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23 de abril de 2013

Miyoung Chun, del Proyecto BRAIN: “Quizás ni sepamos lo que queremos aprender”

RedNeuronal-660x350


A principios de abril se conoció la noticia de que el gobierno de Estados Unidos invertirá US$100 millones para mapear el cerebro humano, mediante un proyecto similar al que se emprendió para lograr el mapa del genoma humano.

El BRAIN (por sus siglas en inglés Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies), fue anunciado por el presidente Barack Obama durante su discurso del Estado de la Unión, donde destacó que el éxito del proyecto dependerá de la cooperación del gobierno, universidades, fundaciones y empresas.

Pero quien ha sido en parte responsable de este logro es Miyoung Chun, especialista en genética molecular y vicepresidenta de los programas científicos de la Fundación Kavli, dependiente de la Universidad de Yale, quien durante el último año y medio coordinó la comunicación y avances del proyecto entre los organismos involucrados para lograr este punto de partida.

En una entrevista realizada por el sitio Technology Review, Miyoung Chun destacó como un hito este emprendimiento pero fue sincera sobre lo que les esperará a los científicos involucrados: “Quizás ni sepamos lo que estamos tratando de aprender”.

Chun destacó los avances logrados los  últimos 100 años en materia de neurociencia, pero también aclaró que a pesar de que en la actualidad es posible medir la actividad de entre 30 mil y un millón de neuronas en simultáneo, muchas de las funciones cerebrales más importantes requieren desde cientos de miles a varios millones de neuronas, algo imposible de medir en este momento.

El principal objetivo de BRAIN será justamente generar herramientas para medir este tipo de actividades masivas, para no sólo mapear el cerebro sino también tener una teoría general definitiva de su funcionamiento.


“Queremos entender cómo razonamos, cómo memorizamos, cómo aprendemos, cómo nos movemos, cómo funcionan nuestras emociones. Estas habilidades nos definen. Y sin embargo, casi no entendemos nada de ellas”, afirmó Chun, quien considera imprescindible el aporte de la nanotecnología a este proyecto, ya que el cerebro funciona a esa escala.

 ¿Qué sentido tiene poder medir más si no entiendes lo que significa?, le preguntaron a la científica, a lo que respondió que BRAIN no sólo se trata de medir actividad sino de relacionarla con enfermedades y sucesos conocidos en la actualidad y lograr crear mejores prótesis, optimizar tratamientos de recuperación e incluso crear nuevas estrategias para el desarrollo de la educación y las tecnologías inteligentes, con el objetivo de ampliar los límites actuales.

Con respecto al proyecto del Genoma Humano, Chun cree que existen ciertas similitudes con BRAIN por su visión a largo plazo, compromiso global y la alta cantidad de fondos que necesitarán para concretarlo, pero difieren en el objetivo final.

En el caso del Genoma Humano, el proyecto sabía cuándo terminaría: “Cuando se lograran secuenciar 3 mil millones de nucleótidos el trabajo estaría terminado. Para el mapa de la actividad cerebral, sería imprudente fijar un objetivo como el de medir 100 mil millones de neuronas, ya que no sólo es probable que no logremos ese objetivo, sino que tampoco sabemos si una pequeña porción de esas neuronas podrían llegar a darnos todo el conocimiento que necesitamos”.

Como ejemplo de su explicación, recuerda un caso de éxito en estimulación neuronal: “En la actualidad, existen casos como el del científico John Donoghue de la Universidad de Brown que logró que un paciente suyo con un derrame cerebral de más de 15 años, pudiera mover los brazos de un robot para tomar un café, con sólo estimular menos de 100 neuronas ¿Se imaginan lo que podríamos llegar a lograr si pudiéramos estimular 100 mil?”.

Miyoung Chun asegura que no quiere tomarse el proyecto como algo personal, pero que indudablemente, uno de los campos que la desvela de este emprendimiento es el relacionado con la creación de los pensamientos: “A pesar de que asumimos que otras especies tiene pensamientos, los nuestros parecen ser mucho más integrales y complejos. El razonamiento humano, eso que nos lleva a decidir desde lo más pequeño hasta los más grandes actos, hoy es lo más misterioso que vayamos a encarar en este proyecto”.

Link: Entrevista con la pionera el proyecto BRAIN, Miyoung Chun (technology review)

Tomado de:

FayerWayer

13 de febrero de 2013

Conozca el colosal Human Brain Project

La Unión Europea ha dotado al Human Brain Project con 1.000 millones de euros para los próximos 10 años. Este proyecto estrella es denominado flagship, buque insignia. El proyecto es colosal y ha despertado una gran controversia. Es calificado como una simulación del cerebro ya que es el heredero del Blue Brain Project. Sin embargo, es mucho más que eso. Es el esfuerzo más ambicioso para descifrar los enigmas del cerebro.

Human Brain Project

A menudo se califica a la Unión Europea como un monstruo burocrático con escaso valor. El Human Brain Project demuestra como es posible emprender proyectos de ámbito europeo que den auténtico valor. La dotación de la empresa es fabulosa: 1.000 millones de euros en 10 años. Así, la UE pretende ser pionera un área de absoluta actualidad y de enorme beneficio para los ciudadanos: la comprensión del cerebro. Es de destacar que el país líder, Suiza, ni siquiera pertenece a la UE y que otros países no europeos como EE.UU, Argentina o Japón también intervienen.

Henry Markram es el padre de la empresa. Durante años ha estado trabajando en su predecesor, el Blue Brain Project. De Markham se ha dicho que es un encantador de serpientes: alto, de buena voz, con un discurso seductor, ha destacado por encima del trabajo callado de muchos neurocientíficos. Y que ha conseguido convencer a las autoridades europeas para invertir una suma tan enorme.

Las críticas al proyecto son varias, la mayoría provenientes del mundo anglosajón y notablemente de EE.UU. Un proyecto así, dicen, deja sin recursos a muchos pequeños proyectos también importantes. La simulación del cerebro no es posible, al menos por ahora, dicen otros. Aunque algo de razón puedan tener las críticas están en esencia equivocadas.

Europa carece de planes e instituciones para grandes proyectos. Pero en EE.UU muchas organizaciones gubernamentales apoyan grandes proyectos. Por ejemplo DARPA o los Institutos de Salud NHI. Uno de tales proyectos es el Conectoma. Otro es SyNAPSE para desarrollar un chip neuromórfico en el que interviene IBM. La Agencia de Energía Nuclear promueve el uso de la supercomputación. Y así un largo etcétera.

El Human Brain Project no es una aventura de simulación del cerebro humano, aunque este sea uno de sus objetivos. La meta es comprender el cerebro y encontrar aplicaciones a este conocimiento.

La investigación en neurociencia está muy fragmentada. Y el cerebro es muy complejo. Se puede estudiar desde muchos niveles de organización, desde la genética hasta la conducta. El objetivo del proyecto es lograr la integración de todos estos conocimientos. Y para ello hace falta un modelo. Con un buen modelo, podremos incorporar los datos de todas las investigaciones.

En el lugar más bajo, nos encontramos con los datos moleculares. Cientos de experimentos prueban moléculas que intervienen en el funcionamiento del cerebro. De estas investigaciones salen medicamentos que pretenden aliviar las enfermedades mentales. Pero, desgraciadamente, el avance es muy lento, en buena medida porque no sabemos en qué sitios y de qué forma actúan los medicamentos. Un modelo del cerebro es imprescindible.

Con un buen modelo, podemos realizar una simulación, y es aquí donde encaja la tan cacareada simulación cerebral. Pero el objetivo primero es incorporar todos los datos de las muy diversas investigaciones que se relizan hoy en día así como plantear nuevas investigaciones.

Quizá copiando el modelo de SyNAPSE, el Human Brain Project también quiere desarrollar la supercomputación y la creación de nuevos chips inspirados en la neurociencia. Chips que superen la arquitectura Von Neumann. La apuesta europea se llama Facets mientras que la americana, liderada por IBM es el chip neurosinaptico ya en fase beta.

La dimensión del proyecto es colosal no solo por el dinero. Más de 80 partners intervienen. Decenas de universidades europeas, entre ellas varias españolas con la Universidad Politécnica de Madrid y el Instituto Cajal a la cabeza, así como varias instituciones argentinas. Los gigantes informáticos IBM, SAP o Cray. La nómina de neurocientíficos es notable como el Premio Nobel Torsten Wiesel que deslumbró al mundo con su investigación de la corteza visual del gato o Stanislas Dehaene que estudia la conciencia entre otras cosas.

La principal dificultad estará en la coordinación del enorme equipo. Pero la ambición es imprescindible si se quiere desvelar el órgano más complejo del universo conocido: el cerebro humano.


Fuente:

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