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7 de septiembre de 2018

Las indulgencias, pasaportes para llevar el alma al Paraíso

Según la RAE, las indulgencias son la remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la Iglesia, y según la etimología viene del latín indulgentia (benevolencia, bondad o exención de algo, siempre de un superior a un inferior), nombre derivado del verbo indulgeo (ser indulgente o conceder). Establecidas las bases, entremos en la cuestión histórica.



Los primeros antecedentes de la práctica de las indulgencias se remontan al siglo III, cuando las penitencias impuestas a los pecados considerados especialmente graves eran muy severas. Así que, para recuperar a la oveja descarriada, se fue reduciendo la duración y la gravedad de las penas impuestas, sólo a determinadas personas recuperables para la causa y que, a cambio de esa reducción, realizasen determinadas acciones (peregrinación, mortificación, ayuno…) o prestación de servicios, como la primera indulgencia plenaria concedida por el Papa Urbano II en el siglo XI a cuantos participaran en aquella Primera Cruzada contra los infieles. Miles y miles de cristianos de toda clase y condición tomaron la cruz al grito de…
Dios lo quiere.
A partir del siglo XII, la práctica de las indulgencias comenzará a extenderse por toda la Iglesia y, de paso, a pervertir su espíritu hasta convertirse en un auténtico mercado para obtener financiación y los compradores el perdón de sus pecados. Pero Sixto IV fue un poco más allá…
Los que murieron en la luz de la caridad de Cristo pueden ser ayudados por las oraciones de los vivos. Y no sólo eso. Si se dieren limosnas para las necesidades de la Iglesia las almas ganarán la indulgencia de Dios.
Hasta la fecha, los beneficiarios de las indulgencias eran los vivos, pero ahora los vivos podían comprar un pasaje en un crucero de lujo para que sus difuntos saliesen del aterrador purgatorio, donde se redimían las penas, y alcanzar el paraíso celestial. Otra ventaja de este mercado, a diferencia de otros Papas que vendieron reliquias más falsas que Judas u obtenidas de expoliar tumbas de santos, era que al no entregar nada a cambio era un producto inagotable. Una legión de curas recorrieron ciudades y pueblos vendiendo humo que los temerosos de Dios compraban en beneficio de sus difuntos…
pasaportes para llevar el alma al Paraíso
En 1517, el dominico Johannes Tetzel recorría Alemania, como un vendedor ambulante, recaudando fondos para el Papa León X con la venta de indulgencias. Se podían comprar de dos tipos: a posteriori, que liberaban el alma de algún ser querido del purgatorio y a priori, para futuros pecados que pudieses cometer. Ante esta inmoralidad, el 31 de octubre 1517 Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg atacando el mercantilismo de la salvación de las almas. Además, haciendo uso de las últimas tecnologías, la imprenta, consiguió que en sólo dos meses sus tesis fuesen conocidas en toda Europa. Aunque en un principio León X no hizo mucho caso de aquel loco solitario, la buena acogida que tuvo, sobre todo en el centro y norte de Europa, le obligó a tomar cartas en el asunto antes de que le reventase el negocio. En 1521 publicó la bula Decet Romanum Pontficem en la que excomulgaba a Lutero. Lejos de ponerle freno a la contienda, las tesis de Lutero sirvieron para plantear desde varios países de Europa una reforma de la Iglesia. De este movimiento nacería la llamada Reforma protestante que llevaría al cisma de la Iglesia católica, origen del protestantismo (luteranismo y calvinismo principalmente).



Pero también hubo algún comprador que dejó al vendedor de indulgencias compuesto y sin… dinero. El conde de Villamediana, Juan de Tassis, escuchaba atentamente una homilía en la que el párroco se centró en el tema de las almas que vagaban en el purgatorio y de cómo se les podía librar de aquel sufrimiento: un donativo les proporcionaría su viaje al cielo donde ya serían felices cual perdices en primavera. Cuando terminó la eucaristía, el conde se acercó a la sacristía y dejó una moneda de oro sobre la mesa del párroco. Éste, sorprendido por su fama de tacaño, le dijo…
Excelencia, acabáis de sacar un alma del purgatorio.
Padre, ¿las almas que salen del purgatorio pueden volver por alguna razón? -le preguntó el conde.
El cura le dijo que una vez en el cielo ya no era posible volver al purgatorio. El conde cogió la moneda que todavía estaba en la mesa y le dijo…
Pues siendo así, esta moneda ya no os hará falta.
Venta de indulgencias, en la película Lutero (2003). Vemos al padre dominico Johann Tetzel (interpretado por Alfred Molina) realizando su efectiva campaña de marketing....


Hasta la próxima amigos

Lic. Leonardo Sánchez Coello
leonardo.sanchez.coello@gmail.com

16 de enero de 2014

Isaac Newton y sus reflexiones sobre Ciencia y Religión

Un investigador de Universidad de Sevilla ha identificado el texto de Historia Ecclesiastica, un libro que el físico británico Isaac Newton (1642 -1727) escribió en latín donde el científico plantea su visión de la Iglesia antigua como una historia de corrupción dogmática y política. El autor ha restituido la obra a partir de tres manuscritos de la Biblioteca Nacional de Israel (Jerusalén), la principal colección de manuscritos teológicos newtonianos.

Historia Ecclesiastica, que puede leerse ahora por primera vez, destaca por su capacidad para deshacer ideas preconcebidas sobre cómo se construyen la ciencia y la religión.

Esta investigación revela a un Newton que no tiene nada que ver con la imagen de pulcritud matemática con la que por lo común se representa. El lector descubrirá a un científico que corrige una y otra vez en su afán por encontrar las palabras exactas para describir, en un tono de fiscal implacable, por qué el cristianismo se corrompió en el siglo IV, o de qué modo entendía un antiguo hereje la relación entre Cristo y Dios Padre. Para el no especialista, según afirma su autor, esto resultará como mínimo paradójico.

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

21 de marzo de 2013

Cómo calcular la fecha del Domingo de Resurrección

Introducción

Se inicia la Semana Santa planteo la siguiente pregunta: ¿sabéis qué criterio se sigue para asignar la fecha del Domingo de Resurrección cada año?

Yo me he hecho esa pregunta en más de una ocasión viendo que la variedad de fechas para ese día es relativamente grande. ¿Hay algún criterio para asignar fecha a ese día? En el caso de que lo haya (que por otra parte era lo más lógico), ¿en qué se basa ese criterio? ¿Su base es meramente religiosa o hay algo más?

Pues parece que hay algo más. Y, cómo no, lo que hay son matemáticas. Sí, matemáticas, aquí también están. Veámoslo.

Historia

A principios del siglo IV habían surgido varios grupos que calculaban a su manera la fecha del día de la Pascua de Resurrección. No había consenso, cada uno de ellos daba una fecha distinta, por lo que la confusión que rodeaba este asunto era grande. 
En el Concilio de Arlés (año 314) se obligó a todos los cristianos a celebrar la Pascua el mismo día (que sería fijado por el Papa), aunque no todos los grupos estuvieron de acuerdo en ello. Fue en el año 325, en el Concilio de Nicea, donde se alcanzó un principio de acuerdo.

Las normas que debía cumplir el día de Pascua de Resurrección eran las siguientes:
  • La Pascua debía celebrarse en domingo.
  • No podía coincidir con la Pascua judía (que conmemora la salida del pueblo judío de Egipto) para evitar confusiones entre ambas religiones.
  • Que los cristianos no celebrasen la Pascua dos veces el mismo año.
Pero con todo esto seguía habiendo diferencias entre la iglesia de Roma y la iglesia de Alejandría (principalmente relacionadas con el equinoccio de primavera y el cálculo de la edad de la Luna).

La solución final no llegó hasta el año 525, en el que Dionisio el Exiguo (cuyo nombre proviene de su pequeña estatura) sentó las bases del cálculo de la fecha de Pascua (que eran las del método alejandrino). Las premisas iniciales del método son las siguientes:
  • La Pascua ha de caer en domingo.
  • Este domingo ha de ser el siguiente a la primera luna llena de la primavera boreal (si esta fecha cayese en domingo, la Pascua se trasladará al domingo siguiente para evitar la coincidencia con la Pascua judía).
  • La luna pascual es aquella cuyo plenilunio tiene lugar en el equinoccio de primavera (vernal) del hemisferio norte (de otoño en el sur) o inmediatamente después.
  • Este equinoccio tiene lugar el 21 de marzo.
  • Llamamos epacta a la edad lunar. En concreto nos interesa para este cálculo la epacta del año, la diferencia en días que el año solar excede al año lunar. O, dicho más fácilmente, el día del ciclo lunar en que está la Luna el 1 de enero del año cuya Pascua estamos calculando. Este número (como es lógico) varía entre 0 y 29.
Con estas condiciones la Pascua quedaba encuadrada entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

Durante el Renacimiento se construyeron tablas de cálculo para esta fecha, algunas de ellas relacionadas con el número aúreo. En la actualidad el método más sencillo para realizar este cálculo se debe a nuestro admirado Gauss.

Cálculo del Domingo de Resurrección

Como hemos dicho antes, el método más sencillo para el cálculo de esta fecha se lo debemos a quien da nombre a este blog, Carl Friedrich Gauss (como podéis consultar en el extra que encontraréis más adelante, éste no es el método oficial, pero siempre da el mismo resultado). La base del mismo es la aritmética modular. Vamos a explicar en qué consiste:

Definimos diez variables que denotamos así: a,b,c,k,p,q,M,N,d,e. Siendo A el año del que queremos calcular la fecha del Domingo de Resurrección, veamos cómo se define cada una de ellas:
  • a es el resto de la división de A entre 19, es decir, a \equiv A \pmod{19}.
  • b es el resto de dividir A entre 4, es decir, b \equiv A \pmod{4}.
  • c es el resto de la división de A entre 7, esto es, c \equiv A \pmod{7}.
  • k es el resultado de redondear por defecto el resultado de la división de A entre 100, es decir, k= \lfloor \textstyle{\frac{A}{100}} \rfloor.
  • p es el resultado de redondear por defecto el resultado de la división de 13+8k entre $25$, esto es, p=\lfloor \textstyle{\frac{13+8k}{25}} \rfloor.
  • q es el resultado de redondear por defecto el resultado de la división de k entre 4, es decir, q=\lfloor \textstyle{\frac{k}{4}} \rfloor.
  • M es el resto de la división de 15-p+k-q entre 30, esto es, M \equiv 15-p+k-q \pmod{30}.
  • N es el resto de la división de 4+k-q entre 7, es decir, N \equiv 4+k-q \pmod{7}.
  • d es el resto de dividir 19a+M entre 30, o lo que es lo mismo, d \equiv 19a+M \pmod{30}.
  • e es el resto de la división de 2b+4c+6d+N entre 7, es decir, e \equiv 2b+4c+6d+N \pmod{7}.
Calculando el valor de cada una de las variables para el año en cuestión, la fecha del Domingo de Resurrección será la siguiente:
  • Si d+e < 10, la fecha de Pascua de Resurrección será el día d+e+22 de marzo.
  • Si d+e > 9, la fecha de Pascua de Resurrección será el día d+e-9 de abril.
Para esta regla existen dos excepciones:
  • Si obtenemos el 26 de abril (nos salimos del rango establecido), la Pascua será el 19 de abril.
  • Si obtenemos el 25 de abril con d=28, e=6, a > 10, entonces la Pascua será el 18 de abril.
Para ejemplificar el método vamos a calcular la fecha del Domingo de Resurrección de este año 2009 (que como sabemos es el día 12 de abril).
Para el año A=2009 los valores de las variables son los siguientes (como los cálculos son sencillísimos os dejo a vosotros la comprobación):
a=14,b=1,c=0,k=20,p=6,q=5,M=24,N=5,d=20,e=1 Como d+e =21 > 9, entonces la fecha es el d+e-9=21-9=12 de abril, como en realidad es.
Lea el artículo completo en:

Gaussianos
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