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12 de marzo de 2020

Ingenieros de hace 1,8 millones de años

Un estudio demuestra que los homínidos de la Garganta de Olduvai (Tanzania) fabricaban herramientas de piedra específicas en función de su uso, dureza, capacidad y vida útil.

Trabajadores del yacimiento de 1.3 millones de años, en la garganta de FLK West de Olduvai (Tanzania), donde actualmente investiga el arqueólogo español del CSIC Ignacio de la Torre.

El uso de materiales del entorno como herramientas no es exclusivo del hombre. Muchas especies son capaces de utilizar elementos disponibles. El trono de antigüedad de esta práctica por parte de homínidos se sitúa ahora en 2,58 millones de años en una zona desértica al sur de Etiopía conocida como Bokol Dora, donde se han hallado unas 300 herramientas pequeñas y afiladas, según publicó un equipo internacional de paleoantropólogos en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU. Pero hay un salto evolutivo sustancial: la selección de materiales, no necesariamente del entorno más cercano, por su dureza, potencial de carga y vida útil para fabricar herramientas específicas más eficientes. La prueba de esta práctica hace 1,8 millones de años ha sido demostrada en una excavación en la Garganta de Olduvai (Tanzania), cuna de la primera cultura humana y donde se escribieron las primeras páginas del génesis de la ingeniería si se considera esta como el conjunto de conocimientos orientados a la invención y utilización de técnicas para el aprovechamiento de recursos naturales.

El hallazgo, publicado por Journal of Royal Society Interface, ha sido realizado por un equipo de la Universidad de Kent, el UCL Institute of Archaeology (ambas instituciones del Reino Unido) y el profesor Ignacio de la Torre, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, que ahora se encuentra en Tanzania completando la investigación.

La primera cultura humana, la Olduvayense (llamada así por la Garganta de Olduvai de Tanzania), se caracteriza por el uso de cantos tallados. La investigación liderada por Alastair Key, ha demostrado que los homínidos de esta zona dieron un paso fundamental en la evolución al descartar las lavas, cuarcitas o cherts (roca sedimentaria) disponibles y adecuadas para producir herramientas de piedra para decantarse por otros materiales más adecuados a la función que buscaban.

«Lo que hemos podido demostrar es que nuestros antepasados estaban tomando decisiones bastante complejas sobre qué materias primas utilizar y lo hacían de una manera que producía herramientas optimizadas para circunstancias específicas. Aunque sabíamos que las especies de homínidos posteriores, incluida la nuestra, eran capaces de tomar tales decisiones, es increíble pensar que las poblaciones de hace 1,8 a 1,2 millones de años también lo estaban haciendo”, explica Key.


23 de enero de 2020

Hace 2.500 años ya se fumaba marihuana

Se hallan restos de cannabis en tumbas de Asia central con más potencia que las plantas silvestres.

Uno de los braseros, a la izquierda, hallados en una decena de tumbas del cementerio de Jirzankal, en la cordillera del Pamir, China.


El historiador de la Grecia clásica Heródoto de Halicarnaso escribió en sus Historias lo siguiente sobre los guerreros de la estepa: "Del mencionado cáñamo toman, pues, la semilla los escitas impuros y contaminados por algún entierro, echándola a puñados encima de las piedras penetradas del fuego, y metidos ellos allá dentro de su estufa. La semilla echada va levantando tal sahumerio y despidiendo de sí tanto vapor, que no hay estufa alguna entre los griegos que en esto le exceda. Entretanto, los escitas gritan de placer como si se bañasen en agua rosada y esta función les sirve de baño, pues jamás acostumbran bañarse". El estudio de unos braseros hallados al este de la mítica Escitia confirma ahora lo escrito hace 2.450 años por el padre de la historia.

En 2013 arqueólogos chinos desenterraron un cementerio en Jirzankal, en el extremo occidental de China. Situado a más de 3.000 metros de altura, en la meseta del Pamir, han localizado hasta ahora más de 30 tumbas. La datación por distintos medios sitúa los enterramientos entre hace 2.560 y 2.370 años. El camposanto, vinculado quizá al zoroastrismo, tiene varias particularidades: está formado por hileras de piedras blancas y negras alternadas. En las tumbas, también cubiertas de capas circulares de piedras de los dos colores, se han encontrado pequeñas arpas, abalorios de cristal y, en una decena de ellas, pequeños braseros de madera, algunos con piedras quemadas, también en blanco y negro.

En apariencia y salvo las piedras quemadas, dentro de los braseros no había nada. Pero una mirada más en detalle de la superficie interior y de los guijarros descubrió la presencia de restos orgánicos y no eran de la madera. Combinando dos técnicas de análisis químico (cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas, GC-MS), los científicos pudieron estudiar 20 miligramos de polvo arrancados a los braseros y varias piedras. En todas las muestras identificaron la presencia de cannabinol (CBN), cannabidiol (CBD) y cannabiciclol (CBL), tres componentes de la marihuana.

El artículo completo en: El Páis (España) 

21 de enero de 2020

Perú: Hallan pruebas de que la escritura en Sudamérica apareció hace 5.000 años

Arqueólogos peruanos consideran que en Checta (valle del Chillón, Canta), un bosque prehistórico de piedras, se encuentran indicios de escritura que datan de cinco mil años. La hipótesis se basa en los signos descubiertos en varios petroglifos hallados en Lima.


El arqueólogo Gori Tumi Echevarría, presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR), desde 2009 está examinando el bosque de piedras Checta, descubierto en 1925. Según su hipótesis, la escritura andina apareció antes de lo que se creía, en concreto, hace cinco mil años, informa el diario 'El Comercio'.

El arqueólogo considera que el logro más importante de la investigación consiste en la definición de la cronología de las figuras representadas en los petroglifos. El científico ha revelado las cuatro etapas del desarrollo de la escritura encontrada.

En la primera etapa (2.500 - 2.000 a.C.) aparecen pequeños hoyos en las piedras. La segunda fase del desarrollo de la escritura pertenece al intervalo desde 2.200 hasta 1.000 a.C. y está representada por formas geométricas: círculos, puntos, cruces, espirales, líneas rectas y otras.En la tercera fase (1.200 a 600 a.C.) aparecen motivos seminaturalistas. Finalmente, la cuarta fase (800 a 200 a.C.) estaba representada por imágenes de serpientes.
 
Lo que impactó al arqueólogo es que signos parecidos han sido encontrados en otros lugares de Perú. Si la hipótesis de Echevarría resulta cierta, eso significaría que la escritura andina en realidad es mucho más antigua.

Fuente: RT Actualidad

Y, para variar, los petroglifos de Checta se encuentran en un total abandono por parte de las autoridades, ver la nota en Andina

20 de enero de 2020

El ‘I Ching’ y el código binario

I Ching binario, o más bien binario I Ching, ya que, como en el caso del código Morse, del que nos ocupábamos en el post anterior, la binariedad es consustancial a este milenario código chino, y por tanto el adjetivo es un epíteto inseparable (o más bien un inseparable epíteto).

"Secuencia del rey Wu” o “secuencia recibida” que figura en el 'Libro de las Mutaciones'.
Efectivamente, los 64 hexagramas del I Ching son todas las posibles combinaciones (variaciones con repetición) de dos signos en grupos de seis: un segmento continuo y otro partido, que, si los sustituimos respectivamente por unos y ceros, obtenemos los números del 0 al 63 en notación binaria. Y, de hecho, una de las ordenaciones de los hexagramas, la realizada por Shao Yong en el siglo XI, sigue la secuencia de los números naturales.

Pero la ordenación de Saho Yong, que se adelantó seis siglos a la numeración binaria propuesta por Leibniz (que no hay que descartar que se inspirara en el I Ching), no es la canónica, también denominada “secuencia del rey Wu” o “secuencia recibida”, que es la que figura en el Libro de las Mutaciones tradicionalmente utilizado con fines oraculares, la misma que se reproduce en el encabezamiento de este artículo.

En términos informáticos, los hexagramas son bytes de seis bits; los ordenadores actuales, como es bien sabido, han adoptado por distintas razones (¿cuáles?) los bytes de ocho bits, que permiten la formación de 256 octetos distintos, cuatro veces más que los 64 “sextetos” del I Ching.

Cada hexagrama puede dividirse en dos trigramas, y así suele hacerse a efectos adivinatorios. Hay 8 trigramas posibles (000, 001, 010, 011, 100, 101, 110, 111), que dan lugar a 8 x 8 = 64 parejas distintas, que es otra manera de obtener los 64 hexagramas.

Así como el criterio de la ordenación de Shao Yong es evidente, la "secuencia del rey Wu" no lo es tanto. Invito a mis sagaces lectoras/es a encontrar las claves y motivos de dicha ordenación canónica.

Tomado de: El juego de la ciencia 

20 de diciembre de 2019

Las 50 nuevas figuras de Nasca descubiertas en Perú


Un equipo de arqueólogos peruanos, apoyados por la revista National Geopgraphic e investigadores internacionales, hizo el descubrimiento en las laderas de los valles de Palpa .Éstas se encuentran a unos 50 kilómetros de donde están las primeras figuras y dentro de lo que se conoce como la Pampa de Nasca, en la zona costera de Ica, en el sur del Perú. 

Según el equipo investigador del Proyecto Paracas, estos nuevos geoglifos son más antiguos que los que ya se conocen. Fueron diseñados por la cultura Paraca, que vivió antes que la Nasca, hace más de 2.700 años.

Las imágenes fueron descubiertas gracias al estudio detallado de imágenes de satélite, escaneos 3-D y las fotografías tomadas por drones que no se habían utilizado antes en la zona.


"Los drones permiten tomar una visión muy precisa sin dañar el lugar", cuenta a BBC Mundo Luis Jaime Castillo, co-líder del proyecto junto al arqueólogo Johny Isla y profesor de Arqueología de la Pontificia Universidad Católica del Perú. 

El artículo completo en: BBC Mundo 
 

25 de noviembre de 2019

Casma (Perú): Descubren pirámide de unos 5,000 años de antigüedad en Sechín

Investigadores hallaron también restos óseos.


Una estructura arquitectónica, similar a una pirámide con aparentes fines ceremoniales y de por lo menos unos 5,000 años de antigüedad, fue hallada gracias a los trabajos de excavación que se realizan en el complejo arqueológico Cerro Sechín, en la provincia ancashina de Casma.
Se trata de una arquitectura escalonada de barro, de por lo menos 3.20 metros de altura y 5 metros de ancho. Para llegar a ubicarla el equipo de arqueólogos y trabajadores del Proyecto Arqueológico Sechín tuvieron que excavar unos seis metros de profundidad y retirar gran cantidad de piedras de relleno.
La arqueóloga Mónica Suárez Ubillús, coordinadora del Proyecto Arqueológico Sechín, precisó que la pirámide se encuentra ubicada dentro en la parte sur central, dentro del edificio principal, por lo que se presume que haya sido empleada para fines ceremoniales.

Asociadas a esta infraestructura el equipo de investigadores también ha descubierto dos cráneos, uno de adulto y el otro de niño en los peldaños inferiores; mientras que al costado un cuerpo desmembrado; lo que hace que la teoría de prácticas ceremoniales cobre más fuerza.
Sobre la estructura escalonada en forma de pirámide, la investigadora afirmó que es muy posible que haya servido de escalera para acceder a un nivel superior.
“Hay un muro de abobe en la parte superior, y en el barro se nota de las huellas de los Sechín, que al parecer las habrían dejado como símbolo de su trabajo”, relató.
Los análisis a los que serán sometidos estos restos óseos, detalló Suárez Ubillus, serán realizados en el extranjero y oscilan entre los 250 a 500 dólares por cada muestra.

Con información de: 

9 de mayo de 2019

Una bolsa de hace mil años desvela las drogas que consumían los indígenas americanos

El análisis químico de objetos encontrados en un yacimiento boliviano encuentra cocaína, benzoilecgonina, el alucinógeno bufotenina y los dos principales ingredientes de la ayahuasca


Hace alrededor de mil años, en lo que hoy es la provincia de Sur Lípez, en una región que raya los 4.000 metros de altitud en el suroeste de Bolivia, se enterró a un miembro de una cultura que tenía un gran conocimiento sobre botánica y sobre los usos psicotrópicos de algunas plantas especiales. La tumba fue profanada tiempo después y al excavarse no se encontró el cadáver al que se rindieron honores. Sin embargo, en aquel abrigo bautizado como cueva del Chileno, que había sido ocupado durante los últimos 4.000 años y tiene unas condiciones excelentes para la conservación del material orgánico, quedó preservada una bolsa de cuero llena de objetos que se pueden relacionar con el consumo de estupefacientes: dos tabletas talladas en madera para inhalar sustancias, un tubo para aspirar, dos espátulas de hueso de llama, una cinta textil para la cabeza, trozos de plantas secas y una bolsita fabricada con tres hocicos de zorro.

El análisis químico de estos artefactos, que hoy se publica en la revista PNAS, sugiere que ya entonces existía el conocimiento necesario para elaborar la ayahuasca, una bebida psicotrópica tradicional de los pueblos amazónicos de Sudamérica. Entre las sustancias detectadas en el yacimiento se encuentran sus dos principales ingredientes, la harmina, que se suele obtener de la enredadera Banesteriopsis caapi, y el arbusto Psychotria viridis, que contiene el alucinógeno DMT. En la bolsa también se encontraron restos de cocaína y benzoilecgonina, lo que sugiere que habría habido hojas de coca, y trazas de bufotenina, otro alucinógeno que se puede elaborar a partir de las semillas del árbol Anadenanthera colubrina, que se inhalarían después de machacarlas en las tabletas.


1 de abril de 2019

Caral sirvió de foco de civilización en zonas más allá del valle de Supe

Destacan el comercio con la costa de Ecuador, el norte de Chile, la Amazonía y zonas de Bolivia.


El impacto de la cultura de Caral trascendió los confines del valle de Supe. Los últimos descubrimientos en la Ciudad Pesquera de Áspero revelan el comercio que se realizaba con las costas de Ecuador y con la Amazonía.

La doctora Ruth Shady Solís, encargada de los trabajos arqueológicos, explicó que los descubrimientos están obligando a manejar nuevas teorías sobre el rol de los caralinos.

La especialista, máxima autoridad sobre el periodo precerámico, indicó que algunos productos pueden entenderse como parte del intercambio comercial entre distintas regiones. Sin embargo, otros podrían ser la pista de una fuerte migración de la Amazonía hacia la Costa debido a problemas climáticos.

La paz de Caral
Shady relató que no solo en Áspero –ubicado en la desembocadura del río Supe– se han encontrado objetos pertenecientes a otras latitudes. En sitios como Miraya o Vichama se han encontrado sodalita, un mineral extraído en Bolivia.

Incluso se ha hallado en Caral un infante enterrado a la usanza de la cultura Chinchorro, desarrollada entre Moquegua y el norte del actual Chile. 

Lo que no se ha hallado son murallas ni armas, lo que empuja a pensar a Shady que en dicho tiempo no practicaban la guerra. 

Subraya que desde el valle de Supe se diseminó la civilización, influyendo en otras regiones del continente. 

Pero lo que más le ha llamado la atención a la estudiosa es la numerosa cantidad de productos de la selva. Por ejemplo, las plumas de guacamayo verde y los tocados con el diseño conocido como “ojo de Dios”.

Ruth Shady hace notar que dichos productos son aún usados en la Amazonía y son símbolo de buena posición social para diferentes etnias.

La arqueóloga contó a la Agencia que la teoría habitual que se manejaba era que estos productos habían arribado a la Costa debido al comercio. Pero por la cantidad de los hallazgos, ella está empezando a esbozar otra hipótesis.

Inmigración
Ella cree que la presencia de tantos objetos amazónicos son una señal de una gran migración producto de grandes cambios climáticos que afectaron primero al Oriente peruano. 

 
Asimismo, hizo notar que cronológicamente estos objetos aparecen tiempo previo a que se abandone los asentamientos de Caral.

Para Ruth Shady existe un paralelo entre lo que pasó por aquellos años –alrededor de 1800 antes de Cristo– en el valle de Supe y Mesopotamia. Ella indicó que por ese tiempo en esa zona de Asia se vivió un proceso similar de movimientos demográficos.

Shady llamó a tomar nota del pasado para estar prevenidos ante los cambios climáticos que se podrían vivir en breve en el mundo.
 
 
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