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3 de enero de 2019

Las termitas han construido la mayor estructura del planeta

Durante milenios, un minúsculo insecto ha levantado una de las mayores estructuras jamás creadas por el ser vivo. Una especie de termitas, considerada una plaga en la ciudad, ha excavado millones de montículos en el nordeste de Brasil. Aunque conocidos por los lugareños, su extensión real no se ha podido determinar hasta que la deforestación y los satélites han desvelado su grandeza: más de 230.000 kilómetros cuadrados salpicados de montones de tierra repartidos de forma regular, casi matemática.


"Los montículos siempre estuvieron bien escondidos entre la vegetación de secano de la región (la catinga) y en general apenas se pueden ver. Los de fuera solo los han podido observar después de que alguna porción de tierra fuera deforestada para pastos", dice el investigador de la Universidad Estatal de Feira de Santana (Brasil) y coautor del estudio, Roy Funch. "Algunos locales pensaban que los habían levantado termitas, hormigas u otra criatura similar. Pero para muchos, simplemente estuvieron ahí, formaciones naturales hechas por Dios que siempre habían existido", añade.

Siempre no, pero sí al menos desde hace más de 3.800 años. La datación de una muestra de murundus (como se conoce a estos montículos en la zona) indica que muchos de ellos llevan milenios ahí, lo que los convierte en una de las estructuras de origen biológico más antiguas. Y tampoco son obra divina, sino de la Syntermes dirus, una termita. Mejor dicho, de colonias y colonias de ellas. Pero no son sus nidos. Es la tierra que los insectos excavan mientras buscan hojas caídas con las que alimentar a la colonia.

El artículo completo en: El País (España)

7 de febrero de 2014

Perú: Invidente crea sistema para resolver problema energético mundial

Fernando Sixto Ramos gestó esta idea hace 15 años, cuando la disfrazó de bomba hidráulica y los demás ingenieros de su empresa fueron incapaces de entender su funcionamiento al desmontarla. (EFE/Paolo Aguilar) 


El ingeniero peruano recibió un premio internacional.

Fernando Sixto Ramos, un ingeniero peruano invidente de 63 años, saltó a la fama esta semana (abril de 2012) en su país tras recibir un premio internacional por crear un sistema que podría resolver el problema energético mundial al multiplicar la fuerza generada por un motor tantas veces como se quiera.

Con el "sistema multiplicador de fuerza", una invención que ideó hace 15 años, a medida que perdía visión, este humilde ingeniero obtuvo la medalla de bronce en la categoría de mecánica y procesos industriales de la cuadragésima edición del Salón Internacional de Inventos, celebrado en Ginebra (Suiza) la semana pasada.

Ramos explicó a Efe que su sistema es "capaz de mover un barco con el motor de un coche" y se basa en dos ejes paralelos cuyos centros tienen un rodaje conectado al extremo de una barra que une a ambos y, a su vez, contiene en el medio dos rodajes "descéntricos" que varían su centro de gravedad.

Esto permite que al aplicar movimiento sobre uno de los ejes, el otro gire en sentido inverso y "regrese la fuerza multiplicada al primero, lo que además genera una fuerza exterior que se puede magnificar" si se le conectan otros paralelos que repitan la misma acción.

"Es así de simple. Creas una acción y una reacción. La fuerza la traspasas al otro eje y luego se multiplica, y así continuamente", aseguró con sencillez Ramos.

El sistema es exponencial porque "un motor de un caballo se puede multiplicar por veinte, y seguidamente, por cuarenta hasta tener 800 caballos", puesto que depende de variables como la distancia entre ejes, la masa, el diámetro de excentricidad y la dirección, que "cuanto mayores sean, mayor será la fuerza incrementada".

Su simplicidad se halla en la mecánica clásica, con la palanca de Arquímedes y los paralelos de Tales: "Se varía la gravedad de un cuerpo para que caiga y la fuerza de caída se incrementa con una palanca para transmitirla al otro eje. Es como Kung Fu. Usas la fuerza del oponente para vencerlo", dijo.

Ramos gestó esta idea hace 15 años, cuando la disfrazó de bomba hidráulica y los demás ingenieros de su empresa fueron incapaces de entender su funcionamiento al desmontarla.

Sin embargo sus aplicaciones van más allá de una bomba de agua, un coche o un tractor, ya que "podría aplicarse a centrales termoeléctricas, hidroeléctricas o a molinos eólicos" que aumentarían su potencia, hasta hacer "la locura de propulsar el viento de un molino para que mueva otros molinos".

"Con ello puedes abaratar los costos de desalinizar o depurar agua", agregó el ingeniero, quien indicó que "se puede salvar el planeta si todos contribuimos porque solamente las ideas cambian el mundo".

"Con el principio del multiplicador se benefician todos: los países subdesarrollados tendrían energía más barata y los avanzados solucionarían sus problemas energéticos porque se han dedicado a optimizar el combustible, pero se habían olvidado de optimizar la mecánica, donde siempre hay un eslabón que se escapa", sentenció.

Ramos confirmó que una universidad de Alemania, país que en 2011 programó el cierre de sus centrales nucleares, se ha interesado por su proyecto, pero confesó que primero quiere desarrollarlo en Perú "porque no hay ánimo de lucro, sino de servicio".

El ingeniero invidente llegó tarde a Ginebra para que el jurado revisara su invento, que quedó por detrás de una mano robótica y un cortador de mármol, pero el interés suscitado entre los asistentes convenció a los jueces para otorgarle la medalla de bronce.

El Instituto Nacional de la Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual (Indecopi) intentará agilizar el proceso para patentar este sistema concebido por un invidente que vio en el movimiento de las fuerzas una vía para cambiar el mundo.

Tomado de:

Primera Hora

27 de agosto de 2012

El MIT modifica genéticamente una bacteria para crear combustible

El Instituo Tecnologico de Massachusetts ha manipulado los genes de la bacteria 'Ralstonia Eutropha' para producir un tipo de alcohol que puede sustituir a la gasolina.

El Instituo Tecnologico de Massachusetts (MIT) ha manipulado los genes de la bacteria 'Ralstonia Eutropha' para lograr que fabrique combustible. En concreto, un tipo de alcohol llamado isobutanol, que puede sustituir a la gasolina o mezclarse con ella. Según ha informado el autor principal de esta investigación, Christopher Brigham, la 'Ralstonia Eutropha', cuando deja de crecer "utiliza toda su energía en la fabricación de compuestos complejos de carbono".

Según Brigham, en el estado natural del microbio, cuando su fuente de nutrientes esenciales --nitrato o fosfato-- está restringida y detecta que los recursos son limitados, entra en el 'modo de almacenamiento de carbono' para su uso posterior. "Lo que hace es tomar cualquier carbono disponible, y lo almacena en forma de un polímero, que es similar en sus propiedades a una gran cantidad de plásticos derivados del petróleo", ha señalado. Con la anulación de unos pocos genes y la inserción de un gen de otro organismo Brigham y sus colegas han sido capaces de redirigir la capacidad natural del microbio para producir combustible en lugar de plástico.

La intención tras la manipulación genética es conseguir "que el organismo de la bacteria utilice una corriente de dióxido de carbono como fuente de carbono, de manera que pueda fabricar combustible", ha apuntado en investigador en el estudio publicado en 'Applied Microbiology and Biotechnology'.

Así, el equipo ha centrado su trabajo en conseguir que la bacteria utilice el CO2 como fuente de carbono. Además, la investigación destaca que, con modificaciones ligeramente diferentes del mismo microbio, se podría también convertir casi cualquier fuente de carbono, incluidos los desperdicios agrícolas o desechos municipales, en combustible útil. 

"El equipo ha demostrado que, en cultivo continuo, se puede obtener cantidades importantes de isobutanol," ha apuntado Brigham, quien ha apuntado que, ahora, los investigadores tienen como objetivo la optimización del sistema para aumentar la velocidad de producción y el diseño de biorreactores para escalar el proceso a niveles industriales.

Además, ha destacado que, "a diferencia de algunos sistemas de bioingeniería en que los microbios producen un producto químico deseado dentro de sus cuerpos pero deben morir para recuperar el producto, la 'Ralstonia Eutropha' expulsa naturalmente el isobutanol en el fluido circundante sin parar el proceso de producción".

Fuente:

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0