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6 de marzo de 2007

La operación decidida por el paciente
Martes 6 de marzo del 2007

ESPECIAL: CIRUGÍA PLÁSTICA
La mayor expectativa de vida, el poder adquisitivo y los nuevos paradigmas impuestos por la sociedad han creado el 'boom' de este tipo de intervenciones

Por Tomás Unger

Hace poco me encontré con una estadística que me llamó la atención: 12 millones de estadounidenses se habían hecho cirugía plástica en el año 2006. Para una población de 300 millones, esto representa a 1 de cada 25 habitantes. Al no incluir esta cifra la cirugía reconstructiva, significa que 12 millones de estadounidenses optaron por someterse a una operación que no era necesaria para su salud, al menos para su salud física. El fenómeno no es exclusivo del país norteamericano, pues parece que en Brasil el número de operaciones en relación a la población es similar y que en el resto del mundo está aumentando exponencialmente.

DE LA GUERRA A LA OFICINA
Varios factores se han combinado para que la cirugía plástica, que nació como una especialidad para reconstruir a las víctimas de guerra, accidentes y quemaduras, se haya convertido en un recurso para mejorar, o al menos modificar, el aspecto físico del paciente. La mayor expectativa de vida, el poder adquisitivo y una liberalización de las normas sociales han contribuido.

También la presión laboral ha forzado a muchas personas, principalmente mujeres, a tratar de mantener un aspecto más joven para no perder la batalla por el trabajo. Los medios de comunicación han tenido un rol importante al crear paradigmas de belleza física. La industria del entretenimiento, los modelos de la publicidad y las abundantes imágenes de 'celebridades' han exacerbado la importancia del aspecto físico. Por otra parte, los medios también han difundido las posibilidades, reales o imaginadas, de alterar o mejorar el aspecto físico.

Por último, un factor decisivo ha sido el avance tecnológico. Además de nuevas anestesias, materiales e instrumentos, la creciente demanda ha dado lugar a nuevas técnicas. Un ejemplo, del que nos ocuparemos luego en mayor detalle, es la evolución de la liposucción. La extracción de grasa que era un proceso lento con un postoperatorio sumamente doloroso, hoy emplea tecnologías de tumefacción y ultrasonido que la han acelerado y vuelto mucho menos traumática. Algo similar ha sucedido con otros tipos de cirugía plástica, haciéndola cada vez más eficiente y asequible.

MÁS DE DOS MIL AÑOS
La cirugía plástica es más antigua de lo que muchos creen. En la India, hace 2.800 años, la nariz perdida en una batalla se reparaba injertando un gajo de la frente, y en Roma, ya en la época de Julio César, se reparaban orejas con injertos. El inicio de la cirugía reconstructiva moderna se atribuye al doctor John Peter Mettauer, quien en 1827, con herramientas diseñadas por él, hizo la primera reparación de un paladar perforado y labio leporino.

El gran desarrollo de la cirugía reconstructiva se le atribuye al médico neozelandés Harold Gillies, quien desarrolló técnicas e instrumentos para reparar las deformaciones faciales de los heridos en la Primera Guerra Mundial. Uno de sus alumnos, Archibald McIndoe, perfeccionó su técnica durante la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en el tratamiento de pilotos que habían sufrido quemaduras muy severas.

LA GRAN DIFERENCIA
Dentro del vasto campo que abarca la medicina, la cirugía plástica ocupa un lugar especial. Esto se debe a que es una medida drástica de alta tecnología que implica anestesia y trauma, y sin embargo es opcional. A diferencia de las demás intervenciones quirúrgicas que se hacen por necesidad, a veces con gran temor por parte del paciente, la cirugía plástica estética es una decisión del paciente que no tiene que ver con su salud física, aunque a menudo sí con su salud mental.

El deseo de verse mejor y ser más atractivo ha dado lugar a una industria millonaria en todo el mundo. Dietas, suplementos alimentarios y la proliferación de gimnasios son en su mayor parte el resultado de la búsqueda de un físico más atractivo. La cirugía estética es la medida extrema, pues hay características físicas que ninguna dieta o ejercicio pueden modificar. En estos casos, cuando la motivación es suficiente, el paciente recurre a la cirugía y altera parte de su cuerpo para verse mejor. Aquí la palabra crucial es 'verse', pues es a juicio del propio paciente que se toma la decisión.

En opinión de algunos cirujanos plásticos, la parte más complicada de la cirugía estética es la psicológica, el raciocinio que lleva a la decisión y que frecuentemente pone al cirujano ante un dilema. Muchas personas, por las razones más diversas que incluyen traumas de infancia o problemas conyugales, optan por una intervención quirúrgica cuyos resultados previsibles son dudosos. Aquí no se trata de una cirugía como la extracción de cálculos del riñón, cuya finalidad es clara y el resultado previsible. Son innumerables los casos en que la cirugía ha tenido el efecto estético esperado, pero no ha resuelto el problema conyugal o emocional por el que el paciente decidió operarse.

POSIBILIDADES Y DEMANDA
Luego de hablar con diversos cirujanos plásticos, me viene a la mente la tan citada frase de Gregorio Marañón: "No hay enfermedades sino enfermos". Esto parece ser más verdad que nunca en el caso de la cirugía estética. Las motivaciones son tan variadas como los tipos de cirugía y los resultados finales. Las opciones han aumentado a la par con el progreso de la tecnología y los recursos quirúrgicos, lo cual ha ampliado el espectro de la demanda.

Las intervenciones de cirugía plástica con fines estéticos pueden clasificarse por el lugar y tipo de intervención: rinoplastía (nasal), mastoplastía (senos), blefaroplastía (párpados), etc., y también por el método o la finalidad. Hay gente joven que no está satisfecha con su nariz y se la hace cambiar, mientras otros quieren librarse del efecto del tiempo, estirándose la piel, levantando los senos o modificando los párpados. Las posibilidades son muchas, limitadas solo por el grado de insatisfacción del paciente y sus recursos económicos. Desgraciadamente, aun cuando los recursos son limitados, hoy hay quienes ofrecen hacer la intervención sin los recursos necesarios, introduciendo un alarmante factor de riesgo.

EL AMPLIO CAMPO
La cirugía estética tiene muchas facetas ligadas a problemas psicológicos, que en última instancia son los que determinan en el tipo de cirugía que demanda el paciente. El campo es amplio y va desde inyecciones de botulina, que borran las arrugas por un corto tiempo, hasta complejos trasplantes de grasa, injertos de piel y delicada cirugía facial.

Próximamente describiremos algunas de estas intervenciones, las técnicas usadas y los resultados de algunos casos. También trataremos de enumerar los riesgos, errores y posibles consecuencias imprevistas de esta rama de la medicina que en los últimos años ha captado la atención pública, no solo en las páginas de espectáculo y sociales, sino también en las policiales.

Fuente:

Diario El Comercio
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