuesto, la prueba documental (foto 10) es también irrefutable, a la par que terrorífica. Si estáis sintiendo curiosidad por ver la documentación gráfica que este hombre aporta para reforzar su argumento, debo advertiros que es espeluznante, pudiendo hacer que las creencias que habéis tenido durante toda la vida se derrumben de un plumazo. Si aún así, y a pesar de las advertencias, queréis ver las pruebas, pulsad aquí.

Armado con tales evidencias, y tras la pista segura del lagarto volador, nuestro héroe nos confía su plan infalible para capturar al pobre bicho:

Aquí es entonces EL PLAN:

La máquina

La máquina

1— Conseguir permiso para 2 hectarias (141M x 141M) unos kilómetros de distancia de pueblos habitados.

Ni metro más, ni metro menos, que el protocolo es el protocolo…

2— Alrededor de una área 100M x 100M, levantaré con maquina un muro de 3M de tierra.

Sí, porque a mano sería un poco pesado.

3— Hacer “una cenaduria de comidas”: cerdos muertos, ovejas muertas, chivos muertos, sangre y piezas de res, desperdicios, piel de pescado, y animales vivos: cerdos, ovejas, y chivos.

Me pregunto porqué los pterodáctilos no acuden a los millares de comederos de aves carroñeras que hay en todo el planeta ¿quizá por ser todos comederos y que a nadie se le haya ocurrido poner un cenadero?

4— El área será cercado con una malla especial para prevenir la entrada tanto de personas como de animales como perros, coyotes, ratas, etc. Solo animales voladores podrán entrar.

Todo el mundo sabe que los pterodáctilos tienen un pánico terrible a las ratas.

El plan infalible

El plan infalible

5— Una red de muchas cámaras infrarrojas para ver de noche. Todas las cámaras serán ligadas a pantallas de computadoras en el centro de vigilancia.

¡Bien pensado! porque cámaras infrarrojas para ver de día sería tirar la pasta.

6— Una vez que llegue un pterodáctilo, con el rifle de gas comprimido de bioxido de carbon , se tirará un dardo anestético para hacerlo “dormir”.

Pues anda que no tiene que ser chungo un dardo “anestético”, o al menos debe ser feo de cojones…

El rifle y los peligrosos dardos "anestetizantes"

El rifle y los peligrosos dardos "anestetizantes"

7— Una vez adormecido el animal, se pegarán radio transmisores para poder localizarlo si escapara.

Espero que con cianocrilato, que los pterosaurios se mueven mucho.

8— Tomar videos, fotos, muestras de sangre, ADN, saliva, excremento, medidas, peso, etc.

Por eso de ahorrar plata, quizá con las muestras de sangre y saliva puede ahorrarse realizar una extracción de ADN en mitad del campo dentro de una zanja de tres metros rodeado de sángre, vísceras y animales muertos, que además debe ser muy incómodo.

9— Los videos serán subidos a YouTube por teléfono satélite para que vea y sepa TODO EL MUNDO Y ¡PARA LA GLORIA DE DIOS!

¡De nuevo, bien pensado! Google vídeos no tiene ni la mitad de visitas que YouTube.

10— Meterlo en una juala de bambú de 10cm diámetro los troncos.

Sí, sí, mejor elegir un material de alta seguridad, que mira lo que les pasó a los de Parque Jurásico por utilizar jaulas de acero…

El teléfono satélite

El teléfono

"Visión de noche, oscuridad"

La cámara...

Bambú, mira tu...

Bambú, mira tú...

¡Y la jaula!

¡Y la jaula!

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¿Te puedes imaginar el impacto al mundo, teniedo un pterodáctilo, un dinosaurio volador ¡VIVO! ?

No puede usted ni sospechar lo que llego a imaginarme…

Lamentablemente, aquí acaba la descripción del proyecto. A continuación vuelve a solicitarse que el lector (i) Ore a Dios que sea provisto el dinero y (ii) done parte del mismo (no vaya a ser que las oraciones no funcionen, que una cosa es ser creacionista y otra gilipollas).

No obstante, destacamos una de las indicaciones de pago que no especificamos en el anterior proyecto, pero que ante la envergadura y originalidad de este segundo, posiblemente sea capaz de tentar a más de uno:

Quiero (mi preferencia) que fuera una sola donación de los USD$97,000 ‘o’ 10 de a USD$10mil.

De esto si que sabe…

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Prueba creacionista de la coexistencia de humanos y dinosauriosEnlace

Prueba creacionista de la coexistencia de humanos y dinosaurios

¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo? o el “Creacionismo Científico”

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Cuando debatimos con alguien que se autodenomina “creacionista científico”, nos suele marear con disquisicones sobre que los últimos descubrimientos apoyan la tesis de la creación independiente de todas las especies, de que la evolución no se sustenta como teoría científica y especialmente, que su postura no se basa en valoraciones éticas o religiosas.

En muchos artículos hemos afirmado que tales afirmaciones son falsas, y que tanto el creacionismo como la doctrina de diseño inteligente, no son disciplinas científicas sino religiosas, tratándose de una serie de postulados y dogmas espirituales que no solamente carecen de base empírica alguna, sino que no siguen los métodos ni los procedimientos necesarios para ser considerados ciencia.

Pensamos que estos modernos predicadores tienen dos caras: una la que muestran públicamente para evangelizar, donde suelen ir de críticos, apoyando a los científicos disidentes que el stablishment se niega a reconocer. La otra, la muestran en privado, ante sus acólitos, enseñando más claramente los dogmas y las escrituras sagradas que en muchas ocasiones no sacan en sus discusiones para no ser acusados de religiosos. También pensamos, sinceramente, que en la mayor parte de los casos no se trata más que de un negocio para obtener dinero fácil de los incautos, donde unos charlatanes esquilman a un rebaño de crédulos que se deja atrapar por sus cantos de sirena.

Hace poco, hemos recibido una prueba de esta doble moral o, al menos, de esta doble fachada junto con el interés económico que mueve a muchos de estos “pastores científicos”. Se trata de una circular enviada a los miembros de un grupo evangélico donde no se andan con disimulos, ni para atacar a la evolución de la forma más demagógica que nos podamos imaginar, ni para pedir dinero.

El mensaje comienza con la siguiente introducción:

Te invitamos ser una parte CLAVE en DOS (2) proyectos impactantes globales de CREACIONISMO.

Deberías saber que no solo en el último siglo murieron mil millones de bebés abortados, JUSTIFICADOS por la enseñanza de la evolución, sino que también millones de personas muertas por guerras igualmente JUSTIFICADAS por la evolución.

Si esto no fuera suficiente causa para oponerse a la evolución y promover las verdades del Creacionismo, además solo el Cielo de Dios conoce cuantos millones de personas perdieron la fe en la Biblia y en el Salvador Jesucristo, y por esto se fueron al Infierno eternamente.

Ahí es nada: los abortos y las guerras están justificadas por la evolución. Eso es ciencia, sí señor. Bueno, al menos hay algo de lo que no parece tener la culpa Zapatero…

Continúa el mensaje:

“Para que tú seas parte de este gran mover de Dios, tan necesario en este momento de la historia del mundo, te invitamos a ser una parte clave para sigan penetrando al Mundo el Creacionismo.

Bien, aquí ya nos invitan a luchar activamente contra demonios, abortistas y generales de división que siembran el mundo de muerte en nombre de Charles Darwin. Veamos en que consiste.

PROYECTO #1 — Este proyecto, al oirlo, puede sonar que no es gran cosa, pero déjame explicarlo. El proyecto es terminar la construcción de las oficinas, bodega, laboratorio y casa-hogar para CIENTIFICOS CREACIONISTAS. Esta estructura servirá como la sede del movimiento creacionista. Sería la fuente de materiales, investigaciones y comunicaciones al mucho hispano. Su influencia no se puede calcular.

En un lapso de tres años se ha comprado el terreno, y consiguieron los permisos para construir. Luego fue la conexión de agua potable –100 metros de distancia hasta el terreno. Luego, por el otro lado, se instalaron 130 metros de drenaje para conectar al sistema de alcantarilla. Al final, se hicieron las columnas y cimientos. (Favor de ver las fotos. 1, 2, 3,). En este momento nos faltan USD$97,000 para terminar los dos pisos de construcción y los acabados.
1— Ora a Dios que sea provisto este dinero.
2— Dona una parte del mismo. Al final de este email, se explican las maneras para hacer llegar tus donaciones.

Una de las fantásticas imágenes que ilustran el ambicioso proyecto.

Una de las fantásticas imágenes que ilustran el ambicioso proyecto.

No falta de nada. Una sede del “movimiento creacionista” que albergará a “científicos creacionistas” para realizar investigaciones y comunicaciones al mundo hispano. Ahí estamos, sin prejuicios. Son tan científicos estos creacionistas, que ya saben lo que va a concluir la investigación. Así se entiende que, lógicamente, no necesiten dinero para equipamiento, únicamente para el edificio. Total, para “himbestigar” no hace falta mucho aparato.

¿Cómo puedes ayudar? Pues haciendo actividad científica: rezando y por supuesto, pagando. ¿Adivinan ustedes a quien? pues según indican las instrucciones para donar al final del email, ni más ni menos que a la cuenta personal de un conocido “divulgador” creacionista.

Ora y paga, contra la evolución abortista!

(El segundo proyecto lo dejamos para dentro de un par de días, no vaya a producirse una sobredosis de indignación)

Tomado de:

La Ciencia y sus Demonios)

5 de abril de 2011

¿Se puede convencer a un creacionista de qué sus ideas son falsas?

Esa es una duda que, aunque no queramos reconocerlo, nos asalta cada vez que uno de ellos entra de forma educada en un debate. ¿Cómo se puede demostrar que la evolución es un proceso natural que existe ante los ojos de un creacionistas?, ¿cuándo admitirán alguna de las miles de evidencias como prueba científica?, o ¿cuándo al menos aceptarán que un dato experimental es al menos una evidencia que apoya la teoría de la evolución? Hasta ahora parece que la única respuesta que existe es “nunca”. O al menos eso es válido para muchos de ellos.

Esto se puede corroborar fácilmente. Por ejemplo la revista creacionista más importante en Estados Unidos, “Answers in Genesis” (AiG) califica como prioridades:

1. Los aspectos científicos de la creación son importantes, pero son secundarios en comparación con la proclamación del evangelio de Jesús.
2. Las doctrinas del Creador y la Creación no pueden ser separadas en ningún caso del evangelio de Jesús.

O lo que es lo mismo, la ciencia es secundaria ante los evangelios.

El propio Jonathan Sarfati, un reputado miembro de “Creation Ministries Internacional” escribió en AiG: “la diferencia entre los creacionistas y los evolucionistas no reside en las evidencias, sino en las presunciones por las cuales interpretamos las evidencias”. Desde esa perspectiva AiG rechaza el consenso que la comunidad científica ha alcanzado en temas como cosmología, geología, lingüística, paleontología y evolución biológica. Esta es una “curiosa” manera de entender lo que para ellos es una teoría científica.

Pero tampoco debemos generalizar, hay excepciones, en este colectivo hay discrepancias, no hay una posición homogénea, aunque la postura de AiG sea la más conocida, por tener mayores canales de difusión. Pero hay instituciones educativas donde la enseñanza del creacionismo es un eje central de su filosofía de ser, y entre ellas hay distintas maneras de transmitir esta información.

Una institución académica estuvo en el punto de mira de la audiencia televisiva de los estadounidenses, el Wheaton Collage de Illinois, ya que fue el protagonista de un documental titulado “Evolución, ¿y Dios?” (“What about God?”, en su versión inglesa). Esta institución se define a sí misma como cristiana liberal cuyo lema es “Por Cristo y su reinado”. Sin embargo, pese a su presunto liberalismo todos los profesores deben de firmar una declaración de fe, donde entre otras muchas declaraciones hay una que dice.

NOSOTROS CREEMOS que Dios creó directamente a Adán y Eva, los padres históricos de toda la raza humana; y fueron creados a su imagen y semejanza, distintos de el resto de criaturas vivas…

Pese a esta declaración de intenciones, esta institución cristiana evangélica no gusta a muchos de los literalistas bíblicos. Así en el reportaje televisivo se puede observar cómo se producen las discusiones de ciencias que deben de darse en una comunidad académica, de hecho se enseña biología y geología, y se invita a profesores evangélicos que trabajan como biólogs evolutivos en otras universidades (como por ejemplo el Dr. K.B. Miller de la Kansas State University) a que expliquen las evidencias que apoyan la teoría de la evolución a los alumnos y que discutan con los alumnos sobre este tema. Eso levanta ampollas en los fundamentalistas cristianos, tanto es así que AiG ha constatado que mientras el 47% de los alumnos que se matricularon de primer año en el Wheaton Collage defendían una Tierra joven, pero solamente el 27% lo seguía creyendo al final de los estudios. Mención aparte merece el caso de la señora que mandó a su hija a esta institución, con desagrado porque era demasiado liberal (sic) y que estaba observando un cambio en la forma de pensar de su hija. Así afirmó delante de las cámaras que estaba muy preocupada, ya que ”prefería antes ver muerta a su hija que comprobar que ha perdido la fe” (sic).

La idea que intentan vender los fundamentalistas que dirigen AiG o el museo del creacionismo (Ken Ham entre ellos) de que hay una solidez y uniformidad entre los creacionistas no es del todo cierta. Pueden que sean uno de los grupos con más recursos económicos, ya que últimamente están moviendo cantidades ingentes de dinero, puede que coincidan con el resto de grupos evangelistas en que no se debe de enseñar la teoría de la evolución, pero su visión de la Tierra joven y la literalidad de la Biblia no está tan extendida como ellos creen. De hecho, pese a que en USA mucha gente no considera la teoría de la evolución como un hecho demostrado, en una encuesta realizada por AiG se comprobó que más del 90% de los profesores de ciencias no cree en la opción de la Tierra joven.

Como la propia Academia de Ciencias de USA indica, esos porcentajes pueden ser disminuidos si hay un esfuerzo para que los estudiantes entiendan lo que significa la teoría de la evolución, el sinsentido que representa tomar la Biblia como un libro científico y lo importante que el conocimiento de la evolución es para áreas tan fundamentales para el desarrollo humano tales como la biomedicina, la agricultura, la biotecnología o la ganadería.

Sin embargo este mensaje optimista de la Academia de Ciencia no es compartido por biólogos evolutivos con amplia experiencia en debates con creacionistas. Así Ken Miller a la pregunta de “¿Cómo debe de ser explicada la evolución para que un creacionista la acepta?” no dice que “no se puede, ya que ellos en realidad hablan de otra cosa, no de ciencia”. Aquí lo explica con más detalle:



Por su parte Richard Dawkins tampoco es muy optimista. Para ello nos cita el caso de Kart Wise, creacionista de la Tierra joven y PhD en geología por la universidad de Harvard. Según Darwin, Wise le dijo que “si tuviera ante mí todas las evidencias que confirmasen la edad de la Tierra (el dato que da la comunidad científica), sería el primero en admitir que las pruebas son correctas, pero aún y así seguiría siendo creacionista de la Tierra joven”. Esto nos lleva a los que dice K.Miller, en realidad ellos hablan de otra cosa:


Y dado que, según los físicos, si hay materia también ha de existir la antimateria, si existe AiG también debe de existir
No Answers in Genesis

Fuente:


La Ciencia y sus Demonios

23 de marzo de 2011

Texas permitirá que los profesores cuestionen la evolución en clase de ciencias



Hay momentos en que la libertad de cátedra y las medidas contra la discriminación pueden ser usadas precisamente para censurar contenidos legítimos o para hacer pasar contenidos metafísicos como ciencia. Eso es lo que acaba de ocurrir en Texas donde, una medida recién aprobada permitirá a los profesores cuestionar la evolución en clase, y enseñar alternativas a la misma como ciencia.

Situaciones parecidas ya se han vivido en el pasado, cuando este tipo de amparo gubernamental existía, y han acabado de una forma muy similar, a pesar de que parece claro quién actuaba de forma correcta. Por un lado algunos profesores tienen problemas para enseñar evolución en clase de ciencia en diversos distritos educativos. Alumnos, padres y organizaciones religiosas pelean para que la evolución sea desterrada de las aulas porque afirman que eso no es ciencia. ¿Qué libertad está aquí coartada, la de los profesores de ciencias o la de los padres? La obligación de un profesor de ciencias es la de transmitir al alumno todas las teorías científicas, aportar las evidencias en que se sustentan y promover un análisis crítico de las mismas. En la actualidad todos los datos que posee la comunidad científica indican que la biodiversidad del planeta es el resultado de un proceso evolutivo llevado a cabo durante muchos millones de años. No mostrar esa información es censurar contenidos científicos. Pero por mostrar esa información Susan Epperson fue expulsada de un colegio de Arkansas. Eso ha ocurrido en muchos lugares de EEUU, donde algunos profesores temen enseñar la evolución por la intransigencia religiosa de los padres. Y esa censura existe a lo largo y ancho de todo el planeta, desde países que se proclaman democrático hasta estados con regímenes teocráticos donde la palabra libertad queda aplastada por toneladas de dogmas asfixiantes.

Pero también tenemos el caso contrario, el de profesores que amparados en la libertad de cátedra se olvidan de sus obligaciones e intentan transmitir a sus alumnos su ideología o su creencia, más allá de lo que impone ser un educador. ¿Imagina que un profesor ferviente seguidor de la astrología explicara ésta en clase, indicando que los astros tienen un efecto sobre nuestro comportamiento, o que en clase de química alguien explicara como fabricar oro basándose en escritos milenarios? En un plano exagerado es lo que se hace cuando alguien explica en clase que hay un diseñador sobrenatural responsable de la génesis y variación de los organismos. O como el otro día un seguidor del diseño inteligente manifestó en este mismo medio: “se necesitan explicaciones que trasciendan la materialidad del Universo”. Eso no es ciencia, y por tanto no debería de enseñarse en clase de ciencias. Pero claro, cuando una parte importante de la población desprecia a la evolución (porque ni siquiera sabe lo que es) y el apoyo a profesores que expliquen alternativas a éste vienen por parte del “primo de Zumosol” (como el Discovery Institute) que pone el dinero y apela a “la libertad de expresión” o la ley de Godwin si es necesario (recuerdese el planfleto Expelled), el terreno está abonado para que las obligaciones de todo profesor de ciencias que presuma de serlo puedan abonarse sin consecuencias. No sólo sin consecuencia sino con amparo público.


Justamente esto último es lo que está pasando en Texas, con la colaboración de las autoridades académicas de este estado. Según podemos leer en el Christian Post, el estado de Texas no podrá llamar la atención a los profesores que expliquen otras “alternativas a la evolución como el diseño inteligente u otras variantes”. No sé si estas últimas incluyen los ritos de los nativos locales, sería interesante introducir una moción para que por el bien de la no discriminación también se enseñen, lástima que los apaches no cuenten con un museo de la creación.

La táctica del Discovery Institute de hacer avanzar el DI en base a “enseñar la controversia” está funcionando de maravilla, tal y como ya pronosticaron Barbara Forrest y Paul R. Gross al afirmar que “el diseño inteligente, el caballo de Troya del creacionismo”. Esta táctica pretende expulsar la evolución de las aulas, en beneficio de visiones religiosas y sobrenaturales; sustituir una ciencia basada en el método científico, en el análisis y la razón, por unos conocimientos prefijados, incuestionables y que no admiten ser puestos en duda. Pura religión disfrazada de léxico científico.

Es importante hacer notar que aquí que es una de las primeras apuestas “a la mayor” que veo. No es un debate sobre si la teoría sintética de la evolución, también conocida como neodarwinismo, es la que mejor explica el origen de los diferentes seres vivos, no, es mucho más, se está dudando de si existe evolución o no. Todo profesor de ciencias sabe que la evolución está más que probada, y partiendo de ese hecho se intentan explicar los mecanismos que diferentes científicos, desde épocas anteriores a Lamarck hasta nuestros días, han postulado para explicar ese hecho. Eso se ha de acompañar de un estudio de las fortalezas y debilidades de cada teoría, así como investigar en mecanismos alternativos que todavía están sujetos a análisis. Pero aquí se quiere borrar todo eso de un plumazo, se va contra el fundamento de la propia ciencia: la búsqueda en la naturaleza de los mecanismos por lo que ésta funciona. Dudar de la evolución, o decir que hay un ser sobrenatural que la controla a su capricho, es como dudar de la gravedad, de la desintegración del átomo, del movimiento de los astros o afirmar que existe una deidad que controla como se mueve cada galaxia, cada estrella o cada átomo de este universo. Eso es pura metafísica, y ningún profesor de ciencias que se precie debería anteponer sus creencias religiosas a los conocimientos científicos que están obligados a transmitir a sus alumnos.

Fuente:

La Ciencia y sus Demonios

28 de septiembre de 2010

El Diseñador poco inteligente I: Cañerías

Hallábanse dos jóvenes estudiantes, llamados Peláez y Ortigosa, ante el último problema que les había propuesto su profesor y que versaba sobre el diseño de una máquina procesadora de agua, sólidos y gases. La propuesta era aparentemente sencilla: por un extremo de la máquina debían introducirse agua, restos orgánicos y aire atmosférico. En el cuerpo central de la máquina debían situarse dos procesadores independientes: uno de ellos descompondría la materia orgánica y la mezclaría con el agua, para posteriormente expelerla al exterior del aparato. El segundo procesador debía ser capaz de capturar aire del exterior y volverlo a expulsar de tal manera que estuviera circulando continuamente por el interior de la máquina, con el objeto de ventilar el sistema y mantenerlo en una temperatura aceptable.

El profesor sólo indicó una limitación para el diseño: la materia prima de ambos circuitos no podía mezclarse. Si esto ocurría (especialmente si el agua o la materia orgánica penetraban en el circuito del aire), la máquina tendría serios problemas de funcionamiento, pudiendo llegar a quedar total e irremediablemente inservible.

El diseñador inteligente

Peláez, el más metódico de los estudiantes consideró que el peligro de que los compuestos se mezclaran constituía un aspecto vital, y comenzó dibujando un pequeño esquema que asegurar la estanqueidad e independencia de ambos circuitos:

Esquema de Peláez

Esquema 1 de Peláez (corte longitudinal de la máquina)

Antes de construir nada, Peláez siguió trabajando con bocetos, pensando que sería más sencillo cambiar un dibujo que una máquina ya construída. De esta forma, su siguiente paso consistió en ubicar sobre el papel la bomba de aire y el descomponedor de materia orgánica en cada uno de los conductos, ajustando los tamaños, diámetros y colocación de forma precisa:

Esquema 2 de Peláez (corte longitudinal de la máquina)

Esquema 2 de Peláez (corte longitudinal de la máquina)

La turbina produciría un flujo constante de aire que refrigeraba el interior de la máquina, mientras que cada vez que se introducía agua y/o materia orgánica por el otro orificio, el segundo procesador entraría en funcionamiento descomponiendo y mezclando para expulsar el resultado por el orifico de salida correspondiente. Complacido, se le ocurrió introducir una mejora: una serie de tubos que optimizaran la ventilación del interior del mecanismo, así como un pequeño filtro en la entrada de arie con el objeto de que las impurezas arrastradas con éste no dañaran la turbina. Hizo sitio en su esquema y obtuvo el boceto final:

Esquema 3 de Peláez (corte longitudinal de la máquina)

Esquema 3 de Peláez (corte longitudinal de la máquina)

Finalizado el diseño, Peláez procedió a construir la máquina según las especificaciones que había planeado, obteniendo un aparato funcional que entregó orgullosamente al profesor junto con la memoria correspondiente, disponiéndose a esperar la calificación.

El diseñador chapucero

Mientras tanto Ortigosa, mucho menos analítico y -confesémoslo- bastante más chapucero, pensó que sería más rápido comenzar inmediatamente la construcción, sin perder el tiempo en diseños ni dibujitos previos. Así cogió un bloque de metal y practicó un conducto longitudinal con un orificio de entrada y otro de salida:

Esquema de Ortigosa

Prototipo de Ortigosa, fase 1 (corte longitudinal de la máquina)

A continuación, Pedró colocó la turbina y el procesador de materia prima en el conducto practicado, uno a continuación de otro:

Esquema 2 de Ortigosa (corte longitudinal de la máquina)

Prototipo de Ortigosa, fase 2 (corte longitudinal de la máquina)

Aquí se encontró con su primer problema: la máquina necesitaba una perfecta sincronización entre la entrada de aire y la de las otras materias primas, dado que no debían mezclarse en su interior. Pudo programar la turbina propulsora para que funcionara a intervalos intermitentes, pero esto le obligaba a introducir el agua y la materia orgánica durante los cortos períodos en que la turbina estaba parada. Tal procedimiento recalentaba demasiado la máquina al no presentar un flujo constante de aire y, por otro lado, no permitía asegurar una separación perfecta, dado que cualquier desacople en la introducción de agua y materia orgánica producía la indeseable mezca con el aire. Para colmo de males, la turbina se ensuciaba cuando las materias primas pasaban a través de ella, lo que hacía que tras unos pocos ciclos dejara de funcionar, quemando la máquina por recalentamiento.

A pesar de este mal funcionamiento, Ortigosa no estaba dispuesto a empezar de nuevo, e ideó un sistema para separar el propulsor de aire y el procesador de materias primas. No quedaba espacio en la máquina para situar un segundo conducto completo, así que redujo el tamaño de la turbina, hizo un hueco a base de unos cuantos golpes y colocó la nueva y reducida turbina en una ubicación paralela comunicada con el conducto principal mediante un canal secundario:

Esquema 3 de Ortigosa (corte longitudinal de la máquina)

Prototipo de Ortigosa, fase 3 (corte longitudinal de la máquina)

No tardó en aparecer un segundo problema: no había previsto ningún canal de salida de aire, y además la salida de la turbina estaba parcialmente tapada por el procesador de materias primas. Al pobre Ortigosa (que ya le acuciaba el tiempo) no se le ocurrió otra cosa que que diseñar una turbina de “ida y vuelta”, de tal manera que durante unos segundos aspiraba el aire para, a continuación invertir el funcionamiento y expulsarlo por el mismo camino hacia el exterior.

Para colmo de males, encontró que el orificio de entrada era demasiado amplio, con lo que muchas impurezas penetraban en la máquina al aspirar (incluso algún objeto de poco peso pero respetable tamaño). Pensó en colocar un filtro en la entrada, pero entonces el agua y la materia orgánica no podrían penetrar hasta el procesador. La solución que pergeñó fue situar una tapa en el orificio de entrada, practicando un canal auxiliar para aspirar el aire, en el que finalmente pudo colocar un pequeño filtro:

Esquema 4 de Ortigosa (corte longitudinal de la máquina)

Prototipo de Ortigosa, fase 4 (corte longitudinal de la máquina)

De esta forma, cuando funcionaba la turbina en aspiración, se cerraba la compuerta del orificio principal, obligando al aire a entrar por el orificio secundario dotado de filtro. Sin embargo, al invertir la turbina y expulsar el aire, éste podía salir por cualquiera de los dos orificios, en función de que la compuerta estuviera cerrada o abierta.

Este “sistema” solucionó en parte el problema con el aire, pero el circuito de ventilación era demasiado corto, por lo que Ortigosa se vió obligado a situar pequeños conductos auxiliares. Esto produjo un nuevo problema: al ser un circuito cerrado, en los conductos auxiliares no se producía circulación alguna, por lo que Ortigosa colocó una pequeña turbina secundaria y sincronizada con la anterior para asegurar la circulación por el circuito auxiliar, junto con una serie de válvulas que forzaran la circulación en un único sentido:

Esquema 5 de Ortigosa (corte longitudinal de la máquina)

Prototipo de Ortigosa, fase 5 (corte longitudinal de la máquina)

Por fin, Ortigosa creyó haber terminado la máquina: el circuito de aire, aunque poco eficiente, funcionaba razonablemente. La desilusión llegó al introducir el agua y la materia orgánica: si la turbina estaba aspirando en ese momento, la mayor parte de éstos materiales eran arrastrados a la turbina, atascándola irremediablemente (dado que ahora no disponía de conducto de salida). Por el contrario, si la turbina estaba expulsando el aire, el flujo impedía que las materias primas entraran hasta alcanzar el procesador.

Desesperado, deshechó la posibilidad de empezar de nuevo, pensando que tardaría más que tratando de solucionar el problema actual. Al fin y al cabo, la máquina estaba muy avanzada y casi funcionaba.

Ortigosa siguió probando soluciones, y finalmente se inclinó por instalar una válvula al inicio del canal de la turbina, de tal manera que cuando se activara, cerraría el conducto del aire hacia la turbina:

Prototipo de Ortigosa, fase 6 (corte longitudinal de la máquina)

Prototipo de Ortigosa, fase 6 (corte longitudinal de la máquina)

Probando esta última versión del aparato, Ortigosa encontró un último escollo: la compuerta de la turbina se abatía sobre el orificio de entrada de ésta tanto al entrar agua y materia orgánica como al aspirar aire, lo que bloqueaba el circuito. Estando ya realmente apurado, lo que hizo fue endurecer la articulación de la compuerta y taladrarla para que el aire pudiera pasar a su través sin ofrecer demasiada resistencia. Esto tenía un impedimento, y es que el agua o las pequeñas partículas podrían colarse en la turbina, pero Ortigosa confió en que no se introdujera demasiado volumen de agua ni materia orgánica demasiado fragmentada. Lamentablemente, estas medidas obligarían al procesador a trabajar más duramente y con menor efectividad, pero siempre sería mejor que atascar de forma irremediable la turbina.

Prototipo de Ortigosa, fase 7 (corte longitudinal de la máquina)

Prototipo de Ortigosa, fase 7 (corte longitudinal de la máquina)

Ortigosa no estaba demasiado satisfecho, pero decidió que su máquina funcionaba aceptablemente, así que la entregó -eso sí, varios días más tarde que Peláez- y pasó a esperar temerosamente la evaluación por parte del profesor.

Tras examinar las dos máquinas, el docente no tuvo dudas sobre cuál de ambos estudiantes había trabajado de una forma más eficiente y rápida, así como cuál de las dos máquinas funcionaba mejor:

Máquinas de Peláez (izquierda) y Ortigosa (derecha)

Máquinas de Peláez (izquierda) y Ortigosa (derecha)

La evaluación fue, por lo tanto, muy clara: Peláez había construido una máquina sencilla, eficiente y segura en mucho menos tiempo que Ortigosa, que había utilizado muchos recursos de forma innecesaria y con unos resultados muy inferiores: la máquina se calentaba en exceso por el deficiente circuito de ventilación, tendía a atascarse, debía trabajar a mayor esfuerzo del debido y tenía muchas piezas que hacían más probable un fallo en el funcionamiento. Así pues, Peláez obtubo un sobresaliente, mientras que Ortigosa solamente recogió un aprobado raspado, gracias a que -al menos- la máquina funcionaba durante cierto tiempo.

Moraleja: un diseñador piensa primero y actúa después

A cualquier lector le habrá parecido el proceder de Ortigosa totalmente inadecuado e ineficiente, y a todos se nos ocurren varias mejoras que podrían haberse realizado con muy poco esfuerzo y un poco de planificación. Si tuviéramos que elegir a uno de los estudiantes para que nos construyera cualquier aparato, creo que todos nosotros elegiríamos a Peláez.

Por el contrario, y lamentablemente, la naturaleza se parece más a Ortigosa el chapucero que a Peláez el diseñador. La evolución no piensa antes de lanzarse a construir, sino que lo va haciendo sobre la marcha. Adopta soluciones (si éstas aparecen) que no tienen por que ser óptimas, sólo deben permitir que el organismo/máquina funcione algo mejor durante un tiempo.

Si es cierto lo que afirmo, al examinar la solución que evolutivamente se da a ciertas estructuras y organismos sería esperable encontrar más máquinas “tipo Ortigosa” que “tipo Peláez”. Y esto es exactamente lo que ocurre en la naturaleza.

Examinando el diseño de nuestros sistemas respiratorio y digestivo, encontramos muchísimas más semejanzas con el improvisado trabajo de Ortigosa que con el impecable diseño de Peláez.

Aparatos respiratorio y digestivo humanos (izda); porción cefálica (dcha)

Aparatos respiratorio y digestivo humanos (izda); porción cefálica (dcha)

Los conductos de entrada de nuestro aparato digestivo y los conductos de entrada y salida del respiratorio se encuentran comunicados de una manera similar a la máquina de Ortigosa. La cavidad nasal se comunica con la cavidad bucal mediante un conducto común llamado faringe, por el que circulan tanto el aire que respiramos como el agua y los alimentos que tragamos. Posteriormente la faringe se bifurca en la vía respiratoria (laringe y tráquea) hacia los pulmones y la vía digestiva (esófago) hacia el estómago, existiendo una tapadera constituida por la epiglotis que tapona las vías respiratorias durante la deglución. Esto exige una separación temporal muy precisa entre las actividades de respiración y deglución, así como la interposición de varias compuertas y válvulas para evitar los cambios indeseados de ruta.

Lamentablemente, el sistema adolece de tantos errores y riesgos como la máquina de Ortigosa: el aire, el agua y los alimentos se introducen demasiado frecuentemente por los canales equivocados, provocando a menudo problemas digestivos o, lo que es peor, atragantamientos por obstrucción de la laringe que pueden desembocar en consecuencias tan graves como la muerte por asfixia.


¿Porqué no disponemos de dos circuitos separados, dado que nada obliga a compartir conductos entre ambos aparatos?. Esto sería mucho más seguro y eficiente, como la máquina de Peláez. La respuesta es que nuestra funcionalidad respiratoria y digestiva es producto de una diseño chapucero, de una naturaleza que trabaja como Ortigosa: sin pensar y adoptando soluciones sobre la marcha.

Personalmente, dudo mucho que cualquier persona mínimamente religiosa esté dispuesta a atribuir este “diseño” a la premeditación e inteligencia del ser superior al que adora, sería un menosprecio o -como indica el biólogo Francisco Ayala- una verdadera blasfemia.

Fuente:

La Ciencia y sus Demonios

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