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30 de abril de 2016

La ciencia del placer: por qué nos gusta lo que nos gusta

3,4-dihidroxifenilalanina. Eso es lo que está en el fondo del placer. Una sustancia química producida por las células nerviosas en el cerebro para darle señales a las demás. Sin embargo, no es tan simple... ni tan complicado.

Nuestro circuito de placer puede ser desencadenado por algunas cosas obvias y otras no tan obvias.

"Hay algunas de las cosas que nos gustan porque estamos programados para que nos gusten, como consumir alimentos, tomar agua y tener relaciones sexuales", le explica a la BBC David Linden, profesor de Neurociencia en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore y autor de un libro llamado "El compás del placer".

"Hay otras cosas que aprendemos a disfrutar. Por ejemplo, mientras que estamos programados para que nos guste el dulce, las preferencias personales están determinadas más que todo por la experiencia individual, el aprendizaje, la familia, la cultura: todas las cosas que nos hacen individuos", dice Linden.

"A la gente le gustan las cosas con las que crecieron -agrega el experto-. Por ejemplo, yo vivo en Baltimore y aquí hay gente a la que le gustan los chiles y a otras no. Si yo viviera en México, es muy probable que a casi todas las personas que conociera les gustarían".
Y, ¿pasa lo mismo con los animales? ¿Aprenden las mascotas a disfrutar las cosas que comen sus dueños, a pesar de sus instintos?

"¿Desarrollan los gatos mexicanos el gusto por el chile? No, nunca. Esto es algo que los humanos pueden hacer pero otros mamíferos no, y no sabemos bien por qué".

El artículo completo en:

BBC Ciencia



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