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9 de mayo de 2013

Las raíces del vínculo materno: El amor de la madre primate

Una hembra de gorila protege a su cría, escoltada por dos machos. | Bioparc Valencia

Una hembra de gorila protege a su cría, escoltada por dos machos. | Bioparc Valencia
Pronto se celebrará el Día de la Madre y es el momento perfecto para repasar lo fundamental que este rol social ha supuesto en la historia evolutiva de nuestra especie.

Según la Teoría de la Eva mitocondrial, todos los humanos actuales descendemos de un pequeño grupo de mujeres que vivieron hace unos 190.000 años en la zona oriental del continente africano. La evidencia se encuentra en un pequeño fragmento de ADN que poseemos todas las etnias del planeta tierra, transmitido por vía materna. Pero la historia de este fantástico viaje que ha supuesto la relación madre-cría en la evolución de los humanos y otros primates comenzó varios millones de años antes.

En los mamíferos, la responsabilidad del cuidado recae principalmente en las madres (95% de las especies conocidas). Las teorías clásicas apuestan por la aparición del cuidado materno debido a que los hombres no somos fiables. La tendencia a cazar, luchar e irnos con otras mujeres nos convierte en unos progenitores que proporcionan escasa seguridad a la hora de aportar los 13 millones de calorías que, el antropólogo Hillard Kaplan, ha calculado que son necesarias para criar a un humano hasta el momento de su independencia.
                 
La maternidad es un sistema de inversión parental clave para nuestra adaptación que no poseen todas las especies del Reino Animal. En peces, es frecuente que sea el padre el encargado del cuidado y crianza de la descendencia. En el caso de las aves, predomina el modelo en el que ambos sexos cooperan por igual. Pero estos animales no dependen tanto de los conocimientos de otros individuos para sobrevivir como nosotros.

Sin la existencia del cuidado maternal, los primates probablemente nos hubiéremos extinguido hace millones de años o simplemente no seríamos la especie tan exitosa que representamos hoy en día. A diferencia de otros animales, los grandes simios nacemos con pocas habilidades para comportarnos en grupos tan complejos como en los que vivimos. Las primeras lecciones sociales las aprendemos de nuestras madres.

En una visita reciente al Bioparc de Valencia, el biólogo responsable de primates Rubén Pardo, me contó que Mirinda, una hembra chimpancé solía poner límites al comportamiento de su cría Kimbo. Kimbo tenía la mala costumbre de hacer demostraciones de fuerza que copiaba de los adultos, pero que eran peligrosas ya que no correspondían a su edad ni poder. Mirinda solía parar de raíz estas conductas agarrándole, dándole a entender que no era lo adecuado. Es peligroso despertar la agresividad de otros machos adultos si no puedes hacerles frente.

Además, es necesario aprender a defenderse y obtener recursos del entorno. Esta flexibilidad tan característica de la especie humana supone una ventaja en ambientes cambiantes y complejos, ya que podemos aprender de la experiencia de otros, pero también es una desventaja porque dependemos muchos años de individuos que deben invertir gran cantidad de tiempo y energía en nosotros.



En la relación madre-cría también se produce un desarrollo emocional que jugará un papel clave en el futuro, tanto en la vida social como personal. En varios experimentos realizados por Harry Harlow sobre la importancia del apego con las madres para los primates, se demostró que unos macacos recién nacidos preferían estar con una falsa madre de trapo a una de frío metal, aunque esta última portaban un biberón.

Los resultados obligaron a modificar protocolos de trato en orfanatos y hospitales, con el objetivo de proporcionar mayor contacto físico a los bebés. Pero este papel afectivo no lo ha de cumplir necesariamente la madre biológica. En los casos de chimpancés huérfanos, suele ocurrir que una hermana de la madre u otra hembra no emparentadas asumen el cargo con gran entusiasmo.

Muchos primates mantenemos el vínculo con nuestras madres de por vida. Los bonobos continúan el contacto con sus madres pasados muchos años. En la mayoría de las sociedades humanas ocurre lo mismo. Las visitamos de manera periódica o mantenemos el contacto por teléfono e internet. En chimpancés, también hay registrados casos de relaciones de larga duración entre madres y sus hijos.
Sobre la base de la experiencia de la relación madre-cría, interpretamos y exploramos el mundo que nos rodea. Se ha demostrado que el estilo de apego que mantenemos con nuestras madres influye en la curiosidad, la creatividad, las ganas de vincularnos con otras personas y la tendencia a explorar el mundo. En una conversación que mantuve hace varias semanas con Jane Goodall, me contó el caso de madres chimpancés que aplican una fórmula muy exitosa: afectividad, ser juguetonas, tolerantes y dispuestas a poner límites.

En el fenómeno de la maternidad pueden rastrearse los orígenes del entendimiento mutuo y la empatía. La bióloga evolutiva Sarah Blaffer Hrdy cree que debido a la gran dependencia de las crías humanas, las madres del Paleolítico tuvieron que ser ayudadas por otros miembros de grupo: tías, abuelas, niños más maduros, etc. Gracias a esta organización en torno a los bebés, la sociabilidad de nuestra especie se vio favorecida.

La cooperación de todos era necesaria para sacar adelante a la descendencia, lo que generó mayor cohesión de los grupos y se favorecieron los mecanismos de entendimiento. De hecho, aún hoy en día, podemos comprobar como en sociedades menos industrializadas que la nuestra, la implicación de toda la familia en la crianza es frecuente. En España aún quedan algunas reminiscencias y puede que la crisis que haya hecho florecer de nuevo esta tendencia tan ancestral.
                    
De lo que sí podemos estar seguros es que la maternidad ha cambiado la historia evolutiva del ser humano para siempre. A partir de ese vínculo tan especial se han desarrollado o potenciado otras capacidades cognitivas que hacen de nuestra especie un animal excepcional. Además, pocas cosas en común son tan fáciles de entender para cualquier ser humano del planeta, por diferente que sea, que la experiencia vital de haber tenido una madre.

Fuente:

Yo Mono (El Mundo)

12 de mayo de 2012

Hagan sus apuestas: Leche materna vs. leche artificial

Especial: Día de la Madre 
 

La leche materna es el mejor alimento para los niños, de la misma forma que la leche de vaca es la mejor para los terneros. Todos los mamíferos producen leche que es perfecta para sus crías. En esta entrevista con la Dra. Gro Nylander, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Rikshospitalet de Oslo, Noruega, descubrirás más cosas sobre la lactancia. Gro Nylander ha escrito el libro ”Maternidad y lactancia ”, publicado por Ediciones Granica. En este libro ofrece información y consejos a los nuevos padres, de manera exhaustiva y de fácil comprensión.
- ¿Por qué es mejor la leche materna?

- La leche materna contiene de manera precisa todo lo que el niño necesita para su desarrollo y crecimiento natural. Siempre está fresca, ya que se toma directa de fábrica. La leche materna es fácil de digerir, y se sirve limpia y a la temperatura adecuada. De esta manera se evitan los intermediarios que encarecen el producto final y el riesgo de contaminación por falta de higiene. Además, el momento de la comida es cálido y agradable y transmite seguridad al pequeño.

Otra ventaja es que los niños de pecho no necesitan agua, incluso durante días calurosos de verano o cuando tienen fiebre. Estudios hechos en los trópicos muestran que incluso durante intensas olas de calor, los niños están bien hidratados cuando se les da el pecho siempre que lo piden. Por lo tanto no es conveniente estropear el delicado equilibrio del intestino del niño dándole agua u otra bebida mientras no sea absolutamente necesario.

Lípidos favorables para el ser humano

Gro Nylander tiene como referencia una larga serie de estudios científicos cuando explica con detalle los componentes de la leche materna y por qué son tan importantes para el crecimiento, desarrollo y salud del niño. En primer lugar, está la grasa.

La grasa es una parte importante de la leche materna y aporta por término medio la mitad de las calorías. Esta grasa favorable para el ser humano está repartida en minúsculas gotitas de manera que el bebé pueda aprovecharla por completo. La grasa es importante para, por ejemplo, el desarrollo del cerebro. Cuando el niño nace el cerebro todavía no está completamente desarrollado. La creación de tejido cerebral precisa de mucha cantidad de grasa, el mejor material para construir este tejido es la grasa de la leche materna.

La grasa de la leche materna también es necesaria para el desarrollo de la vista. Por si fuera poco, la grasa de la leche materna favorece un crecimiento adecuado. Existen estudios que muestran que los niños de bajo peso al nacer, que por alguna razón han pasado hambre mientras estaban en el útero de su madre, engordan más rápido con la leche materna que con cualquier otro alimento.

A algunos les sorprende que la leche materna contenga tanta grasa, ya que su aspecto es parecido al de la leche de vaca desnatada. La explicación es que la composición de la leche materna cambia constantemente, de acuerdo a las necesidades del niño. La cantidad de grasa varía a lo largo del día y también a lo largo de cada toma. En general, la cantidad de grasa aumenta hacia el final de la tetada, cuando el niño ha saciado su sed y puede llenarse con unas cuantas calorías. A menudo también aumenta la cantidad de grasa a medida que transcurre el día. La grasa libera sustancias que hacen que el niño se sienta somnoliento cuando se acerca la hora de acostarse.

Hidratos de carbono y proteínas

Es un pequeño shock para el bebé llegar al mundo después de haber estado en el vientre de su madre, donde recibía alimento continuamente, día y noche. Ahora pasan horas entre toma y toma. Cuando por fin la comida está servida, el pequeño puede sentirse incómodo por el hambre y la bajada de azúcar en la sangre. En esos momentos es bueno saber que la leche que sale del pecho al principio de la tetada tiene abundancia de azúcar (lactosa). Esta leche le da al niño fuerzas para seguir mamando y hacerse con todos los otros beneficios que la leche materna le ofrece.

-¿A qué está bien pensado?, comenta la obstetra.

En la leche se encuentran muchos tipos de hidratos de carbono. La lactosa contribuye a que el calcio se absorba fácilmente. Otros azúcares hacen que una bacteria beneficiosa (Lactobacilus bifidus) florezca en el intestino del niño, facilitando la digestión. Esta bacteria es la razón por la que la caca de los niños de pecho no tiene un olor desagradable.

La cantidad de proteínas de la leche materna es precisamente la adecuada para los niños de pecho nacidos a término. Los prematuros necesitan más proteínas, pero, afortunadamente, la naturaleza ya se encarga de ello: las madres de prematuros producen leche que contiene más proteínas. Por ello es muy importante que los bebés prematuros reciban la leche de su propia madre lo antes posible.

La leche de vaca contiene demasiadas proteínas para los pequeños bebés humanos. 

Por esta razón en el pasado se diluía la leche de vaca con mucha agua para dársela a los bebés antes de que apareciera en el mercado la leche artificial industrial. El problema era que entonces la leche contenía demasiado poco azúcar, así que había que añadirle más.

Minerales, oligoelementos y vitaminas

En la leche de todos los mamíferos hay poco hierro. Pero el poco hierro que se encuentra en la leche materna está especialmente preparado para ser absorbido por un cuerpecito humano y su cantidad es la suficiente para los niños nacidos a término. 

De hecho, dar el pecho de manera exclusiva es la mejor protección para que el niño no sufra de anemia durante los primeros seis meses de vida. La mayoría de los niños prematuros deben recibir suplemento de hierro durante un tiempo porque todavía no habían almacenado una reserva de hierro en su cuerpo.

La leche materna también contiene muchos otros minerales y oligoelementos en la medida exacta y adecuada. Es el caso de, por ejemplo, el zinc, que es bueno para la piel, contrarresta el eccema y hace que las heridas se curen más rápidamente.

En general, la leche materna contiene todas las vitaminas que el niño necesita durante los primeros seis meses de vida. La única excepción es la vitamina D, que es necesaria para que el esqueleto obtenga calcio. La luz del sol es la encargada de que el cuerpo reciba vitamina D. Los habitantes de países muy al norte que no ven el sol en largos períodos deben tomar vitamina D.

- Un buen consejo de salud es que el niño pase tiempo al aire libre, aunque intentando evitar el sol directo. Algunas madres de piel obscura que están muy poco expuestas al sol por motivos religiosos o culturales deberían tomar suplementos de vitamina D, especialmente durante el embarazo y la lactancia.

La leche materna es medicina

Asbjørn Langslet, catedrático de pediatría, suele decir: ”mientras le des pecho a tu hijo, recibe una pequeña vacuna diaria”. Gro Nylander complementa esta información nombrando algunas enfermedades contra las que la leche materna puede proteger.

- Algunas investigaciones han demostrado que la leche materna ayuda activamente al bebé a evitar enfermedades. Por ejemplo, la leche materna, y especialmente el calostro, contienen importantes anticuerpos que protegen las mucosas contra diversas infecciones. Es un hecho comprobado que la leche materna funciona como una especie de guardaespaldas para el niño, pues contiene muchos glóbulos blancos, conocidos como “la policía del cuerpo”. Los glóbulos blancos se comen a los microorganismos dañinos y hacen que otras células pongan en marcha sus mecanismos de defensa. También está demostrado que los niños de pecho están menos expuestos a padecer diarrea y otras enfermedades del sistema digestivo. 

También se reduce el riesgo de sufrir dolencias de las vías respiratorias, tales como resfriados, bronquitis, neumonía y otitis. Y lo mismo en cuanto a infecciones urinarias, eccema y alergia, diabetes juvenil y, en la edad adulta enfermedades del aparato digestivo. Pero recuerda que aunque el riesgo se reduzca, esto no quiere decir que el niño no pueda ponerse enfermo. A veces la gente se ahoga aun llevando chaleco salvavidas, constata la Dra. Nylander.

- Hay quien usa la leche materna para la nariz tapada. Poner un par de gotas en el orificio nasal puede ser beneficioso, debido a que los anticuerpos de la leche materna son especialmente importantes para las mucosas. También hay quien unta leche materna en la piel con eccema, pero no se ha probado que esto tenga algún efecto.

Continuación natural

Después del embarazo y el parto, la lactancia es la continuación natural y apropiada. Lo correcto es que el recién nacido mame de su mamá, y ello le transmite sin duda sensaciones agradables. No hay que olvidar que está acostumbrado a una vida protegida en su vientre y ha pasado por el enorme e intenso esfuerzo que es venir al mundo a través del estrecho canal del parto. De manera natural, el recién nacido busca el pecho de su madre donde encuentra buen alimento y cálido consuelo en un mundo que es tan diferente del que abandonó, dentro de su mamá.

También es natural que Mamá esté agotada y llena de dudas al llegar a casa de la clínica con su pequeñín indefenso. Papá quiere ayudar, pero tal vez se sienta un poco frustrado y fuera de lugar. Por suerte, hay mucho que Papá puede hacer aunque no pueda dar el pecho.
Ambos padres pueden resolver sus dudas en el libro ”Maternidad y lactancia”. Gracias a él pueden sentirse tranquilos al recibir orientación y buenos consejos acerca de todas las cuestiones que tengan que ver con el pequeño, también sobre lactancia y alimentación artificial. La autora es experta en lactancia, y mamá de 3 hijos ya mayores. En su trabajo como médico obstetra y también como miembro activo de la Asociación de Ayuda a la Lactancia noruega desde sus comienzos a finales de los años 60, ha obtenido amplia y sólida experiencia acerca de los muchos problemas y retos con que se encuentran los nuevos padres.

¿Y la salud de la madre?

”Esto no puede ser sano” piensa quizá la madre que da pecho mientras con esfuerzo intenta sobrellevar el día a día durante el puerperio. Muchas mujeres que acaban de convertirse en madres sufren por el cansancio agotador, las molestias físicas y las noches sin dormir. El consuelo que la doctora Nylander les ofrece es que la situación mejora después de un tiempo, y que de hecho la lactancia es buena para la salud de la madre.

Mucha culpa del cansancio la tienen las “brumas de la lactancia”, una somnolencia que aparece debido a las hormonas que se producen mientras se da el pecho, y que hacen que la madre tenga que relajarse cuando puede. Es la manera que la naturaleza tiene de hacer que la madre se concentre en el pequeño y que todo lo demás pase a un segundo plano.

- Tranquila, las brumas de la lactancia son pasajeras. Los investigadores han demostrado que después de unos meses, las madres espabilan y se vuelven muy rápidas y atentas, siempre alerta. Esto ocurre más o menos cuando el niño empieza a moverse y avanzar y necesita que lo vigilen de una forma diferente a cuando era un recién nacido. Durante el puerperio aprovecha para tomar muchos momentos de descanso. “Duerme cuando puedas”, alienta la experta en lactancia. La doctora nos recuerda que tan pronto como la lactancia esté bien establecida, dar el pecho funciona como un acto relajante y tranquilizador. Se ha descubierto que la hormona que se produce al dar de mamar, la oxiticina, funciona como tranquilizante, baja la tensión arterial, disminuye la agresividad y la angustia, y refuerza el sistema inmunitario. Las mujeres que dan el pecho están menos estresadas y enferman con menos frecuencia que las que no dan el pecho.

Gro Nylander constata que es fácil darse cuenta de la influencia positiva que la lactancia tiene para el cuerpo durante la época inmediatamente posterior al parto. - Muchas mujeres sienten como el útero se contrae cada vez que dan de mamar.

La lactancia también te beneficia a largo plazo. Los pechos se mantienen sanos. Parece que el dejar que los órganos cumplan la función para la que fueron creados protege contra la enfermedad. Numerosos estudios muestran que el riesgo de padecer de cáncer de mama en la menopausia se reduce al haber dado el pecho. La lactancia también parece reducir algo el riesgo de sufrir cáncer de ovarios.

Para el resto de tu cuerpo es también positivo que des el pecho. Al contrario de lo que muchos creen, tu esqueleto se mantendrá fuerte y sano, sólo con que te preocupes de obtener suficiente calcio para sustituir el que das con la leche.

- La madre que da el pecho debe cuidar de que su alimentación sea equilibrada y de beber suficiente líquido que reemplace el que se gasta con la leche. Es importante tener claro que el cuerpo da prioridad a la producción de leche y para ello utiliza las sustancias nutritivas que tú recibes. Lo que queda después de ello es lo que tu propio cuerpo absorbe. Lo mismo ocurría cuando estabas embarazada, el niño se servía los nutrientes, y después tu cuerpo recibía el resto. Por eso es tan importante que cuides la alimentación durante el embarazo y durante el puerperio, dice la Dra. Nylander.

Leche artificial

Puede haber muchas razones para que un niño no reciba leche materna. El pequeño puede ser adoptado. O quizás la madre tuvo que dejar de dar el pecho debido a complicaciones o circunstancias de la vida que hicieron imposible la lactancia. También puede pasar que la madre esté enferma y deba tomar medicinas tan fuertes que el niño no las tolere. Las mujeres que se han operado los pechos para reducirlos a veces no consigue producir leche.

En Noruega el 98 o 99% de las madres da el pecho después del parto. A los tres meses, nueve de cada diez continúan dando el pecho a su hijo. Gro Nylander comenta que son poquísimas las mujeres noruegas que no quieren dar el pecho. Por regla general, siempre hay una razón importante por la que los bebés toman leche artificial. Desde luego, esos niños también crecen bien sin una gota de leche materna.

Para que los niños de biberón reciban la misma estimulación en el momento de la comida que los niños de pecho, es importante que los elementos que se dan por sí mismos durante la lactancia también estén presentes. Hablar al niño para que oiga las voces de sus padres. Que la madre o el padre abracen al niño y le mantengan pegado a su cuerpo con un brazo descubierto de modo que la carita se apoye contra el pecho desnudo del padre o madre, para que así sienta los latidos del corazón. Mientras come, el bebé debe sentir calor y los movimientos que hace un cuerpo grande al respirar, y ver una cara adulta cariñosa, recomienda Nylander.

- Las leches artificiales modernas están basadas en leche de vaca que ha sido tratada de manera especial y adaptada para que sea digerible y adecuada para el bebé humano. Con ellas, los niños que no toman pecho reciben la segunda opción posible. 

A esta leche se le añade hierro, minerales y vitaminas, y se le quitan gran parte de las proteínas, pues la leche de vaca tiene demasiadas. Ya que la grasa de la leche materna es tan beneficiosa para el desarrollo del cerebro y la vista del bebé, ahora las compañías que fabrican leche artificial trabajan en añadirle a ésta ácidos grasos omega-3 que se parezcan a los naturales que contiene la leche materna. No se conoce el efecto a largo plazo de estos añadidos artificiales.

La Dra. Nylander recalca que si tu bebé toma leche artificial, debes prepararla con cuidado. Debes seguir las instrucciones del envase al pie de la letra. Si pones demasiado polvo, la mezcla será demasiado fuerte para el pequeño estómago de tu hijo y demasiado concentrada para todo el organismo. No seas demasiado “generosa”. Por otro lado, si pones poco polvo, la mezcla será demasiado floja, con poco alimento.

Ventajas 

Las desventajas de que el niño no reciba leche materna son evidentes: el niño se pierde los beneficios que proporcionan las características especiales de la leche materna, y la mujer se pierde las ventajas para sí misma que proporciona el hecho de dar el pecho.

- Pero la madre y el padre pueden consolarse con que también hay algunas ventajas con el biberón. Se puede ver cuánto ha tomado el niño, y así uno no se pregunta si es por hambre que el niño llora. Además la leche artificial es relativamente constante en su composición. No depende de lo que la madre coma y beba o las medicinas que tome, ni de qué hora del día es, comenta Nylander. 

- Que la madre y el padre puedan relevarse mutuamente con las comidas es también una ventaja. Aunque la madre se pierda los efectos saludables de la lactancia para sí misma, al menos también suele librarse de posibles problemas en los pechos como la inflamación o las grietas. Como contrapartida, la madre quizá lo pasó realmente mal al principio cuando quedó claro que su hijo no iba a poder ser un niño de pecho.

Alimentación mixta

Algunas madres dan a su hijo tanto leche materna como un suplemento de leche artificial. Esto puede ser agotador, pero también ofrece la posibilidad de beneficiarse de las ventajas de ambas.

Si estás dudosa de si debes empezar con biberón porque crees que quizás tengas poca leche, tiene un buen consejo para ti: 

- No empieces a usar biberón mientras haya esperanza de volver a amamantar al niño en exclusiva. Es mejor usar una tacita o vasito. Si ya no hay duda de que debéis continuar con el suplemento de leche artificial, debes dar primero el pecho y después biberón, recomienda Nylander.

- Si tuvieras poca leche, a partir de los 4 meses de edad es posible dar pequeñas cantidades de alimentos sólidos, así que probablemente no necesitarás un suplemento de biberón. Y, de cualquier forma, a partir de los 6 meses es el momento de empezar con la alimentación complementaria. Yo sé que puede ser muy duro cuando el personal de salud y las asociaciones de apoyo a la lactancia continuamente resaltan las innumerables ventajas de la leche materna. Recuerdo la sorpresa y la tristeza cuando yo misma tuve que darme por vencida, mi hijo mayor tenía 6 semanas. Yo que había creído que esto de la lactancia era coser y cantar, algo que funcionaba por sí solo. Así germinó en mí la idea de que había que hacer algo para informar y ayudar a las mujeres para que no fracasaran con la lactancia.
Gro Nylander hizo algo. Se convirtió en consultora de lactancia y después de estudiar medicina se especializó en Ginecología y Obstetricia. A lo largo de muchos años se ha ocupado de estudiar y promover la lactancia y el contacto entre la madre y el recién nacido. Ha viajado por toda Noruega para difundir los conocimientos sobre lactancia y sobre la "Iniciativa Hospitales Amigos de los Niños" y las 10 reglas para conseguir una lactancia satisfactoria que hoy día son el standard en todos los paritorios del país.

- Es difícil llegar a todas las mujeres. A los que trabajamos en los paritorios y en las maternidades, así como a los pediatras, nos ocurre con frecuencia que no alcanza el tiempo para decir todo lo que nos gustaría explicar y compartir con la mujer que acaba de convertirse en madre. Esta es la razón por la que accedí a escribir un libro sobre el tema cuando la editorial me lo propuso. Escribirlo me llevó tres años, y estoy muy emocionada por la fantástica acogida que ha recibido.

En Noruega el libro ciertamente ha alcanzado de lleno al público, la autora recibe continuamente cartas de agradecimiento. El libro ha recibido críticas maravillosas. 

Uno de los principales periódicos noruegos considera este libro un “must”, algo que como madre no puedes perderte.

Entrevistada por: Eva Fosse Publicado: Helsenytt, 2000

Traducido del noruego por Maria Begoña Freijeiro Sabater, revisado por Carlos J. González Rodríguez, pediatra.
Febrero 2005.

Gro Nylander es autora de la obra Maternidad y lactancia

Tomado de:
Holistika

10 de mayo de 2008

Especial Maternidad - Amamante y mejore la inteligencia de su hijo

Amamantar "mejora" la inteligencia del bebé

La leche materna es insustituible.

Día a día tenemos más evidencias científicas que demuestran que los bebés que son amamantados serán más inteligentes que los que recibieron leche de fórmula.


Un nueva investigación de la Universidad McGill, en Canadá, descubrió que los niños que fueron amamantados lograron obtener mejores resultados en pruebas de coeficiente intelectual (CI) cuando cumplieron seis años.

Pero los científicos no están seguros de si estos resultados están relacionados con la leche en sí misma o con el vínculo que se forma con la madre durante el amamantamiento.

El estudio, que aparece en Archives of General Psychiatry (Archivos de Psiquiatría General) es el más amplio que se ha hecho hasta ahora sobre los efectos de la lactancia materna.

Los investigadores siguieron a un grupo de 14.000 niños durante seis años y medio.

Se trataba de niños de 31 hospitales y clínicas en Bielorusia, la mitad de los cuales habían sido integrados con sus madres en un programa de amamantamiento.

La otra mitad siguió la rutina normal de las salas de maternidad, y cuidado y seguimiento pediátrico en los hospitales.

Cuando los niños cumplieron seis años se midieron las capacidades cognitivas de todos ellos con pruebas de CI llevadas a cabo por sus pediatras.

Sus maestros también calificaron su ejecución académica en lectura, escritura, matemáticas y otras materias.

Lactancia exclusiva y prolongada

Los científicos descubrieron que los niños que fueron exclusivamente amamantados durante sus primeros tres meses de vida -mucho de ellos hasta los 12 meses- lograron en promedio una calificación 5,9 puntos más elevada en sus pruebas de CI.

Y los maestros también calificaron a estos niños con grados académicos significativamente más altos que a los otros.


"Encontramos la evidencia más firme hasta ahora de que el amamantamiento prolongado y exclusivo hace a los niños más listos", afirma el profesor Michael Kramer, quien dirigió el estudio en la Facultad de Medicina de la Universidad McGill.

Pero agrega que hasta ahora no saben "con claridad si los beneficios cognitivos observados con el amamantamiento se deben a los componentes de la leche materna".

"O están relacionados con la interacción física y social inherente al acto de amamantar", afirma el investigador.

Se cree que los ácidos grasos de la leche materna pueden mejorar la inteligencia.

Pero los investigadores canadienses afirman que el aspecto físico y emocional de la lactancia materna puede conducir a cambios permanentes en el desarrollo cerebral.

Los científicos también creen que el amamantamiento podría incrementar la interacción verbal entre madre y niño, lo que a su vez podría ayudar al desarrollo.

Cualquiera que sea el fundamento, los expertos creen que deben hacerse muchos más esfuerzos para promover la lactancia materna.

Se sabe que el alimento es una fuente ideal de nutrición para el bebé, ya que contiene las cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas y grasas.

Además contiene anticuerpos que pueden ayudar al niño a combatir las infecciones.


En Reino Unido se recomienda que las madres alimenten a sus bebés con leche materna durante los primeros seis meses de edad.

Pero investigaciones recientes muestran que aunque un 75% de los bebés que nacen son amamantados, sólo uno de cada cuatro sigue recibiendo el alimento al cumplir los seis meses.

Fuente:

BBC en español

Otros beneficios de amamantar:

Amamantar reduce riesgo de VIH

Amamantar mejora status social

Amamantar es bueno para la madre

Más cerca de la madre, menos anemía

Papilla para bebes es antinatural

14 de febrero de 2007

Amamantar mejora estatus social
Miércoles, 14 de febrero de 2007 - 14:18 GMT

Los bebés que son amamantados tienen más probabilidades de ascender en la escala social cuando llegan a la edad adulta, sugiere un estudio llevado a cabo en el Reino Unido.

El equipo de la Universidad de Bristol monitoreó el progreso de 1.400 bebés nacidos entre 1937 y 1939 durante 60 años y descubrió que aquellos que fueron amamantados, tuvieron un 41% más de posibilidades de subir en la escala social que los bebés alimentados con biberón.

Según los expertos, el estudio de los Archivos de Enfermedades en la Infancia respalda la idea de que el contacto físico íntimo entre madre y criatura tiene resultados positivos a largo plazo para los niños.

Las personas que participaron en la investigación lo hicieron originalmente para un estudio sobre dieta y salud que se llevó a cabo durante la época de la pre-guerra en Gran Bretaña.

Los expertos siguieron el progreso de estos bebés hasta que cumplieron un promedio de 73 años.

Amamantar y clase social

En ese entonces, el amamantamiento estaba menos relacionado con la clase social como lo está ahora, donde la práctica está mayormente establecida en las familias de clase media.

De hecho, es probable que en esa época las familias más ricas alimentasen a sus bebés con biberón, ya que disponían de dinero suficiente como para comprar leche de fórmula o pagarle un sueldo a una niñera.

La investigación llegó a la conclusión de que no había diferencias en los índices de amamantamiento según los ingresos familiares o la clase social.

Cuanto más tiempo la madre le dio de mamar a su hijo, mayores fueron las posibilidades de ascenso en la escala social, demostró el estudio.

Y en las familias donde sólo uno de los hijos fue amamantado mientras que el otro tomó biberón también se vieron diferencias en cuanto a sus posibilidades de progresar socialmente, con un 16% más a favor del niño amamantado.

Ascenso

El doctor Richard Martin, director del equipo de investigación, dijo que "nosotros pensamos que si el amamantamiento aumenta el coeficiente intelectual y la salud en el largo plazo, también podría tener algún impacto en el estatus social".

Pero agregó que "la pregunta es si esto es un efecto del amamantamiento, como por ejemplo el fortalecimiento de la relación con la madre, o si los niños que recibieron la leche materna fueron educados en un mejor medio social".

Según la doctora Mary Fewtrell, experta en nutrición del Instituto para la Salud Infantil, "hay bastante evidencia que sugiere que el amamantamiento tiene beneficios a largo plazo en cosas como la altura, las funciones cognitivas y la salud en general".

"El ascenso en la escala social puede entonces ser producto de cualquiera de estas mejoras. Esto significa que el amamantamiento le permitiría a un individuo ascender de clase social al aumentar su altura, su salud o directamente su coeficiente intelectual".

Fuentes:

BBC en español

Terra - Sociedad

Madres chilenas podrán amamantar en el trabajo
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