Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta ansiedad. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ansiedad. Mostrar todas las entradas

2 de abril de 2019

Así te mata la ansiedad

'El Grito' de Munch (1895), Munch Museum (Oslo).

Según la OMS, alrededor de 260 millones de personas en el mundo sufrieron trastornos asociados a esta emoción en 2017.

Vivimos en una cultura que auspicia el bienestar. Sabemos lo que hay que comer, cuántos minutos conviene practicar deporte y pasamos horas buscando la calma para vivir mejor, pero tenemos un talón de Aquiles: la ansiedad. Según la OMS, alrededor de 260 millones de personas en el mundo sufrieron trastornos asociados a esta emoción durante 2017. El Consejo General de Psicología de España estima que nueve de cada 10 españoles padecieron estrés y ansiedad ese mismo año.

Sin embargo, la ansiedad es un mecanismo natural de protección, un sistema psicológico de alerta que anticipa posibles amenazas con el fin de evitarnos futuros problemas. Es un estado de inquietud, que supone miedo y estrés a la vez, cuando el peligro no está presente. Es sólo una idea que surge en la mente y suscita el estrés necesario para resolver lo que preocupa antes de que sea demasiado tarde. A veces, tenemos una ansiedad general que no va asociada a ninguna situación concreta. Es la ansiedad inespecífica. Otras veces sabemos muy bien su origen: es la específica.

En ambos casos produce: aturdimiento, nerviosismo, taquicardia, sudoración, temblores, ahogo, opresión en el pecho, náusea, molestia abdominal, mareos, hormigueos (parestesias), escalofríos o sofocos, miedo a perder el control, a volverse loco o morir, lo que produce conductas de aislamiento. Son sensaciones lo suficientemente desagradables como para que tengamos, a menudo, más miedo a la ansiedad en sí que al problema que intentamos resolver: es el miedo al miedo. Si es una emoción normal, ¿por qué produce tanto sufrimiento y se ha convertido en una epidemia? Mucha de nuestra educación está basada en asustarnos. Según Noam Chomsky, vivimos en la "cultura del miedo", término para definir el proceso por el cual se divulga este sentimiento a través de los medios de comunicación, los discursos políticos, etc. y que influencia el comportamiento de las personas. Además, hemos desarrollado una fobia a la incertidumbre. Tenemos una manía por el control que, parafraseando a Giorgio Nardone, acaba por conducirnos al abismo del descontrol.

El artículo completo en: El Mundo (España) 

19 de noviembre de 2018

5 datos importantes que debes conocer sobre el Alzheimer

El Alzheimer es una degeneración irreversible del cerebro que causa trastornos en la memoria, la cognición y la personalidad entre otros aspectos. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas del individuo.

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos.

Aquí les presentamos cinco datos importantes acerca de esta enfermedad:

1. El Alzheimer no es una parte normal del envejecimiento. La demencia es el resultado de enfermedades cerebrales que se vuelven más comunes con la edad; sin embargo, hay una idea errónea de que el Alzheimer y otras causas de demencia son las enfermedades de los ancianos.

2. Una de las primeras funciones que se ve afectada en las personas que la padecen es el sistema léxico. Es decir, se presenta una dificultad en el acceso a determinadas palabras de nuestro “diccionario mental”, a veces muy comunes.

Los problemas olfativos pueden servir como un indicador temprano de la enfermedad de Alzheimer.

3. El Alzheimer no se puede controlar. Esta es una enfermedad de la que simplemente no se puede ser consciente todo el tiempo. Es por esta razón que al inicio los afectados intentan hacerlo, y al no poder lograrlo puede generar alteraciones emocionales como la depresión y la ansiedad.

4.- Esta enfermedad puede comenzar a desarrollarse en el cerebro de un individuo de 20 a 25 años antes incluso de notar una señal de advertencia. Es por esta razón que si comienza a desarrollarse en el cerebro de una persona cuando tiene 40 años, no se dará cuenta hasta que cumpla casi 65 años.

5.- Se han identificado dos proteínas como principales causantes de la disfunción cognitiva que caracteriza a esta enfermedad:
  • La proteína amiloide, una proteína tóxica a niveles altos y que se va acumulando en las zonas exteriores de la corteza cerebral a medida que avanza la enfermedad.
  • La proteína TAU, causante de la pérdida y deterioro cognitivo debido a su acumulación en las neuronas y la consiguiente destrucción de estas.
Tomado de: Nat Geo 

18 de noviembre de 2018

Así cambia su cuerpo cuando deja de practicar sexo

El lado bueno de la actividad sexual está probado. ¿Abandonarla tiene entonces efectos negativos? Esto dice la ciencia.

Los beneficios de la actividad sexual sobre sistemas como el cardiovascular, el neurológico o el inmune están demostrados en la literatura científica. Pero esa evidencia puede dar pie a pensar en la idea contraria: ¿La abstinencia tiene efectos negativos sobre el organismo? Aunque la duda asalta a muchos, la cuestión todavía queda lejos de definirse como materia de discusión en ciencia.

Para entender por qué las implicaciones negativas de la inactividad sexual siguen en la indefinición, conviene empezar por el propio significado de abstinencia. Como señala el ginecólogo y sexólogo del Hospital Universitario de Burgos, Modesto Rey, portavoz de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), no existe una anulación sexual plena como concepto general. “Nadie puede dejar de comportarse como ser sexual. ¿Qué es la abstinencia, no tener prácticas con otras personas, no tener autoerotismo? ¿Alguien puede anular las fantasías sexuales y sus interacciones con el sistema emocional y físico? La abstinencia solo podría referirse a la falta de prácticas sexuales orientadas al orgasmo. Pero no hay estudios que evalúen su impacto en la salud de las personas que han decidido no tenerlas por razones morales o místicas o por miedos. A nivel psicológico, depende de la motivación de cada persona. Conocemos casos en consulta de quienes no tienen relaciones sexuales, pero no padecen trastornos. El problema de fondo es cómo se evidencia el conflicto de quien quiere tener relaciones pero no las tiene”, sostiene Rey, presidente de la Sociedad de Castilla y León y Norte de Contracepción.

“Los efectos negativos de los que se suele hablar son la contraposición de los beneficios que han sido estudiados. La relación positiva entre la sexualidad y la enfermedad cardiaca, los accidentes cerebro-vasculares o con el síndrome metabólico como la diabetes tipo 2 está probada. Por ejemplo, sabemos que las relaciones sexuales afectan a la inmunidad, con lo cual el déficit relaciones sexuales no estimularía de forma adecuada la inmunidad. Cuando se tienen relaciones con una pareja o con diferentes, entonces se está en contacto con antígenos de otras personas, y favorece la inmunidad”, afirma la sexóloga clínica Francisca Molero, codirectora del Institut de Sexologia de Barcelona.


1 de noviembre de 2013

Rumiar pensamientos: camino directo a la depresión

El pensador de Rodin

Rumiando obsesivamente nuestros problemas "construimos un camino hacia la depresión", según el psicólogo Peter Kinderman.

Darle vueltas una y otra vez a nuestros problemas nos hace más vulnerables a la ansiedad y la depresión, según el mayor estudio sobre estrés efectuado por vía online en Reino Unido. 

Si bien los psicólogos dicen que cierta dosis de reflexión tiene consecuencias positivas para nuestra calidad de vida, ofuscarnos en nuestros pensamientos es contraproducente para la salud mental.
La introspección obsesiva es la antesala de la ansiedad y las depresiones, según los resultados de este estudio.

clic El informe fue elaborado por BBC, en colaboración con psicólogos de la Universidad de Liverpool. Revela que dedicar mucho tiempo a rumiar nuestros problemas es un camino directo a la ansiedad y la depresión, las patologías mentales más comunes en Reino Unido, según la organización Mental Health Foundation.

Los profesionales de la salud ya coincidían en que darle demasiadas vueltas a los problemas no nos acerca a su solución.

Esta nueva investigación llega a asegurar que es mayor el impacto psicológico del pensamiento compulsivo que el del propio problema que creemos estar resolviendo.

Un total de 32.827 personas de 172 países participaron en el test. "Hemos descubierto que los individuos que no rumian sus problemas ni se culpan por las experiencias negativas de su vida tienen niveles de depresión mucho menores que las que sí lo hacen", aseguró Peter Kinderman, el profesor de psicología clínica que lideró el estudio.

una mujer en posición pensativa

Una de cada cuatro personas sufren algún trastorno mental durante su vida. 

La mente humana es una máquina compleja y existe consenso en que no hay una única causa para la depresión y la ansiedad. Eso sí, algunos factores tienen más impacto que otros.

El estudio mostró que los traumas que más inciden en el desarrollo de una depresión son el abuso sexual o haber sufrido de acoso escolar o "bullying" durante la adolescencia. Le siguen los problemas familiares, la educación, el salario las relaciones personales, estatus y la inclusión social.

"Pero estos traumas por sí mismos no fueron la única causa", dice Kinderman. Entre los agentes que agravan esos problemas, rumiar se mostró más nocivo que autoculparse.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

20 de mayo de 2013

Tres cosas que cambian en tu cerebro cuando meditas

Empatía. Cuando meditamos aumenta de manera notable la actividad neuronal en áreas del cerebro implicadas en la empatía, es decir, en la capacidad de ponernos en el lugar de los demás. Concretamente, científicos de la Universidad de Emory usaron resonancia magnética para estudiar el cerebro de personas que meditaban y comprobaron que, en comparación con quienes no lo hacían, tenían más activas las neuronas de la corteza dorsomedial prefrontal y el giro frontal inferior, dos estructuras que participan en el reconocimiento del estado emocional de las personas que nos rodean.

Aprendizaje. Según recogía hace poco un artículo de la revista Mindfulness, investigadores de la Universidad George Mason (EE UU) han demostrado que practicar meditación antes de clase ayuda a que los estudiantes universitarios se concentren mejor y retengan mejor los contenidos que imparte el profesor, por lo que recomiendan meditar durante 6 minutos antes de entrar al aula.

Conexiones. La meditación aumenta la plasticidad neuronal y mejora la coordinación entre las células del cerebro, según un reciente estudio publicado en la revista PLOS One basado en resonancia magnética cerebral con espectroscopia, una técnica que permite medir sustancias químicas en una determinada región del cerebro. Los autores del trabajo identificaron un incremento significativo de la conectividad a nivel de las fibras de la sustancia blanca, que comunican ciertas estructuras profundas, como el tálamo, con la corteza parietal superior izquierda, la parte del cerebro que controla la consciencia de uno mismo. Además, los experimentos revelaron que el mioinositol está aumentado en el cíngulo posterior de los meditadores. Este cambio neuroquímico podría ayudar a regular la respuesta inmune y reducir la ansiedad y la depresión, según los investigadores.

Fuente:

Muy Interesante

25 de abril de 2013

¿Por qué se nos hace un nudo en la garganta?


  • El nudo se forma porque el cuerpo está en estado de alerta
  • Es una reacción involuntaria frente a la angustia y el estrés
  • Los músculos de la garganta y el esófago se tensan

Ampliar fotoMujer angustiada.
Mujer angustiada

Cuando algo nos preocupa, hasta la angustia nuestro cuerpo lo expresa. Sentimos opresión en el pecho, la boca del estómago retorcida y un nudo nos aprieta la garganta, a veces de tal forma, que no nos salen las palabras.

Sucede así porque ante una situación de estrés, nuestro cuerpo se pone a la defensiva. Se desencadenan una serie de reacciones fisiológicas involuntarias, entre ellas el nudo en la garganta, que nos preparan para afrontar una posible agresión.
Nos convertimos en animales al borde de la huida ante un depredador, como antílopes acechados por leonas en la sabana. Pero en nuestro mundo desarrollado, las amenazas son el estrés por la situación laboral, el desamor, el miedo por el bienestar de los hijos o la hipoteca, por ejemplo.


El nudo se produce porque los músculos del esófago y la garganta se contraen. El efecto es de ligero estrangulamiento o de bola que impide tragar. Ocurre porque el acto de la ingesta de alimentos es una acción incompatible con la huida. Por este mismo motivo, también se nos seca la boca. Los vasos sanguíneos que riegan las glándulas salivares se contraen y así se restringe la producción de saliva.

Para optimizar el combustible del cuerpo, que es el oxígeno, la respiración se acelera y los bronquios se dilatan. Así llega más cantidad a los músculos. Las pupilas se dilatan y se eleva el párpado superior para que entre más luz y podamos ver con detalle, aumenta el ritmo cardíaco para elevar la sangre que fluye a los órganos y así tener disponible la energía necesaria en caso de tener que huir repentinamente.

Para evitar pérdidas de energía y concentrarlas en la escapada la sangre se desvía a los órganos internos, las manos y los pies se enfrían, la cara palidece, disminuyen los movimientos intestinales y se contraen los esfínteres para impedir la defecación o la micción. Cuando la situación que nos origina la ansiedad desaparece, nos relajamos, el nudo se deshace y todo vuelve a su estado habitual.

Fuente:

RTVE Ciencia

17 de febrero de 2013

Los peces europeos se 'vuelven locos' con los ansiolíticos que echamos a los ríos

Un ejemplar de la perca utilizaza para el estudio. | Science

Un ejemplar de la perca utilizada para el estudio. | Science
Los fármacos que acaban en las cañerías, ya sea a través de la orina o porque se desechan por la taza del water, podrían convertirse en un grave e inesperado problema ecológico. De acuerdo con una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Umea (Suecia), a pesar de ser tratadas en plantas de depuración estas aguas fecales cargadas con todo tipo de fármacos alteran gravemente el comportamiento de la fauna fluvial que habita los cauces europeos.

En concreto, su estudio, recién publicado en la revista 'Science', se centra en los efectos de un conocido ansiolítico llamado Oxazepam sobre una especie de perca europea ('Perca fluviatilis'). Y según los resultados obtenidos por el equipo dirigido por el científico Tomas Brodin, la exposición a los niveles reales de este ansiolítico detectados en los ríos de Suecia -aguas abajo de las plantas de tratamiento de aguas- hace que los peces coman más rápido, se vuelvan más intrépidos y tengan un comportamiento menos social.

Esta droga psiquiátrica se usa ampliamente para tratar la ansiedad en humanos. Pero los residuos de Oxazepam casi siempre terminan en los sistemas acuáticos naturales, incluso después de pasar por las depuradoras, donde se desconocen los efectos de esta sustancia sobre los ecosistemas.

Se vuelven más valientes y atrevidos

Ahora, los investigadores de la Universidad de Umea acaban de demostrar que la exposición de estos peces a niveles incluso menores a los encontrados en los ríos suecos altera de forma notable el comportamiento y la alimentación de estos animales.

"Cuando están en soledad, los peces que fueron expuestos al Ozxazepam se atrevían a abandonar refugios seguros y a entrar en áreas nuevas potencialmente peligrosas", explica Brodin. "Por el contrario, los peces que no fueron expuestos permanecían en su refugio".

Las percas que entraron en contacto con el ansiolítico también devoraban su comida mucho más deprisa que los animales libres de este fármaco. Este hecho, según los investigadores, podría desencadenar problemas ecológicos, como provocar un incremento descontrolado de algas, debido al desequilibrio creado en la cadena alimenticia de los ríos.

"Además, las percas expuestas a la droga perdían el interés por permanecer con el grupo, y algunas incluso se alejaban quedándose a gran distancia de sus congéneres", asegura Brodin.
 Fuente:

22 de enero de 2013

La felicidad y la inteligencia se pueden transmitir a través de una bacteria

mycobacteriumEn la última década, los científicos han descubierto que el comportamiento, el estado de ánimo e incluso la memoria pueden verse modificados por la acción de microbios externos. Un claro ejemplo son los efectos que nos provoca estar en contacto con Mycobacterium vaccae, una bacteria que vive en el suelo y que inhalamos cuando damos un paseo por el campo, jugamos un rato en el parque o podamos las plantas del jardín. Según un estudio publicado hace unos años en la revista Neuroscience, este microbio estimula a las neuronas de la corteza prefrontal del cerebro humano para que liberen serotonina, el neurotransmisor de la felicidad y el bienestar, lo que nos pone de muy buen humor. Lo que es más, Christopher Lowry, neurocientífico de la Universidad de Bristol (Reino Unido), ha comprobado que inyectando la bacteria en ratones de laboratorio ejercía un efecto antidepresivo muy similar al popular Prozac.

Por si esto fuera poco, Dorothy Matthews, investigadora de The Sages Colleges de Nueva York (EE UU), ha llegado a la sorprendente conclusión de que M. vaccae también puede mejorar la capacidad de aprendizaje. En experimentos con roedores alimentados con la bacteria viva, Matthews y su equipo comprobaron que los animales “infectados” se movían más rápido por los laberintos y sufrían menos ansiedad. “Podemos especular que sería positivo programar en las escuelas un tipo de aprendizaje al aire libre para adquirir nuevas habilidades”, sugiere Matthews. A la vista de estos resultados, tampoco parece descabellado imaginar que, en un futuro no muy lejano, podamos tomar un puñado de estas bacterias para convertirnos en personas más felices e inteligentes. De hecho, en 2003 Rook y Lowry ya dieron el primer paso en este sentido al obtener una patente para el uso de M. vaccae y derivados para tratar la ansiedad, los ataques de pánico y los trastornos alimentarios.



Fuente: 

Muy Interesante

4 de enero de 2013

¿1+1=dolor físico?





Podría ser el caso para los que odian las matemáticas. Según un nuevo estudio, la simple idea de tener que resolver un problema matemático hace que se activen los centros del dolor en cerebros con miedo a los números.

 

Investigadores de la Universidad de Chicago han medido la actividad neuronal de 28 adultos, la mitad de ellos con alta ansiedad declarada hacia las matemáticas. Cada uno recibió una serie de preguntas de lenguaje y de matemáticas (algunas se encuentran más abajo) mientras se les practicaba una resonancia.
 
Ver vídeo del banco de cerebros
 
El resultado fue que cuando el grupo con ansiedad detectaba un problema matemático reaccionaban la ínsula posterior y la corteza cingulada media, las partes del cerebro que perciben el dolor, igual que si la mano del sujeto en cuestión se quemara en una estufa caliente. Los participantes sin ansiedad no registraron tal respuesta.
 

Es más, según el coautor del estudio Ian Lyons, «la ansiedad solo se registró durante la anticipación, no cuando resolvían los problemas, lo que sugiere que no son las matemáticas en sí lo que duele, si no el pensar en ellas».
 

Estudios anteriores mostraron que los acontecimientos psicológicamente estresantes, como el fin de una relación amorosa, pueden provocar molestias físicas. Este estudio, publicado la semana pasada por Lyons y Sian Beilock en la revista PLOS ONE, podría ser el primero en demostrar que la simple anticipación puede manifestarse en el cerebro a través del dolor.
 

«Se trata de una interpretación psicológica», declara Lyons. «Las matemáticas no son más que números en un papel, no pueden hacerte daño».
  
Y añadió: «A las personas con altos niveles de ansiedad hacia las matemáticas se les suelen dar mal los problemas de este tipo, y suelen elegir carreras profesionales alejadas de las matemáticas».
  
¿Podría desarrollarse esta reacción?
  
«Creemos que no», afirma Lyons. «Las matemáticas son un invento cultural relativamente reciente, no tienen más que algunos miles de años, por lo que las respuestas parecen impulsadas por experiencias directas. Si esas experiencias han sido malas, la persona identifica la idea de las matemáticas como algo amenazador, e incluso doloroso».
 

Lyons cree que los resultados de su estudio podrían aplicarse más allá de las matemáticas. «No nos sorprendería verlos con otras fobias, como el vértigo, por ejemplo, u otros tipos de ansiedad».
 

¿Hay algo para calmar el dolor cerebral de esas personas?
 

«El primer paso es superar la ansiedad», afirma Lyons, y estamos ante un caso en el que la práctica no ayuda: «Hacer montones de problemas matemáticos no es una buena idea, pero sí lo es encontrar la forma de sentirse más cómodo con la idea».
 
¿Tu miedo a las matemáticas se refleja en tu cerebro?
 
Haz la prueba para comprobarlo (Nota: en el experimento real se presentaron los problemas de uno en uno. Los participantes debían resolver cada problema en cinco segundos y no podían utilizar un borrador, debían resolverlos en la cabeza).

1) ¿Son 8×9-16=56?
2) ¿Son 7×8-19=37?
3) ¿Son 5×9-16=27?
4) ¿Son 8×5-19=23?
5) ¿Son 6×7-17=27?
6) ¿Son 9×4-17=19?
 
 
 Respuestas.
  1. si
  2. si
  3. no
  4. no
  5. no
  6. si
 
 
Jeremy Berlin para National Geographic

Tomado de:

National Geographic

2 de julio de 2011

¿Por qué los perros dan vueltas antes de tumbarse?

Especial: Reino Animalia


Según algunos expertos en comportamiento animal, se trata de un gesto ancestral, una remota herencia del lobo que todos los canes domésticos actuales aún llevan dentro. Por una parte, el perro trata así de confirmar que no le ronda ningún peligro. Por otra, el giro podría servirle para acomodarse mejor en el terreno, hacer más confortable el espacio que va a ocupar y marcarlo ante otros miembros de la manada. Hoy, si persiste de forma obsesiva, puede interpretarse como una manifestación de ansiedad.

Fuente:

Muy Interesante

Lea también:

15 de diciembre de 2009

¿Por qué fallamos un penal?


Martes, 15 de diciembre de 2009

¿Por qué fallamos un penal?

El penalti, penal o tiro penal es la máxima pena que se puede aplicar en diversos deportes de balón, consistente en un lanzamiento sin barrera, desde una distancia prefijada, con la oportunidad de obtener un gol directo y con la única oposición del arquero (guardameta/portero).

Conocer Ciencia les presenta una antología de tiros de penal que fallaron, tal vez le den gansas de decirles %&%$&!!!



Un estudio británico podría explicar por qué los equipos ingleses de fútbol pierden los partidos en los lanzamientos desde el punto de penalti. Los resultados podrían ayudar tanto a la selección que dirige Fabio Capelo como a otros combinados a llegar lejos en el próximo Mundial de Suráfrica.

Según publican investigadores de la Universidad de Exeter en el último número de la revista Journal of Sport and Exercise Psychology, la clave de su estudio reside en los efectos de la ansiedad en el movimiento de los ojos del futbolista cuando se dispone a lanzar el balón. En concreto, el estudio muestra que cuando los jugadores que lanzan el penalti están nerviosos, su mirada se centra en el portero durante más tiempo que si se sienten relajados. Y esta conducta del ojo hace que tiendan a lanzar la pelota al centro de la portería, en lugar de en las zonas óptimas para el gol, facilitando al portero detener el disparo.

"En una situación de alto estrés, estamos más predispuestos a centrarnos en cualquier estímulo desafiante y concentrarnos en él”, explica el profesor Greg Wood, que cree que los entrenadores podrían aplicar técnicas de entrenamiento que habituasen a los jugadores a no dejarse llevar por este efecto a la hora de ejecutar una pena máxima.

Fuente:

Muy Interesante
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0