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21 de mayo de 2014

Cómo hacer pompas con el plástico de un CD





La técnica es esta: (1) con un cuchillo, destornillador o cuchilla de afeitar rascas una zona de la parte metálica, lo que lo volverá transparente. (2) Cuando queda solo el plástico lo calientas con un mechero unos 15-20 segundos. (3) Soplas y… ¡Pompas de plástico! Se solidifican casi al instante en extrañas formas.


Como bonus puedes comprobar que la estulticia de los comentaristas de YouTube sigue batiendo récords; recientemente fueron nombrados algo así como la mayor peste que asola Internet: lo peor de lo peor.



Fuente:

MicroSiervos

23 de enero de 2013

Downloaded, el documental sobre el nacimiento de Napster

Uno de los servicios que marcó un punto de inflexión en Internet fue, sin duda alguna, Napster, una de las primeras redes P2P para intercambio de archivos. Este proyecto, que vio la luz en el año 1999, llegó de la mano de Shawn Fanning y Sean Parker que, en poco tiempo, se convertiría en el "enemigo público número 1" de la industria musical que, en 2001, terminaría desmantelando Napster y dejando sin servicio a más de 26 millones de usuarios de todo el mundo. Aunque el nombre de Napster no murió y la compañía resurgió como tienda virtual de música, en el año 2011 terminaría fusionándose con Rapsody Music y se transferirían sus usuarios a este servicio. La trepidante historia de Napster, Sean Parker y Shawn Fanning son los protagonistas de Downloaded, un documental que tiene previsto estrenarse el próximo mes de marzo en la Conferencia South by Southwest (SXSW).

Downloaded

Esta película documental se centra en el auge y declive de Napster y cómo este servicio marcó el inicio de una revolución digital que comenzó a presentar el CD y los soportes tradicionales como algo obsoleto y también inició la férrea oposición al cambio de las grandes discográficas y la industria musical (recordemos, por ejemplo, a Lars Ulrich, batería de Metallica, querellarse contra Napster).

Lea el artículo completo en:

ALT1040 

9 de julio de 2012

Las primeras canciones grabadas en vinilo, CD, videoclip, MP3…


En 1902, Caruso grabó el primer disco de vinilo de la historia: ‘Vesti la Guibba’, que también se convertiría en el primer superventas, al alcanzar el millón de discos vendidos. El disco en sus distintas modalidades -78 rpm, single, LP, vinilo- fue el formato hegemónico hasta la aparición del cassette (1966) y sobre todo el CD, que a toro pasado puede considerarse un desdichado accidente en la historia de la música. Como dicen los hermanos Pizarro, el CD sólo sirve para espantar pájaros.

Distantes en el tiempo y en el estilo, los siguientes temas tienen un denominador común: han sido unificados bajo el formato de YouTube, la verdadera plataforma de difusión de música de nuestros tiempos.

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9 de mayo de 2011

¿El futuro de la música está en la nube?


No hace mucho comentábamos las declaraciones del presidente de la SGAE, cuando comentó que la Cultura salvaría Internet, en fin, una auténtica barbaridad porque creo que es más bien todo lo contrario. Es curioso pero siempre que hemos hablado del mundo de la industria de la música e Internet, asumimos que la red ha revitalizado la venta de música, eso sí, en otros formatos que van más allá del CD y con unos usuarios que han evolucionado al mismo paso de la tecnología y que, por tanto, han ido adoptando nuevos hábitos de consumo. Nadie duda que el modelo de venta de iTunes funcionó bien y, además, ha supuesto una importante fuente de ingresos para las compañías discrográficas, sin embargo, la llegada de otros servicios, como el imparable Spotify, están imponiendo nuevos paradigmas al negocio de la música y su relación con la red; dicho de otra forma, llega la nube.

Hasta ahora, el rey del negocio de la venta de música en la red era el iTunes de Apple (un amplio catálogo de discos, incluyendo a los Beatles, posibilidad de escuchar un previo de las canciones antes de comprar, etc), todo ello fruto del acuerdo de Apple con las grandes compañías que les reportaba unos ingresos bastante importantes a los agentes implicados. Sin embargo, la irrupción de Spotify hace un par de años comenzó a cambiar el modelo de negocio. Un servicio multiplataforma y que permite que el usuario acceda a su perfil y, por tanto, al servicio desde cualquier ubicación y dispositivo.

He ahí uno de los detalles más interesantes de Spotify, puesto que podemos acceder a nuestras canciones o listas desde cualquier lugar (en el que el servicio opere) y desde cualquier dispositivo (el PC de casa, el ordenador del trabajo, etc). Independientemente que el último movimiento de Spotify no haya sido muy elegante, limitando el servicio gratuito, el precio del servicio premium no es nada desorbitado, pero si no es caro, simplemente, los beneficios se reducen y, lógicamente, a los intermediarios, es decir, a las discográficas, esto no les hace demasiada gracia.

Curiosamente, mucho me temo que a las discográficas no les va a quedar otro remedio que acostumbrarse porque la tendencia hacia la nube está bastante clara. Ya no es solo Spotify, sino que también otras grandes se van a lanzar a este modelo. Amazon lanzó no hace mucho Cloud Drive, un servicio en el que se almacena en la nube la música, en formato mp3, que compremos a través de Amazon y que, además, está disponible para acceder desde web, desde Android y, desde este pasado fin de semana, desde iOS. De hecho, este modelo de almacén digital de contenidos, que es lo que ofrece Amazon, se espera que también sea ofrecido por Apple próximamente, con lo cual, iTunes también migrará su servicio a la nube.

¿Y qué tiene de malo la nube? Para las discográficas, que están acostumbradas al “uso y disfrute local”, esto de que los usuarios puedan escuchar sus canciones desde cualquier lugar, la verdad, es que las pone algo nerviosas. De hecho, se apunta a uno de los motivos por los que Google Music no ha terminado de arrancar y le ha hecho ponerse en contacto con Spotify para buscarse un aliado.

Precisamente, creo que la irrupción de la nube ha marcado un punto de inflexión en el negocio de la música y, precisamente, va a revitalizar el mercado. Spotify, en su versión free, demostró que la gente estaba dispuesta a escuchar música a cambio de oír publicidad o, en la opción premium, por un precio muy interesante. Amazon ha declarado que, desde que lanzaron su servicio, las ventas de música en formato MP3 han aumentado y, al final, aumentarán los beneficios de las compañías de discos. Luego, si ellas al final van a ganar dinero, ¿por qué tantas trabas?

Supongo que por lo de siempre, les cuesta adaptarse a los cambios pero, si fueron capaces de adaptarse a iTunes y, además, Apple parece que se acerca a la nube también, ¿no deberían dejar entrar más operadores a este negocio? Yo diría que sí y, por lo que parece que se está moviendo, al final tendrán que decir que sí y ser partícipes del cambio.

Fuente:

Bitelia

11 de febrero de 2011

¿Cuál es la capacidad de la humanidad para almacenar y transmitir información?

En 2007, la humanidad fue capaz de almacenar 295 trillones de bytes óptimamente comprimidos, comunicar casi dos cuatrillones de megabytes, y llevar a cabo 6,4 billones de MIPS (millón de instrucciones por segundo) en ordenadores de uso general. “Para poner uno de esos números en perspectiva, si esos 295 exabytes de información almacenada fueran guardados en CD-ROMs, la pila de CDs llegaría de la Tierra hasta más allá de la Luna”, explican Martin Hilbert, de la Universidad del Sur de California (EEUU), y Priscila López, de la de la Universitat Oberta de Catalunya (España), investigadores principales de un estudio que se ha publicado en la revista Science.

La capacidad mundial para la telecomunicación bidireccional (internet y redes telefónicas) entre 1986 y 2007 creció un 28 % por año, mientras que la capacidad para la difusión de información unidireccional a través de canales de transmisión como la televisión y la radio creció un 6 % anual. "Sin embargo, esta cantidad de información es todavía más pequeña que el número de bits almacenados en todas las moléculas de ADN de un solo adulto humano”, afirman los expertos.

Los resultados rmuestran que mientras que en el año 2000 el 75 % de nuestra información almacenada estaba en formato analógico (principalmente en video cassettes), el 94 % de la información estaba en formato digital en 2007. De su estudio se deduce que 2002 podría considerarse el comienzo de la era digital, ya que fue el primer año en que la capacidad de almacenaje digital superó la capacidad analógica. Además, los datos revelan que las personas compartieron 65 exabytes de información en 2007 por medio de sistemas de comunicación de doble vía como teléfonos móviles, una cantidad equivalente a que cada persona en el mundo comunicara diariamente el contenido de seis periódicos.

Fuente:

Muy Interesante

30 de junio de 2008

Los CD en coma y los Long Plays resucitan

Los CD en coma y los Long Plays resucitan

Las descargas de Internet restan valor al disco compacto mientras el antiguo formato recupera su esplendor.



Hace unas semanas, alguien en la cadena de supermercados estadounidense Fred Meyer se equivocó con un pedido de Accelerate, el último disco de REM. En el albarán, en vez de marcar la casilla CD, tachó la que correspondía a la versión elepé de vinilo. Al recibirlo, la mayoría de las tiendas decidieron devolverlos, pero aquellos que le hicieron un sitio descubrieron que se vendía a mejor ritmo que los CD. A raíz de eso, la cadena decidió volver a dar una oportunidad en sus establecimientos al viejo plástico negro: hoy, en 60 de sus tiendas se pueden encontrar álbumes de The Raconteurs, Bruce Springsteen o Radiohead y reediciones de Metallica o The Beatles. Y empieza a hablarse de un renacer de ese formato en EE UU, la madre de todos los mercados.

Porcentualmente, los datos suenan impresionantes: en ese país los pedidos a los fabricantes de CD han caído entre 2006 y 2007 un 17%, mientras que los de vinilo han subido un 36%. Claro que cuando se pasa a números se ve que tampoco está bien dejarse llevar por la euforia: 450 millones de compactos colocados en 2007 frente a las escasas 1.300.000 copias en vinilo. La Asociación de la Industria de Grabación de América señala que la tendencia es continuada y no circunstancial. Asegura que este año se venderán 1.600.000. Y parece que en España está ocurriendo algo similar. "En la Fnac los vinilos cada año le comen más espacio al CD. Desde 2000 se van duplicando las ventas de año en año. Lo que más, las reediciones cuidadas y de calidad de clásicos del pop-rock internacional. Tenemos dos tipos de clientes de vinilo: nostálgicos de entre 35 y 45 años que lo compraban en su juventud y aman este formato, y jóvenes de entre 17 y 22 años que han crecido viendo cómo el CD no tiene valor y se suman a una moda retro. Ahora mismo hay 1.200 referencias y cada vez más grupos nacionales se animan con este formato, por lo que creemos que la tendencia del mercado del vinilo es positiva y goza de muy buena salud", dice Sergio García, del departamento de comunicación de esta cadena de productos culturales.

Artículo tomado de:

El País - Tecnología

19 de agosto de 2007

El CD ya tiene 25 años.
Disco compacto.
La producción del CD fue fruto de un trabajo de colaboración abierta entre equipos.

El martes 17 de agosto de 1982, en una fábrica de la compañía Phillips, se produjo el primer disco compacto (CD, por sus siglas en inglés) y comenzó una revolución global en la industria de la música.

Desde entonces se han vendido más de 200.000 millones de CDs en todo el mundo, y su formato sigue siendo dominante pese al crecimiento de las descargas digitales.

El CD es producto de la investigación conjunta de Phillips y Sony, aunque como en casi todos los inventos tecnológicos también es resultado de los trabajos de otros.

Algunos retroceden hasta 1842, cuando a Charles Babbage se le ocurrió la idea de hacer una máquina que efectuara y almacenara cálculos, es decir una computadora programable.

Y es que el CD y la computadora terminaron por integrar una buena pareja, a tal grado que el disco se ha convertido en uno de los más importantes medios para almacenar información.

Innovación abierta

Piet Kramer, quien fue integrante del equipo óptico de Phillips cuando se estaba perfeccionando la técnica, recuerda que "se hizo colaborando abiertamente para acordar un nuevo estándar. Para Phillips esta innovación abierta significó una nueva estrategia y valió la pena".

Kramer señala que ni Phillips ni Sony imaginaron que las empresas de computación y de música optarían por el CD como sistema para almacenar información y contenidos.

Las dos empresas comenzaron a trabajar en el formato desde 1979, y querían hacer un disco que pudiera contener una hora de audio, pero esa capacidad se amplió a 74 minutos para acomodar la Novena Sinfonía de Beethoven.

Disco compacto.
Los primeros CDs tenían capacidad para almacenar sólo 60 minutos de música.

Los primeros CDs salieron a la venta en noviembre de 1982, y en su mayoría tenían grabaciones de música clásica.

Se creía que los aficionados a la música clásica tenían más dinero que los aficionados al rock o a la música popular, y Phillips pensó que estarían más inclinados a pagar los precios de los CDs y de los reproductores de CDs, que entonces eran caros.

Los primeros modelos de reproductores de CDs costaban el equivalente US$2.000 de ahora.

"Cuando el pianista chileno Claudio Arrau grabó uno de los primeros CDs para Polygram descubrimos que gruñía y jadeaba cuando estaba tocando. En los discos de vinilo no se oía eso, pero en los CD se escuchaba claramente", dijo Frank van der Berg, quien trabajó en el equipo especial de Polygram para producción de discos compactos.

Pero en los últimos 10 años las ventas de CDs se han reducido en todo el mundo, mientras las descargas digitales se han incrementado rápidamente.

Según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés), las descargas de música digital constituirán 25% de las ventas de la industria en todo el mundo para 2010.

En el Reino Unido por ejemplo, las ventas de CDs se redujeron 10% en la primera mitad del año, y las compras de música en internet aumentaron en 50%.


Fuente:

BBC en español

30 de enero de 2007

Del disco compacto al holograma (II)


Martes, 30 de enero de 2007

Especial: LA MEMORIA ARTIFICIAL
En 25 años, el disco compacto se ha convertido en el medio más difundido de almacenamiento de información. Sin embargo, está por adquirir una nueva dimensión


Por Tomás Unger

La semana pasada hicimos un breve resumen de los diversos medios para conservar la información, desde las tablas de arcilla hasta el disco duro de última generación, pasando por uno que en muchos aspectos no tiene rival: el libro.

Hoy el medio más difundido para grabar información es el CD (disco compacto óptico) que cumple 25 años. Según la última estadística disponible, en el año 2004 se vendieron en el mundo 30.000 millones de CD, algo que nunca soñaron quienes lo inventaron para música, en reemplazo del LP (disco análogo de 33 rpm).

EL CD
La evolución de la computadora y su creciente velocidad de procesamiento ya había hecho posible, en los años 70, digitalizar audio y reproducirlo en tiempo real. En 1979 las empresas Sony y Philips formaron un equipo de ingenieros para diseñar un nuevo disco que pudiera grabar música digitalizada. El nuevo medio debía cumplir con varios requisitos, entre ellos mayor capacidad y duración, menor tamaño y costo y sobre todo resistencia al desgaste, puntos débiles del disco análogo.

En 1982, en un evento llamado el Big Bang de la revolución del audio, fue lanzado en Japón el primer disco compacto de música. En marzo del mismo año, llegaron a EE.UU. los primeros CD, hechos en Japón, con música de Columbia/Sony. El problema eran los tocadiscos, al principio pocos y caros.

Por eso los primeros discos compactos fueron de música clásica para aficionados con dinero. El precio de los tocadiscos bajó rápidamente y la demanda se amplió con celeridad a la música popular.

La intención de Philips/Sony al diseñar el CD era reemplazar el disco análogo, pero su versatilidad sobrepasaba ese fin. Tres años después de su debut hizo su aparición el primer CD- ROM (Read Only Memory) y cinco años más tarde, para 1990, Philips/Sony había desarrollado el CD grabable. Esto representó otra revolución en el almacenamiento de datos. Las características del CD óptico, aunque utilizadas inicialmente solo para audio, permiten grabar cualquier información digitalizada, limitada únicamente por su capacidad y velocidad de lectura.


LOS PARÁMETROS
Hoy el disco compacto es el medio estándar para grabaciones comerciales de audio y video, y para cualquier información digitalizada. El CD estándar es un disco de policarbonato muy puro, de 12 cm de diámetro y 1,2 mm de espesor, que pesa aproximadamente 16 gramos. En la grabación de audio codifica en unidades de 16 bytes PCM (Modulación por Código de Pulso) la representación digital de una señal análoga, con una velocidad de lectura de 44.100 puntos por segundo.

Una delgada capa reflectora de aluminio, en algunos casos de oro, se aplica a la superficie y es cubierta con laca. La información se almacena con un láser haciendo pequeños hoyos a lo largo de una espiral formada en la superficie del policarbonato. Los hoyos son de solo 100 nm (100 nanómetros equivalen a una diezmilésima de milímetro) de profundidad, por 500 nm de ancho y aproximadamente una micra de largo (1 micra = 1 milésima de milímetro).

La información, que será leída por un láser, se codifica de la siguiente manera: el cambio entre el hoyo y el plano (donde no hay hoyo) y viceversa; el cambio indica un uno; donde no hay cambio representa un cero. Debido a lo diminuto de los hoyos y lo angosto de la línea donde están marcados, la espiral tiene 5,8 km de largo y el disco puede acumular entre 682 y 737 MB*. Esto, leído a razón de 1,2 m por segundo, en el caso de audio da 74 minutos de música.

Para ser leído a una velocidad lineal constante de 1,2 por segundo, el disco debe variar su velocidad. Como el CD se lee del centro hacia fuera, al iniciar su lectura gira aproximadamente a 500 rpm, mientras que al llegar al borde final gira solamente a 200 rpm. La información en un CD-ROM está organizada en sectores que contienen 2.352 bytes , de los cuales 304 son para identificación, instrucciones y corrección de errores, y 2.048 bytes para la información propiamente dicha. El hueco central tiene 1,5 cm de diámetro, la programación comienza a 25 mm del eje y llega hasta los 58 mm.

Esta franja es suficiente para almacenar más de 700 MB de un disco musical grabado en el sistema convencional.

DEL DVD Y BLU-RAY
La medios para almacenar información han seguido evolucionando. En 1996 hizo su aparición el DVD para almacenar imagen en movimiento que requiere mucho mayor capacidad de almacenaje y velocidad de lectura. Mientras que el CD almacena 700 MB y permite leerlos a razón de 150 KB* (miles de bytes por segundo) el DVD, que almacena 4,7 GB* (gigabitios), puede leerlos a razón de 1,4 MB por segundo.

Una variante más reciente, que hizo su aparición en el 2005 fue el disco Blu-ray. El nombre se debe a que el láser lector es azul, color de mayor frecuencia y onda más corta que permite mayor densidad. Este disco tiene dos capas de almacenaje de información con una capacidad de hasta 25 GB y una velocidad de lectura de 4,5 MB por segundo. Si bien la tecnología Blu-ray tiene mayor capacidad de almacenaje de información y velocidad de lectura, los periféricos requeridos para utilizarla son aún costosos y complicados.

El siguiente paso es una nueva tecnología que añade una dimensión al almacenaje de información.

EL HOLOGRAMA
El avance más reciente en el almacenamiento de la información ya ha sido presentado al público y probablemente será comercializado este año. Se trata del almacenaje de datos en tres dimensiones, por holograma, sistema ya conocido por su uso en documentos de identidad, tarjetas de crédito, etc. Su característica es que cambia la imagen de acuerdo con el ángulo del cual se mira. La imagen del holograma se graba en un cristal por el patrono de interferencia de dos rayos de láser, uno es el haz de referencia y el otro el haz de señal que lleva la información. Donde se cruzan se graba la información.

Teóricamente un holograma podría grabar un punto de información del tamaño de la onda de la luz utilizada, lo cual en la práctica no es posible. Sin embargo, la capacidad de almacenaje en tres dimensiones, con la tecnología actual, ya es un orden de magnitud mayor a la del CD. La empresa norteamericana InPhase ha desarrollado el sistema y la alemana Bayer los materiales para el disco. En la exposición de Las Vegas del año pasado, InPhase presentó un disco holográfico de 1 mm de grosor y 12 cm de diámetro en el que caben más de 300 GB.

Para leer la información de un disco holográfico basta el haz de láser que ilumina el holograma con el mismo ángulo del haz que hizo la grabación. Un lector óptico identifica el reflejo como uno y si no recibe el reflejo como cero. A diferencia de los CD, que almacenan información en forma lineal, un pulso de láser al iluminar un disco holográfico lee simultáneamente hasta un millón de bytes. Otro aspecto importante es la estructura, con la parte grabada protegida entre dos discos de plástico altamente resistentes. De cumplirse lo anunciado por InPhase y Bayer, este año podrían ofrecerse comercialmente los primeros CD holográficos.

* KILO, DEL GRIEGO, INDICA MIL = MIL BYTES. MEGA, DEL GRIEGO GRANDE INDICA MIL KILOS = UN MILLÓN. GIGA, DEL GRIEGO GIGANTE INDICA MIL MEGAS = MIL MILLONES (UNA CIFRA DE NUEVE CEROS).

SEPA MÁS

El libro les sigue ganando en duración
Lo que aún no conocemos es la duración de los nuevos medios. Los disquet duraron poco y la información que contenían es irrecuperable.

Hechos del mismo material que la cinta magnética, son frágiles y se degradan con la humedad y los hongos. Al CD se le asigna una vida de 20 años, aunque hay algunos que superan esa edad.

El Blu-ray no es diferente, pero el holograma, bautizado por Bayer como Tapestry, se le asigna 50 años. Pese a todo ninguno compite con el libro.


Fuente:

Diario El Comercio


El CD

El CD ROM

El DVD

El Blue - Ray

Blue Ray y Sony

24 de enero de 2007

De las tablas de arcilla al CD (I)



Especial: LA MEMORIA ARTIFICIAL

Conservar información es la base de la civilización y su proceso evoluciona junto con la historia de la humanidad. Hoy, el disco compacto ha adquirido una tercera dimensión
.

Por Tomás Unger

Desde que el hombre aprendió a hablar y a contar ha buscado medios para conservar información. Los más antiguos que conocemos son líneas en tablas de arcilla; probablemente aun antes se usaron piedras o semillas como unidades para contar. La escritura tomó dos caminos divergentes: el ideograma y la representación gráfica de sonidos (fonemas). Hoy tenemos decenas de alfabetos fonéticos, ideogramas altamente sofisticados y un sistema adicional, el binario, que puede almacenar ambos, además de imágenes y sonidos.

EL MEDIO
La capacidad de almacenar información avanzó a la par con los medios. Primero el papiro y el pergamino, luego el papel con tintas permanentes, permitieron crear documentos duraderos. Si no se hubiera quemado la Biblioteca de Alejandría, es probable que hoy podríamos leer miles de textos escritos a mano hace más de 2.000 años. El proceso era lento y cada texto era único, hasta el advenimiento del invento trascendental que fue la imprenta. El poder reproducir textos mecánicamente fue el inicio de una revolución cultural que cambió el mundo.

El empleo de la electricidad para las comunicaciones, primero con el telégrafo y luego con el teléfono, dio lugar a los primeros intentos de almacenar información por medio de la electricidad. La idea de almacenar información magnéticamente fue sugerida en 1888 por el ingeniero inglés Oberlin Smith, y la primera grabadora magnética fue inventada por el ingeniero danés Valdemar Poulsen en 1898. Poulsen grabó en forma análoga el sonido captado del teléfono en un alambre enrollado sobre un cilindro.

Basado en la invención de Poulsen, el ingeniero alemán Fritz Pfleumer construyó en 1926 la primera grabadora de cinta. Una tira de papel cubierta con polvo de óxido sirvió para grabar magnéticamente el sonido. El invento de Pfleumer, perfeccionado por la empresa alemana AEG, fue mantenido en secreto durante la Segunda Guerra Mundial. Acabada la guerra dos ingenieros norteamericanos llevaron la tecnología de Alemania a Estados Unidos. El ingeniero norteamericano John Mullin y el cantante Bing Crosby jugaron un papel decisivo en el desarrollo de la grabadora de cinta comercial.

La empresa Ampex, en la que Crosby invirtió 50.000 dólares, se convirtió en el líder de este nuevo campo de grandes proyecciones. Rápidamente la cinta reemplazó al disco en las grabaciones profesionales, y ya en los años cincuenta, con la entrada de Crosby a la televisión, Mullin y Ampex comenzaron a desarrollar la grabadora de video en blanco y negro. Dado su costo y complicación técnica, la cinta magnética fue usada solo para grabar audios de alta calidad. Las costosas grabadoras 'reel to reel' de alta velocidad eran el instrumento favorito de audiófilos.

EL CASSETTE
En 1963 la empresa holandesa Philips introdujo un nuevo sistema para almacenar sonido en cinta magnética: el audio caset compacto (nombre que registró). Las ventajas del caset --su reducido tamaño y bajo costo-- lo convirtieron en el medio por excelencia para almacenar y reproducir audio. El mismo sistema análogo fue desarrollado para el video, aunque para este uso requería de un equipo mucho más costoso. Al llegar las primeras computadoras personales, el caset fue una opción para el almacenaje de información, pero en este caso ya no análoga sino digital.

En los años 70, cuando además de música el caset ofrecía grabaciones de obras literarias, Isaac Asimov, ante una afirmación de que el caset se impondría como medio de información, escribió en defensa del libro. En su ensayo describió un caset perfecto, que no requería de energía eléctrica, que funcionaba con la luz solar y, en caso de necesidad, hasta con una vela. Además de no borrarse con un imán o deteriorarse con el tiempo, aún desgastado, mientras se pudiera identificar sus signos seguía cumpliendo su misión. Es más, se podía marcar con un papelito los sitios donde había información relevante y recuperarla al instante. El maravilloso supercaset no es otra cosa que el libro.

Asimov tenía razón, el caset nunca reemplazó al libro, aunque llegó a reemplazar a un alto porcentaje de discos Long Play (LP). El sistema de ambos es análogo, pero el disco trabaja por fricción y sufre un desgaste inevitable. Además, el costo de producción de un disco LP es más alto que el de un caset. Mientras tanto, a partir de los años 80, la computadora personal comenzó a ganar un espacio y con ella la digitalización de la información fue pasando a primer plano.

EL DISCO DURO
El disco magnético para grabar información, con cabezales de grabación y lectura, data de las primeras grandes computadoras. Ya en el año 1956 existían discos duros capaces de grabar varios millones de bytes (unidades de información). Antes de 1980 la mayoría de los discos eran de 20 o 35 cm. y requerían mucho espacio. Estos discos eran artefactos pesados que requerían de muebles especiales, que fueron bautizados en la industria con el nombre de 'lavadoras'. A diferencia de las actuales, las primeras computadoras personales usaban discos externos y disquet ('floppy disks') de material similar al de la cinta magnética.

La primera PC de IBM (la 5150) no tenía disco duro. En los años 80 las computadoras personales adquirieron discos duros provistos por fabricantes externos. También se popularizaron los discos duros exteriores que, conectados a la computadora, aumentaban su capacidad de almacenar datos. Así como la densidad de los microcircuitos fue creciendo a paso acelerado, también la del disco duro aumentó de manera exponencial.

DE AYER A HOY
En 1956 la gran computadora Ramac de IBM almacenaba 5 megabytes (5 millones de bytes) en 50 discos de 60 cm. de diámetro, ubicados en un pesado mueble. En los años 80 las computadoras adquirieron discos de menos de 30 cm. de diámetro con una capacidad de 20 megabytes. En los 90 llegaron los discos de un giga de capacidad (1.000 megabytes, una cifra con nueve ceros). El año pasado el disco más pequeño que seguía en producción era el de 20 megabytes, mientras que el disco interno más grande alcanzó 768 gigas en cuatro discos. El 5 de enero de este año Hitachi anunció que tendrá un conjunto de cinco discos con un terabytes (mil giga-bytes, una cifra de 12 ceros) disponible antes de abril.

Este aumento en la capacidad de almacenaje y la velocidad de acceso en los discos duros les ha dado nuevos usos. El popular iPod de Apple debe su eficiencia a un pequeño disco duro, que también es el elemento que ha hecho posible las nuevas grabadoras de video. La última aplicación del disco duro en un artefacto portátil está en los teléfonos celulares de múltiples funciones de última generación.

El almacenaje de información, aunque no ha superado al libro en algunos aspectos, ha adquirido otro elemento adicional de gran impacto: el CD o disco compacto óptico. Próximamente nos ocuparemos del CD y su evolución, de la duración de los nuevos sistemas, sus ventajas relativas y lo que nos reserva el futuro.


¿Cómo escribían los sumerios?

El movimiento de la cinta de un casete

Los componenetes de un disco duro
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