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27 de abril de 2014

Cómo derrotar a la ameba que devora el intestino de 50 millones de personas

Un estudio desvela nuevas claves de la amebiasis, una enfermedad olvidada que mata hasta a 100.000 personas al año, la mayoría niños en países en desarrollo.

Dos niños en los suburbios de Dhaka, capital de Bangladesh / ONU
En 1903, Fritz Schaudinn, un zoólogo alemán, descubrió el parásito que causaba un tipo de disentería que llevaba décadas matando en Europa. Se trataba de una ameba, un organismo unicelular que se movía por el interior del cuerpo humano produciendo en ocasiones fuertes diarreas y lesiones en el colon y el hígado hasta acabar con la vida de los pacientes, frecuentemente niños. Tres años después de descubrir a la Entamoeba histolytica, el mismo Schaudinn murió a los 35 años por una infección con amebas adquirida durante sus experimentos. Hoy, el tipo de disentería que estudiaba apenas afecta a los habitantes de los países desarrollados, pero, más de un siglo después de su descubrimiento, es una enfermedad olvidada que se lleva hasta 100.000 vidas cada año. De hecho la amebiasis, la dolencia que estudió el zoólogo alemán, es la tercera enfermedad parasitaria que más mata en el mundo. La sufren sobre todo niños en países pobres donde el agua se contamina con frecuencia con las amebas que la producen.

“En nuestros estudios en las zonas de infravivienda en Daca, la capital de Bangladesh, vimos que uno de cada tres niños estaba infectado en el primer año de vida”, explica a Materia el médico estadounidense William Petri, investigador de la Universidad de Virginia. A nivel global, la amebiasis produce problemas de salud a 50 millones de personas y se lleva hasta 100.000 vidas al año. La amebiasis se ceba sobre todo en zonas de África, el Sudeste Asiático y América Central y del Sur y es habitual en Bangladesh, Suráfrica, Mali, México y Mozambique. Esta dolencia está entre las 10 primeras causas de diarrea en todo el mundo. Y prevenir la diarrea salvaría la vida de más de 760.000 niños al año, según datos de la OMS. A pesar de las escalofriantes cifras, la amebiasis tiene un escaso interés económico para la industria farmacéutica.

“La amebiasis es una enfermedad infecciosa importante, pero la estudian muy pocos científicos ya que afecta desproporcionadamente a niños en zonas pobres”, reconoce Petri. Hoy este médico y el resto de su equipo publican un estudio que pone fin a un malentendido que dura desde los tiempos de Schaudinn y que puede ayudar a encontrar una vacuna contra la amebiasis. En concreto, el trabajo describe cómo este microbio se interna en el organismo y destruye el tejido del sistema digestivo y otros órganos.
Una instantánea del video tomado con microscopio y que muestra cómo la ameba 'Entamoeba histolytica' (verde) devora células humanas (rosa) / Katy Ralston


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