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13 de agosto de 2013

Emisión de CO2 durante el compostaje: Indicador de la actividad biológica del compost


Como sabemos, durante el compostaje la materia orgánica experimenta una serie de transformaciones de origen microbiológico que dan lugar a un composts con una materia orgánica estabilizada. Esta transformación incluye la generación de calor, vapor de agua, algunos nutrientes y sobre todo, CO2 como producto final de esta degradación. Por esto, este compuesto es muy estudiado como indicador de la actividad biológica de un compost ya que cuanto mayor sea la emisión de CO2 en un compostaje, mayor será la actividad biológica y viceversa.

¿Cuándo se emite más CO2?

Pues como ya hemos comentado, hay una relación directa entre su emisión y la actividad biológica por lo que es normal un comportamiento como el recogido en la Figura (a). Así, podemos observar una mayor emisión de CO2 durante la etapa que coincide con la fase termófila (la de mayor actividad biológica medida por una temperatura mayor) en las primeras 10 semanas de compostaje. 
Un comportamiento similar podríamos esperar del metano (CH4), aunque hay varios factores que influyen mucho en su emisión como el tipo de residuo que se composta, la generación de condiciones de anoxia y la proliferación de los microorganismos “metanogénicos”. En nuestro caso particular, se observa también un comportamiento similar a la emisión de CO2, durante la etapa termófila. 
CO2 and CH4 are the main gases generated by microbial degradation of OM during composting. In Fig. 3, the surface gas fluxes of both gases are shown and compared to the OM degradation pattern in the five composting mixtures. The emission of CO2 showed a similar pattern in the five piles. The higher CO2 production occurred at the beginning of the process, mainly during the initial 10 wk of composting, characterized by high temperatures (Fig. 2) and consequently higher microbial activity. Afterwards, CO2 fluxes were markedly reduced to levels lower than 200 g C m2 d1, by the end of the thermophilic phase (17 wk), and then CO2 emissions slowly decreased during maturation down to levels lower than 10 g C m2 d1, reflecting the stability of the mature compost. CO2 production has been extensively used as a respirometric index to measure microbial activity (Barrena et al., 2006). The evolution of the CO2 emissions in the five piles reflected the high stability degree achieved by the mature composts, which was confirmed by the changes in the stability and maturity indices used to assess the composting process (Table 1).

La fuente:
Sánchez-Monedero, M., Serramiá, N., Civantos, C., Fernández-Hernández, A., & Roig, A. (2010). Greenhouse gas emissions during composting of two-phase olive mill wastes with different agroindustrial by-products Chemosphere, 81 (1), 18-25 DOI: 10.1016/j.chemosphere.2010.07.022

Tomado de:

Compostando

17 de junio de 2011

Compostar para frenar la desertificación

Especial: Desiertos

España es uno de los países más afectados por la desertificación y la erosión de los suelos. Uno de los componentes claves para evitar esta situación es mantener un buen nivel de materia orgánica. Para este fin, Amigos de la Tierra resalta la importancia del compostaje, como una práctica viable, económica y fácil de aplicar, que regenera el desgaste del suelo a través de la materia orgánica producida.


El 40% de la superficie de España se ve amenazado por severos procesos de erosión y desertificación. En la actualidad, nuestro territorio es uno de los países industrializados más afectados por este problema. Por esta razón, cada vez se hace más urgente implantar medidas preventivas y correctoras que impidan el aumento progresivo de la desertificación.

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) prevé que, en 2030, el agua disponible se reducirá en torno a un 25%, lo que implica que el 65% de la población española sufrirá “estrés hídrico”. Estas condiciones han sido generadas por una gestión incorrecta del agua, unas prácticas agrícolas inadecuadas, una construcción desmesurada de infraestructuras y el desarrollo urbanístico descontrolado del litoral, entre otros factores, que llevan a la disminución de la proporción orgánica del suelo.

“El suelo, como parte fundamental de los ecosistemas, debe recuperar su importancia. Es necesario revalorizar su fertilidad, tener en cuenta su fragilidad ante los impactos ambientales y detener la enorme especulación económica, que no solo amenaza al medio ambiente, sino a nuestras vidas y sustentos”, señala María Durán, responsable del área de residuos de Amigos de la Tierra.

Enfrentar la desertificación se convierte en un proceso lento, pero posible con soluciones basadas en medidas que garanticen la integridad del suelo. El compostaje de la materia orgánica contenida en los residuos domésticos se convierte en este contexto en una herramienta imprescindible: aporta un abono que mantiene la cobertura vegetal y respeta los ciclos naturales, logrando desembocar en un uso racional del terreno. Amigos de la Tierra exige que toda la materia orgánica procedente de los residuos urbanos se recupere con el fin de aprovechar este recurso para frenar la desertificación, siendo un paso esencial su recogida selectiva.

La solución al problema no requiere de tecnologías innovadoras ni costosas, sino de un cambio de actitud de las administraciones y la ciudadanía en asuntos clave como el cambio climático, la gestión de residuos orgánicos o la ordenación del territorio con criterios de sostenibilidad. Así, la práctica del compostaje es una alternativa, que demuestra su alta efectividad para frenar la pérdida de riqueza vegetal en nuestros suelos.

Amigos de la Tierra lleva 8 años trabajando con proyectos de compostaje doméstico en más de 30 municipios de Galicia, Baleares, Madrid, Andalucía y Navarra. Los resultados han demostrado la capacidad de implantación del modelo con la ciudadanía, que gestiona sus propios residuos orgánicos transformándolos en un abono natural de alta calidad, el compost.

Para evitar la pérdida de riqueza del suelo mediante la contención de materia orgánica, la práctica del compostaje es una medida efectiva y muy viable para devolver al suelo esta materia, porque aumenta las propiedades físicas del suelo, favoreciendo su estabilidad y estructura, y aumentando su porosidad y permeabilidad; se refuerzan sus propiedades químicas, incrementando su contenido en nutrientes y su actividad biológica, actuando como soporte y alimento de los microorganismos que contribuyen a su mineralización, al mismo tiempo, proporciona estructuras más propicias de retención de agua. Además, se evita la introducción de fertilizantes químicos, que aceleran el proceso de desertificación.

Fuente:

Ecoticias
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