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24 de agosto de 2015

Apurímac: el maestro que convirtió las matemáticas en un juego

Pablo Ataucusi es un joven profesor que desarrolló un innovador programa educativo y ello le valió un tercer reconocimiento; el 2014 ganó el premio ConectAaRSE.

El maestro que convirtió las matemáticas en un juego [CRÓNICA] 

Cuando Pablo Ataucusi Romero tenía 18 años –y aún soñaba con ser médico–, le propusieron hacerse cargo de uno de los salones de la academia donde se preparaba para la universidad. A partir de ese día, nunca dejó la docencia.

Luego de aprobar todos los cursos del instituto pedagógico de su natal Abancay, Pablo fue destacado a enseñar en la escuela rural Virgen del Carmen, del caserío de Saywite, ubicado en el distrito apurimeño de Curahuasi. Durante sus primeras clases, Pablo se percató de que a sus estudiantes se les hacía muy difícil aprender a multiplicar, pues no tenían cómo aplicar esta operación matemática a su vida diaria en el campo.

“Había unas OLPC [computadoras básicas compradas allá por el 2004] que nadie utilizaba por no tener acceso a Internet. Así que con la ayuda de software libre empecé a diseñar una especie de juego que los ayudara a tener una aplicación práctica para la multiplicación”, recuerda Pablo.

El maestro de Apurímac aplicó durante todo el año que estuvo destacado en Saywite diferentes programas y juegos para que los niños entendieran las fracciones, a conjugar, las ecuaciones y un poco de educación cívica. Así nació Educa Apurímac, la plataforma que sin necesidad de Internet facilita a los estudiantes su aprendizaje matemático y lector.

“A mí me gustan mucho las computadoras porque uno siente que el mundo está dentro de ellas. Yo mejoré mis conocimientos de programación gracias a unos cursos en línea que ofrecían instituciones españolas”, cuenta Pablo mientras observa que, gracias a uno de los juegos de su plataforma, el pequeño Misiel, de 10 años, se esfuerza para recordar cuánto es un tercio de seis y así no perder los globos que su personaje computarizado ganó a punta de sumar y restar fracciones.




Fuente:

El Comercio (Perú)
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