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14 de junio de 2019

Áncash: Declaran en estado de emergencia la Laguna Parón

Medida se tomó debido a que la Laguna Parón sobrepasó el máximo y mínimo de seguridad. Estado de emergencia será por 60 días calendario.


El Gobierno declaró en estado de emergencia a la Laguna Parón, ubicada en el distrito de Caraz, provincia de Huaylas, en la región Áncash, debido al peligro inminente por un posible desembalse. La vigencia de esta medida será por 60 días calendario.

Según el Decreto Supremo N° 114-2019-PCM, publicado hoy en el boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, esta medida se adopta para implementar acciones inmediatas y necesarias para la reducción de este riesgo.

La declaratoria de emergencia se sustenta en el Informe Técnico Nº 00098-2019-INDECI/11.0, de fecha 7 de junio, emitido por la Dirección de Respuesta de dicha entidad. El documento señala que el peligro de desembalse de la Laguna Parón se debe a que el nivel de agua sobrepasó el máximo y mínimo de seguridad.

De acuerdo con la norma, la situación podría agravarse ante un evento de avalancha de hielo, roca o procesos de remoción de masas, movimientos sísmicos, entre otros, encontrándose en muy alto riesgo la vida, salud y medios de vida de la población de diversas localidades, así como la Central Hidroeléctrica Cañón del Pato y Proyectos Especiales (Chavimochic y Chinecas) en el ámbito del distrito de Caraz, provincia de Huaylas, Áncash.

El dispositivo legal agrega que las acciones derivadas de la declaratoria de emergencia estarán a cargo del Gobierno Regional de Áncash, la Municipalidad Provincial de Huaylas y la Municipalidad Distrital de Caraz, con la coordinación técnica y seguimiento del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).

Además, participarán los ministerios de Agricultura y Riego, Energía y Minas, del Interior y de Defensa, y demás entidades.

El presente decreto supremo es refrendado por el Presidente de la República, Martín Vizcarra; el Presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar; y los titulares de Agricultura y Riego, Energía y Minas, Interior y Defensa.

Fuentes:



19 de agosto de 2018

Siembra y cosecha de agua en Ayacucho

Durante más de 10 mil años, las poblaciones de los Andes establecieron un modelo de vida basado en la agricultura y, a pesar de los enormes cambios sociales, económicos y poblacionales de los últimos siglos, los valores de desarrollo en armonía con el medio ambiente y de complementariedad y reciprocidad siguen siendo la base de la cultura andina, en la cual el agua juega un papel central.

Para las comunidades campesinas andinas el agua es un ser vivo y fuente de vida. Por ello viven en armonía con ella y la protegen. La Asociación Bartolomé Aripaylla (ABA) respalda activamente lo mencionado y trabaja en forma conjunta con las familias campesinas ubicadas en Quispillacta, entre 3500 y más de 4000 msnm, en la provincia de Cangallo, Ayacucho, Perú. ABA es una institución que se identifica con los problemas y necesidades cotidianas de la zona, pues se encuentra conformada por un equipo de profesionales originarios de Quispillacta y otras comunidades aledañas.

Desde hace más de 20 años trabajan juntos y con una sola visión: contar con agua para su consumo, riego de pastos y para la conservación de los pastos comunales. Las prácticas ancestrales aún vigentes han ayudado a estas comunidades a proveerse de agua durante todo el año.

¿En qué consiste la siembra y cosecha de agua?

En el marco de la cosmovisión local, el agua al igual que el suelo y otros componentes de la naturaleza, son considerados “personas” que tienen vida (kawsaqmi). Los pobladores mencionan que hay que “llamar”, “almacenar" y “llevar” al agua, a través de cantos ceremoniales.
La siembra y cosecha de agua de lluvia, consta de las siguientes actividades:
  • Qucha ruway (almacenamiento de agua de lluvia en vasos naturales u hoyadas).
  • Puquio waqaychay (protección y conservación de puquiales emergentes).
  • Plantación de plantas que “llaman agua” o “madres del agua” en ojos emergentes y bofedales.
  • Lliwas (formación de bofedales o humedales).
  • Puquio laqay (mantenimiento festivo de los ojos de agua).
El Qucha ruway consiste en el almacenamiento de agua de lluvia en vasos naturales mediante la construcción de diques de piedra con núcleos de arcilla. La actividad es ceremonial y se realiza con profundo respeto a las deidades del lugar donde se va “fundar” la laguna. El objetivo es la siembra de agua para que se infiltre a través del suelo y subsuelo, y alimente a los acuíferos que dan origen a manantes, localmente llamados “ojos de agua” o puquios, y a los bofedales o humedales de puna.

El Qucha ruway es una modalidad alternativa de almacenamiento del agua en ‘vasos’ impermeabilizados, por lo que la recuperación de la vegetación circundante para evitar el arrastre de sedimentos finos por la escorrentía superficial hacia el lecho de las lagunas, es otro de sus objetivos. Las lagunas se estabilizan después de varias temporadas de lluvia, lo cual ocurre por el nivel de reposición del agua en la napa freática.

Los nuevos puquios que aparecen como efecto del almacenamiento del agua de lluvia, así como los existentes, son “criados” con plantas que a su vez “crían agua”, y se conocen como yakupa maman (plantas madres del agua) o yaku qayaq (plantas que llaman agua), como son la putaqa (Rumex peruvianus) y otras plantas que tienen las cualidades de hacer brotar agua donde no hay e incrementar el volumen del manante. Se las protege del daño de los animales con pukutus o pukullus (infraestructuras de protección del manante) de piedra y, además, estas plantas, confieren energía a las lagunas y a los nuevos ojos de agua: “les hacen encanto”.

Las actividades que siguen son la formación y ampliación de los bofedales y el mantenimiento de los puquiales y lagunas en cada año agrícola, lo que significa la limpieza de sedimentos acumulados en los puquiales y la rehabilitación de conductos subterráneos que comunican al puquial madre (maman puquio) con los de uso (puquiales secundarios).

Este mito del uso y el cuidado del agua está vinculado a los rituales que se celebran en ceremonias y fiestas de gran amplitud como es el Yarqa Aspiy (limpieza de canales) donde la ceremonia central es la ofrenda al Puquio laqay (mantenimiento de puquiales), que se celebra entre mayo y septiembre. También se vincula con un alto nivel de organización comunal, protagonizada por los jóvenes y niños, quienes se encargan de la festividad y la limpieza de todos los puquiales.

La recuperación de todo este conjunto de actividades basado en la cosmovisión propia de los campesinos de Quispillacta, ha sido realizada con el acompañamiento de ABA, pues los campesinos las estaban olvidando debido al consumo de agua entubada y al abandono de las técnicas tradicionales especiales para la regeneración del agua y la naturaleza.

Los que paticipamos en la pasantía hemos constatado la fuerza que tiene la cultura para provocar cambios de actitud en las personas. Donde antes había abandono, desolación y lágrimas, hoy desborda el entusiasmo y respeto entre los comuneros y sus autoridades, traducido también en una mayor disponibilidad de agua para el cultivo, para el “buen vivir” (kausakuy). Los productores han visto que a partir de condiciones naturalmente más difíciles que las propias, se pueden lograr situaciones de bienestar, que las creencias que les transmitieron sus abuelos están vivas también en otros lugares, y que les dan la fuerza para vivir mejor. “En mi sitio no hay putaqa, es más frío, más húmedo, pero voy a buscar unas parecidas, probarlas, criarlas en silencio. Cuando resulten, recién voy a mostrar a los comuneros”.

Doris Romero
Asociación ETC Andes
Correo-e: romerodo@yahoo.es



Tomado de Leisa Agro Ecología

3 de agosto de 2018

Walipini, las ingeniosas huertas subterráneas "made in Bolivia" que pueden resistir al clima extremo del Altiplano

Los Walipinis son un poco mágicos. Con su aspecto tosco, de tejados casi al ras del suelo, pueden pasar fácilmente desapercibidos en medio del paisaje árido y sepia del Altiplano de Bolivia. 

Y sin embargo, dentro, bajo tierra, pueden esconder un verde brillante, desproporcionadamente vivo en esta gigantesca planicie de clima extremo, donde al aire libre casi todas las plantas mueren.

Gabriel Condo lo sabe y por eso hace casi tres años decidió construir una de estas estructuras baratas e ingeniosamente simples, con la que ha podido mejorar la dieta de sus cinco hijos y aliviar el bolsillo.

"Ya no compramos verduras en el mercado, ahora las producimos aquí", me contó orgulloso frente a su Walipini, semienterrado a unos 4.000 metros de altura en un remoto lugar del departamento de Oruro, al final de media hora de viaje por una pista arenosa que se vuelve inaccesible cuando llueve.

El sonoro nombre aymara de estos invernaderos significa literalmente "muy bueno" o "muy bien", porque logran crear bajo tierra un paraíso de suaves temperaturas en medio de un clima imposible, de días calurosos y noches heladas, vientos fuertes y agua escasa hasta cuando cae, solo durante tres meses al año.

El artículo completo en:

BBC Mundo

8 de julio de 2018

Perú: Crean una casa climatizada para enfrentar heladas

Este tipo de casas permiten soportar temperaturas extremas, gracias al uso de energía solar para generar un ambiente cálido.


Los investigadores peruanos Enrique Barrantes, Ronald Mas y José Miguel Pérez crearon una casa especial que permite a las familias que viven en zonas altas de la sierra soportar las heladas y bajas temperaturas extremas, como el caso del distrito de Mazocruz, región Puno.

Los investigadores de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), junto con la empresa Domos Perú, inventaron esta casa, que aprovecha la energía solar para crear un ambiente cálido dentro del domo, y que ya se puso a prueba en Mazocruz con buenos resultados.

“En este proyecto se aprovecha la energía solar que se transforma en energía eléctrica para el control y distribución de energía térmica dentro de un domo, el cual al tener capas aislantes contribuye a alcanzar una temperatura confortable de hasta 35° grados Celsius frente a temperaturas extremas de 5° y 10° grados bajo cero” explica a la Agencia Andina el ingeniero mecánico, Ronald Mas, quien junto a su equipo técnico vivieron una semana dentro de este domo.

casa 
 
El proyecto costó S/ 440 mil y fue cofinanciado por Innóvate Perú y Domos Perú y la PUCP. (Foto: Difusión)

Con este invento no solo se busca dar una respuesta inmediata a un problema sino también se aprovecha los recursos de la zona, como es la alta energía solar que hay durante el día. Además de garantizar una temperatura agradable por 9 horas (de 10:00 p.m. hasta las 6:00 a.m.) para las personas que están dentro del domo, también es portátil y puede trasladarse e instalarse de manera rápida. Con respecto a la salud, este invento permitirá reducir los casos de enfermedades respiratorias en los niños y adultos mayores.

En abril de este año, el proyecto trajo al Perú una medalla de plata al ganar en su categoría “Viviendas saludables y climatización” en la 46 Exhibición Internacional de Inventos realizada en Ginebra, Suiza.

“Fue una experiencia muy grata y vimos que no estamos lejos de otros países que también utilizan este tipo de tecnología. Hubo bastante interés de los europeos, pues ellos tienen bien claro el concepto de casas eco sostenibles” comenta Ronald Más, quien enfatiza que con este proyecto se garantiza un confort térmico, lo cual no sucede con otras tecnologías que solo pueden llegar a 15°C.

Fuentes: 



3 de agosto de 2017

El Pastoruri y otros cinco glaciares agonizan por el cambio climático

El glaciar Pastoruri (Ancash) retrocedió de forma drástica en las últimas décadas...

Adiós a las cumbres nevadas. Glaciar ubicado en Huaraz conserva solo 0,76 kilómetros cuadrados de hielo. De 1.035 km2 de cobertura glaciar que tenía el Perú en 1962, ahora solo conserva 445 km2. Cinco cordilleras desaparecerán en 10 años.

Los miles de peruanos que por muchos años eligieron la ciudad de Huaraz como destino turístico para sellar su etapa escolar con un viaje de promoción recordarán al Pastoruri como un glaciar majestuoso que se alzaba ante sus ojos en medio de las montañas.

Los aficionados al esquí que se reunían por centenares para competir o practicar sobre aquel manto blanco, también lo recordarán como ese extenso bloque de hielo en el cual se podían deslizar sintiéndose libres.

Quien haya llegado a contemplar este glaciar en todo su esplendor, hoy puede sentirse un privilegiado pues puede guardar el recuerdo de lo que este nevado fue.

Una lenta agonía

 Infografía (click en la imagen para agrandar)

Debido al cambio climático, Pastoruri, el nevado ubicado en la zona de influencia de la comunidad campesina Catac, en la provincia de Recuay, en Áncash, hoy agoniza, y de él quedan apenas 0,76 kilómetros cuadrados de cobertura de hielo, según datos recientes del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem). Su extinción es algo inevitable, dentro de pocos años.

"Pastoruri en la actualidad ya no es considerado un glaciar, porque ahora es una capa de hielo o apenas un microcasquete de hielo. Es un ejemplo emblemático de cómo los glaciares de la Cordillera Blanca y del país, en general, a consecuencia del cambio climático y las altas temperaturas existentes en el planeta, están retrocediendo aceleradamente. Eso sin contar los glaciares que ya se han extinguido", comenta Mario Zapata Luyo, director de Investigación en Glaciares del Inaigem.

Luego de una hora y media de viaje en camioneta desde el centro de Huaraz hasta la comunidad de Catac, se llega a la zona neutra o "punto de parqueo" para emprender la subida hacia Pastoruri. Desde allí es necesario montar caballo para aproximarse a lo que ahora queda del nevado.

Desde este nuevo punto, el retroceso del glaciar es evidente e impresionante: antes se llegaba a tocar la nieve desde que uno se bajaba del caballo, pero ahora hay que caminar un largo tramo hasta llegar a la zona más cercana al hielo.

"Por datos históricos sabemos que en 1962 Pastoruri tenía un área de 3,24 kilómetros cuadrados, hoy solo quedan 0,76", dice la ingeniera Luzmila Dávila, especialista en Glaciología del Inaigem, y agrega que año a año Patoruri retrocede, en promedio, 14 metros.

"Perder un glaciar es grave. Estamos hablando de masas de agua que constituyen una reserva de agua dulce en estado sólido. Los glaciares son proveedores de agua en regiones donde las lluvias son escasas, como ocurre en zonas de la costa del Perú, y actúan como reguladores del régimen hidrológico en casi todas las regiones andinas", agrega el investigador Mario Zapata.

El especialista comenta que el Perú ya ha experimentado la pérdida de glaciares como el Broggi en el 2005, perteneciente a la cordillera Blanca, ubicado al este de la ciudad de Yungay; mientras que el nevado Yanamarey, también perteneciente a esa cadena montañosa, actualmente cuenta con 0,2 km2, encontrándose a un paso de desaparecer totalmente de la memoria de los peruanos.

Además, la cordillera volcánica que comprendía unos 80 km, en una franja entre los departamentos de Arequipa y Moquegua, se extinguió en el año 2010. Es decir, desde ese año ningún volcán como el Misti, el Chachani o el Pichu Pichu, ubicados en esa cordillera, cuenta con cobertura de hielo.

Otros cinco glaciares que se extinguen

Pero existen otros nevados del país que se encuentran en una situación más crítica.
De las 18 cordilleras nevadas con las que aún cuenta el Perú, doce han sido analizadas por el Inaigem como parte de sus acciones de inventario.

Los resultados preliminares arrojan que cinco de estas cordilleras se encuentran camino a la extinción. Los técnicos estiman que dentro de 10 años al país le quedarán solo 13 cordilleras.

Veamos caso por caso. La cordillera La Viuda tiene una pérdida de cobertura glaciar que supera el 86%, la cordillera Chonta afronta la misma situación, con una pérdida superior de 97%; la cordillera Huanzo, igualmente: tiene una pérdida superior al 92%. También la cordillera La Raya registra una reducción superior al 83% y la cordillera Chila una pérdida superior al 97%.

Estas cinco cordilleras en peligro de extinción reúnen actualmente apenas 5 kilómetros cuadrados de área total de cobertura de hielo (ver infografía).

De los 1.035 kilómetros cuadrados de cobertura glaciar con los que contaba el Perú en 1962, al 2017 le quedan solo 445 kilómetros cuadrados, lo cual representa una reducción del 65% en 55 años.

Otro dato impresionante es que solo la cordillera Central tenía 117 kilómetros cuadrados de cobertura en 1962, y al 2016 le quedan apenas 40 kilómetros cuadrados, lo que representa una reducción equivalente a 3 mil millones de metros cúbicos de agua que se perdió en el mar
.
"Una persona consume aproximadamente 4 metros cúbicos de agua al mes, y teniendo en consideración el número de habitantes que tiene Lima, estos 3 mil millones de metros cúbicos hubieran servido para abastecer a la población de la capital durante 5 años", comenta Ricardo Villanueva, director de Información y Gestión del Conocimiento del Inaigem.

Lea el artículo completo en:

La República

17 de junio de 2014

Alberto Salas, el "padrino" peruano que quiere salvar al mundo con la papa


Manos de un agricultor cultivando papa

La domesticación de la papa por los agricultores andinos comenzó hace 10.000 años.

El ingeniero Alberto Salas no puede girar la cabeza hacia ningún lado. Su lesión en las cervicales, fruto de una caída, es sólo una de las tantas padecidas a lo largo de una vida dedicada a la búsqueda de especies silvestres de papa.

Ingeniero agrónomo Alberto Salas

Salas lleva más de medio siglo dedicado a la recolección de especies silvestres de papa.

El agrónomo peruano de 71 años, conocido en el Centro Internacional de la Papa en Lima como "el padrino de la papa", lleva más de medio siglo consagrado al estudio del cultivo que, asegura, ayudará a la humanidad a sobrevivir el cambio climático.
Las especies silvestres contienen genes que pueden ser incorporados a los cultivos de papa para hacerlos resistentes a sequías, heladas o mayores temperaturas.

Estas papas se distribuyen en América a lo largo de unos 4.000km. "Es una inmensidad de diversidad genética, y además estas papas ya han soportado muchos cambios en el clima", le dice Salas a BBC Mundo.

"La papa va a ser el primer cultivo del mundo. Tiene una gran plasticidad, y acuérdense que otros cultivos como el arroz y el maíz necesitan una enorme cantidad de agua".

Montañas y ríos

Agricultor andino

El término quechua "Pakkarik" o aparición es usado para describir el hallazgo de nuevas variedades.

Rastreando y recolectando papas silvestres, Salas recorrió desde Arizona hasta el norte de Chile y Argentina.

"He recorrido el suroeste de EE.UU., México, todos los países centroamericanos, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela", dice a BBC Mundo el agrónomo del CIP.

En sus travesías vadeó ríos en troncos y a caballo y subió múltiples laderas de la cordillera de los Andes.

En una ocasión el río tumbó su caballo. "Tenía mi mochila con mi herbario que me sirvió de flotador y me salvó la vida".

En Puno, sufrió una fractura en un brazo y perdió el conocimiento.

"Vi una plantita cerca de un abismo, salté dos metros para llegar a ella y el lugar donde caí se desmoronó".

Pero tal vez los peligros más graves los enfrentó durante los 80 y 90, cuando fue detenido cinco veces por Sendero Luminoso, episodios de los que hoy no quiere hablar demasiado.

"Prefiero ya ni recordar. Estábamos en lugares muy alejados. Ha sido una época muy terrible, fue cuando la periodista ecológica Bárbara D’Achille fue asesinada en los Andes", cuenta.

Variedades de papa de diversas formas y colores

Hay más de 150 especies de papa silvestre y más de 4.000 variedades de papa cultivada.

Niñez a 3.300 mts

El trabajo de recolección de Salas es parte de una tradición que incluye a investigadores legendarios como el ruso Nikolai Vavilov, asesinado por el régimen de Stalin, el italiano Antonio Raimondi, el estadounidense David Spooner, con quien Salas ha recolectado en muchas ocasiones, y otro científico peruano conocido a nivel internacional como el "Indiana Jones de la papa", el botánico y explorador Carlos Ochoa, quien falleció en 2008.

Charles Darwin

Darwin se maravilló con la adaptabilidad de las papas que recolectó en territorio chileno.

Charles Darwin también recogió papas silvestres en Chile y en su libro "Viajes del Beagle", describe como "notable" que la planta se encuentre desde montañas donde "no cae una gota de lluvia por más de seis meses, hasta los bosques húmedos de las islas del sur".

En el caso de Salas, su pasión por la papa nació en la niñez, cuando ayudaba a sus padres agricultores.

"Yo nací en Coracora, Ayacucho, 3.300 mts sobre el nivel del mar", relata Salas.

"Las papas crecen en los cerros donde íbamos a jugar, nos repartíamos una ladera de un cerro a ver quién recogía más tubérculos de papas silvestres".

Ancestros de la papa

Muchas de las papas silvestres "son los ancestros, o sea, los padres de las actuales papas cultivadas", explica Salas.

Los pobladores de los Andes comenzaron a domesticar el cultivo hace más de 10.000 años a partir de esas papas silvestres.

Consumidores en un mercado en Pekín comprando papas

China es hoy el primer productor mundial de papa.

"Eran nómades que recolectaban frutos, lo que está en la parte aérea de la planta. Pero de mayo a diciembre no hay frutos, y comenzaron a buscar raíces y tubérculos para su alimentación, entre ellos la papa".

Se estima que existen actualmente más de 150 especies de papas silvestres y más de 4.000 variedades de papa cultivada.

Salas ha descubierto y redescubierto muchas especies silvestres, y recuerda especialmente una que se consideraba desaparecida en Panamá, Solanum woodsonii

"En la selva de Panamá, cerca del volcán Barúa, buscábamos una aguja en un pajar entre tantas plantas. Después de 15 días, subiendo un sitio muy escarpado, redescubrimos después de casi 60 años a la Solanum woodsonii. Bailamos y cantamos, la alegría inmensa de descubrir una especie es indescriptible". 

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

9 de agosto de 2013

Los incas sacrificaban a sus niños como estrategia militar

Los restos de alcohol y de coca en tres niños asesinados hace 500 años en un volcán argentino sugieren prácticas brutales para inspirar miedo en los pueblos conquistados por los incas.


La Doncella, sacrificada a los 13 años en el volcán Llullaillaco. / José Fontanelli
“…decía la muchacha acaben ya conmigo que para fiestas bastan las que en el Cuzco me hicieron; lleváronla a un alto cerro, remate de las tierras del Inca, y hecho el depósito la bajaron a él y emparedaron viva”. Así, según dejó escrito el sacerdote Hernández Príncipe en 1601, acabó la vida de una virgen del Sol, una mujer elegida por los incas para ser sacrificada en la cumbre de una montaña.

Durante siglos, estas historias de niños asesinados en los cerros parecían leyendas plasmadas por los conquistadores españoles, hasta que en el siglo XX empezaron a aparecer los cadáveres casi intactos de los pequeños, congelados en las frías cumbres de Los Andes. En 1999, un equipo dirigido por el explorador estadounidense Johan Reinhard se topó en la cima del volcán Llullaillaco, a más de 6.700 metros de altura en el norte de Argentina, con la tumba más alta jamás erigida por el ser humano.

Allí, sometidos a temperaturas que rondaban los 40 grados bajo cero, se encontraban los cuerpos de un niño y una niña, de entre 4 y 5 años, y un tercer cadáver de una adolescente de 13 años, tan bien conservada después de 500 años que sus descubridores aseguran que parecía dormida. La llamaron La doncella.

Un equipo internacional de científicos acaba de analizar los restos de aquella chica y sus dos pequeños acompañantes, asesinados en algún momento entre 1480 y 1532, para intentar iluminar las causas de su muerte. Los investigadores han estudiado su consumo de alcohol y de hojas de coca, sustancias habituales en los sacrificios incas, para intentar obtener una nueva perspectiva de sus últimos días.

Los autores, liderados por el arqueólogo Andrew Wilson, de la Universidad de Bradford (Reino Unido), han estudiado los cabellos de los niños en busca de sustancias químicas derivadas del consumo de coca y chicha, una bebida alcohólica hecha con maíz. Siguiendo los cabellos desde la raíz hasta las puntas, los científicos han podido rastrear la dieta de los niños hasta 21 meses antes de sus muertes.

El estudio, que se publica hoy en la revista PNAS, muestra que la adolescente de 13 años consumió más hojas de coca y alcohol que los otros dos niños. Su creciente patrón de consumo sugiere, según los investigadores, que la bebida y la coca fueron empleadas para forzar la participación de la niña en la ceremonia que acabó con su muerte. Además, añaden, su cabello muestra un cambio de dieta radical un año antes de su muerte, coincidiendo con su elección como virgen del Sol para ser sacrificada.

Como explica la experta en arqueología andina Alicia Alonso, de la Universidad Complutense de Madrid, para las culturas precolombinas las montañas eran dioses que protegían a los pueblos. En Los Andes hay unos 200 cerros con restos arqueológicos de rituales religiosos. Uno de estos rituales era la Capacocha, una ceremonia anual en la que se hacían ofrendas a los dioses. “La mayor ofrenda que se podía hacer era un niño, cuanto más bonito mejor, pero no hay que perder de vista el contexto. En Los Andes hay un volcán tras otro. Los incas vivían con un miedo tremendo, tenían que estar bien con sus cerros, que estaban vivos, que eran sus ancestros que los protegían”, señala la investigadora, ajena al nuevo estudio.

Sin embargo, el equipo de Brown dibuja una realidad más brutal. Los autores relacionan sus hallazgos con “estrategias de control social y legitimación política seguidas por el expansionista Estado inca antes del contacto con los europeos”.

Tumbas como advertencias

La tradición de sacrificios humanos y matanzas rituales en la cordillera andina se remonta a mucho antes de que existieran los incas, pero su número y su sofisticación aumentaron coincidiendo con la expansión del imperio a partir de su capital, Cuzco, en el actual Perú. En este contexto, creen los investigadores, la Capacocha, con sus sacrificios de niños en las altas cumbres, tenía también una explicación militar: las tumbas eran advertencias. “La ceremonia fue un despliegue de poder ritual diseñado para inspirar temor y miedo en en los pueblos conquistados, como medio de control social”, opina Emma Brown, bioarqueóloga de la Universidad de Bradford y coautora del estudio de los cabellos de La doncella.

Desde todos los puntos del Imperio inca se enviaban niños a Cuzco, escogidos por su belleza. Tras una ceremonia en honor a los dioses, volvían a sus pueblos, a menudo situados a meses de camino a pie. Una vez en casa, los niños eran vestidos con sus mejores ropas y se les daba de beber alcohol de maíz en abundancia, antes de meterlos en un pozo bajo tierra en la cumbre de una montaña.

El Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta (Argentina), que custodia las llamadas momias de Llullaillaco, asegura que “según la creencia inca, los niños ofrendados no morían, sino que se reunían con sus antepasados, quienes observaban las aldeas desde las cumbres de las altas montañas”. Sin embargo, el misionero jesuita español Bernabé Cobo dejó escrito en 1653 que los padres “eran obligados a hacerlo [entregar a sus hijos para el sacrificio] con gestos de felicidad y satisfacción”. Para los autores del nuevo estudio, las palabras de Cobo muestran que el Estado inca había creado “un clima de terror” llenando las montañas de niños muertos.

Fuente:

Materia

15 de julio de 2013

UNESCO preocupada por falta de control de retroceso de glaciares en los Andes

La falta de control del retroceso de los glaciares en la Cordillera de los Andes genera alarma entre científicos y expertos de la UNESCO reunidos en Perú con el fin de recomendar a los países andinos tomar medidas urgentes ante la amenaza del cambio climático.

"Es preocupación de la UNESCO la falta de monitoreo de los países andinos vulnerables al derretimiento de los glaciares y sus consecuencias en las comunidades que viven del agua de los nevados", dijo a la AFP Siegfried Demuth, jefe de Hidrología y de las Ciencias del Agua del organismo de mundial.

El científico alemán participa del "Foro Internacional Glaciares: retos de la investigación al servicio de la sociedad en el marco del cambio climático", que concluye el jueves en la ciudad de Huaraz, región Ancash (norte).

El evento busca poner al servicio de los países andinos (Perú, Chile, Bolivia y Argentina), cuyos glaciares están afectados por el cambio climático, las experiencias, prácticas e investigaciones nacionales e internacionales sobre glaciares, señaló.

"El problema es que no existe información actualizada del retroceso de los glaciares. Los gobiernos deberían hacer un control permanente para saber cuánto baja el agua y cuanto queda para su población en el futuro", dijo.

Explicó que el retroceso de los glaciares en los Andes pone en duda la sostenibilidad de "los patrones actuales de disponibilidad y uso de agua, en consecuencia tendrá efectos importantes en la economía, la vida y los medios de subsistencia de los pobladores de la región".

Demuth informó que por esa razón la UNESCO está tratando de concientizar y sensibilizar a las poblaciones, a los gobiernos involucrados en el impacto del cambio climatico, para "que entiendan que es importante tomar medidas de adaptación para el largo plazo".

"La solución técnica científica es proponer la construcción de reservorios para guardar agua a mediano plazo. Si los glaciares se derriten y no hay reservorios no habrá agua", precisó.

La UNESCO ha creado el Programa Hidrológico Internacional que trabaja con los países andinos para establecer una red internacional a fin de facilitar el diálogo entre investigadores y los tomadores de decisiones.

Hugo Jara, jefe de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) de Perú, dijo que en los últimos 30 años la superficie glaciar ha retrocedido 40% y se estima que en el decenio 2020-2030 los glaciares por debajo de los 5.000 metros sobre el nivel del mar habrán desaparecido.

Los glaciares peruanos están distribuidos en 20 regiones montañosas que cubren unos 2.000 kilómetros cuadrados, dijo durante la inauguración del foro internacional.

Perú es uno de los 10 países megadiversos del mundo que, después de Brasil, tiene el bosque amazónico más extenso, la cadena de montañas tropical de mayor superficie, el 71% de los glaciares tropicales, 84 de las 104 zonas de vida identificadas en el planeta y 27 de los 32 climas del mundo, señaló Jara.

Un caso emblemático del deshielo es el nevado Pastoruri, de 5.200 metros de altura, una de las joyas turísticas del Parque Nacional de Huascarán, en Ancash, que ha disminuido en un 30% entre 1995 y 2005, y en el que se pueden ver rocas desnudas, producto del deshielo.

El Instituto Geofísico del Perú (IGP) advirtió que en el 2030 la turística laguna de Huaytapallana en la provincia de Huancayo, región Junín (centro) se secará porque su principal proveedor de agua, el nevado del mismo nombre, se habrá derretido.

"La población de Huancayo desconoce cifras exactas de la cantidad de masa glacial y reservas que existe en la napa freática", señaló Pablo Lagos investigador del IGP.

En 1976 el nevado Huaytapallana tenía una superficie de 36 km2 y en 2006 se había reducido a 14 km2. En 30 años perdió el 59,4% de su superficie total.

Fuente:

Terra Noticias
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