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22 de abril de 2014

¿Quién inventó el cepillo de dientes?



Los orígenes de este ubicuo objeto se remontan a China.

"No tengo ninguno de los cepillos dentales que se llevaron a la Luna”, dice Ben Swanson, ex presidente de la Academia de Historia de la Odontología, de Estados Unidos. Este hombre guarda en su sótano un tesoro de 40,000 artefactos relacionados con la historia dental. Alguna vez soñó con poseer todo cepillo de dientes que hubiera en el mundo, pero terminó coleccionando sólo algunos cientos. “Me di por vencido porque había demasiados tipos”, explica. De hecho, sería casi imposible tenerlos todos; el cepillo de dientes es uno de los objetos reinventados más veces por el hombre, con miles de patentes registradas.

La historia empieza en la China medieval, donde algunas personas se cepillaban los dientes con cerdas de animales. Algunos siglos después, William Addis talló un hueso y le incrustó cerdas mientras cumplía una condena en la cárcel londinense de Newgate, y hoy se le suele reconocer como el primero en patentar un cepillo de dientes.

Aunque luego los cepillos empezaron a venderse en las tiendas, muchas personas preferían frotarse los dientes con un trapo. Todavía en los años 20 “muchos estadounidenses no se cepillaban los dientes”, dice Swanson. Una razón es que los primeros cepillos eran un riesgo: vista en el microscopio, la punta de una cerda de marrano parece una lanza. En los años 40, las cerdas sintéticas ofrecieron una solución. Un anuncio pregonaba: “Durante años, sólo las cerdas de marrano permitían hacer cepillos dentales adecuados. Ahora la ciencia nos ofrece cepillos con cerdas suaves y de puntas redondeadas para proteger las encías”.

El surgimiento de los plásticos permitió dar toda forma imaginable a los cepillos de dientes. Se lanzaron modelos que entonaban melodías al usarlos. Luego los cepillos llegaron a las vitrinas de las farmacias, en empaques herméticos y provistos de cerdas “antihumedad”.

Al pedirle a Swanson que eligiera el cepillo favorito de su colección, nos mostró un modelo que limpia ambas caras de los dientes a la vez. “Un año lanzaron un cepillo de dos cabezas, pero a la gente no le gustó”, dice. O sea que, en el mundo de los cepillos de dientes, dos cabezas no siempre son mejores que una.

Fuente:

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