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11 de julio de 2016

Experimento: ¿Cuál es tu ojo dominante?

Los dos ojos nos sirven para percibir la profundidad y las formas tridimensionales del mundo. La imagen ciclópea que todos notamos al mirar al mundo la forma el cerebro fusionando las imágenes de ambos ojos sin que se noten fisuras. Pero, ¿dónde acaba la imagen del ojo izquierdo y empieza la del derecho? ¿Cuál es tu ojo dominante, del que tu cerebro coge la imagen para la mayor parte del campo visual? En teoría, es importante que coincida con la mano dominante (diestro o zurdo) para no tener problemas en juegos como los dardos o el tiro con arco.


Existe una sencilla prueba oftalmológica (test de Miles) que te ayudará a determinarlo.

  1. Recorta un pequeño rectángulo en un cartón o folio y extiéndelo delante de ti de forma que puedas ver a través de la abertura. Alternativamente, puedes usar tus dos manos extendidas dejando sólo un pequeño triángulo entre tus pulgares e índices por donde mirar.
  2. Con los dos ojos abiertos, busca algún objeto que quepa en la apertura y céntrate en él. 

  3. Ahora, sin mover la cabeza ni las manos, cierra el ojo derecho y mira sólo con el izquierdo. Y luego al contrario, mira sólo con el derecho.
En alguno de los dos casos, el objeto habrá desaparecido de la apertura, mientras que en el otro seguirás viéndolo perfectamente. El ojo que tienes abierto cuando ves el objeto es tu ojo preferente. Al menos para esa dirección. Según diversos estudios, el ojo derecho es dominante entre el 53% y el 82% de las personas para objetos que estén justo en la dirección frontal.

Puedes probar mirando en distintas direcciones a ver si tu ojo dominante cambia a partir de cierto ángulo, como sugieren recientes estudios 1).

¿Cómo funciona?

La visión binocular requiere de dos campos visuales para percibir la profundidad y las distancias en escala absoluta. Si no, ocurriría como en el cine donde una imagen de una maqueta puede pasar perfectamente por una ciudad o una enorme nave espacial y no hay forma de distinguir el engaño. Pero a la hora de coordinar acciones motoras con entradas visuales, el cerebro necesita elegir uno de los dos ojos como “referencia”, y para eso parece jugar un papel importante la división de las neuronas del cortex visual en “columnas” que prefieren alternativamente la imagen de un ojo o del otro.



Representación del cortex visual, donde las franjas oscuras y claras representan neuronas que “prefieren” detectar imágenes de uno u otro ojo. Los colores indican preferencia de detección de patrones en las distintas orientaciones (Fuente).

Se sabe que esta especialización ya existe antes de nacer, y dado que las retinas de un feto ya generan señales (oscilaciones neurales) aún antes de abrir los ojos, es posible que sea algo que el cerebro aprenda, no que venga “precableado”. En cualquier caso, aún queda mucho por investigar en todo lo relacionado con la percepción visual.

Estudios recientes demuestran que el concepto de “ojo dominante” no es estático, como lo es el ser zurdo o diestro: depende de la profundidad a la que se enfoca, la dirección en que se mira, etc. Los experimentos2) sí que parecen demostrar que es un proceso automático, y que no se puede “alterar” de manera consciente.

Fuente:

Ciencia Explicada
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