Latest Posts:

30 de marzo de 2011

Nivel radioactivo supera en más de 3 mil veces el límite en el mar cerca a Fukushima

Se trata del registro más alto, y es un indicio de que una mayor cantidad de agua contaminada está llegando al océano. El agua de mar cerca de la planta nuclear averiada en el noreste de Japón mostró una concentración 3.335 veces mayor al nivel normal de yodo radioactivo, que es el registro más alto hasta ahora y un indicio que una mayor cantidad de agua contaminada está llegando al océano, advirtieron el miércoles varios funcionarios. La cantidad de yodo-131 que fue encontrada en la costa a unos 300 metros (yardas) al sur de la estación nucleoeléctrica de Dai-ichi en Fukushima no representa una amenaza inmediata para la salud humana, pero sí constituye una “preocupación”, dijo Hidehiko Nishiyama, funcionario de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial. Refirió que no había actividades pesqueras en la zona. “Vamos a detectar la causa, y haremos nuestro mayor esfuerzo para evitar que siga creciendo (la radiación)”, afirmó Nishiyama. El complejo nuclear ha estado liberando radiación desde que el tsunami del 11 de marzo destruyó una gran parte del noroeste japonés. Los daños causaron un apagón y descompusieron los sistemas que so cruciales para mantener bajas las temperaturas en los reactores de la planta. Los habitantes ubicados en un radio de 20 kilómetros (12 millas) de la estación han abandonado el lugar, mientras los que viven a 30 kilómetros (19 millas) han sido instados a desalojar debido a la presencia de radiación en vegetales, leche cruda y agua en el lugar. Se trata de la más reciente crisis que enfrenta TEPCO, que todavía trata de estabilizar la planta de energía nuclear peligrosamente sobrecalentada y frenar la filtración de radiación del complejo hacia el mar y el suelo cercanos. El terremoto de una magnitud de 9,0 generó un maremoto que derribó los sistemas de energía eléctrica y de seguridad cruciales para mantener las temperaturas bajas dentro de los reactores de la planta. Japón ordena medidas de seguridad urgente en todas las centrales nucleares El gobierno de Japón ordenó hoy a las compañías eléctricas que refuercen de forma “urgente” las medidas de seguridad en sus reactores nucleares para evitar pérdidas de energía a causa de un tsunami, como ocurrió en la central de Fukushima. Entre otras, el Ministerio nipón de Industria estableció que los 44 reactores nucleares que actualmente operan en Japón deberán tener generadores móviles instalados en vehículos, como refuerzo a sus generadores de emergencia. Además, instó a las empresas a tener preparados camiones de bomberos para verter agua sobre los reactores y sus piscinas de combustible utilizado en caso de que falle el sistema de refrigeración, informó la agencia local Kyodo. El ministro de Economía, Comercio e Industria, Banri Kaieda, dijo que estas medidas son un primer paso para reforzar la seguridad de las centrales nucleares de Japón, que obtiene casi un tercio de su energía a través de esta fuente. Además, el gobierno está preparando otra serie de medidas drásticas de seguridad para las plantas de energía atómica del país. Fuente: El Comercio

Detectan radiación baja de Fukushima en Pekín y zonas del oeste de China

Las autoridades nucleares y de salud chinas insistieron en que las bajas concentraciones de este material no son dañinas para el medio ambiente ni para la salud pública, ya que la concentración equivale a una cienmilésima de los niveles "normales". Otros países como Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Francia, Suecia, Suiza, Rusia, Corea del Sur, Filipinas y Vietnam también detectaron en los últimos días restos de yodo 131 en su aire, en todos los casos niveles muy bajos.

Oficiales miden el nivel de radiación en un hombre al noreste de Japón AP Niveles bajos de yodo-131 radiactivo, procedente de la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi, fueron por primera vez detectados en las últimas horas en Pekín y otras zonas del norte y oeste de China, informó este martes la agencia oficial Xinhua.


Después de que se reportara en el extremo nororiental del país la primera presencia de este material, el pasado sábado, zonas del sureste, este, y ahora el norte y el oeste del país han registrado también bajos niveles de yodo-131, según las mediciones del Comité Nacional de Coordinación ante Emergencias Nucleares de China.


En concreto, son 14 de las 30 divisiones administrativas del país asiático las que han encontrado restos de yodo-131 en su aire: Heilongjiang (noreste), Jiangsu, Shanghai, Zhejiang, Anhui (este), Cantón, Guangxi (sureste), Shandong, Tianjin, Beijing, Hebei, Henan (norte), Shanxi y Ningxia (noroeste). Las autoridades nucleares y de salud chinas insistieron en que las bajas concentraciones de este material no son dañinas para el medio ambiente ni para la salud pública, ya que la concentración equivale a una cienmilésima de los niveles "normales".


La contaminación radiactiva en la atmósfera de China en la actualidad equivale a la que una persona puede contraer al viajar en avión para un trayecto de 2.000 kilómetros, señalaron fuentes sanitarias nombradas por la agencia Xinhua.


Otros países como Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Francia, Suecia, Suiza, Rusia, Corea del Sur, Filipinas y Vietnam también detectaron en los últimos días restos de yodo 131 en su aire, en todos los casos niveles muy bajos.


Fuente:


El Nacional

La radiación de Fukushima, en Gran Bretaña

La isla fue invadida por partículas radiactivas provenientes de la central nuclear japonesa, en alerta desde el viernes 11 de marzo, luego del terremoto de 9 grados. Irlanda también se vio afectada Según consigna la agencia Ansa, la SEPA indicó que una muestra de aire en Glasgow, en el suroeste de Escocia, incluye partículas radiactivas de la central nuclear japonesa. James Gemmill, científico a cargo de la unidad de sustancias radiactivas del organismo, afirmó que "la concentración del yodo es extremadamente baja" y por ende "no es de preocupación para la salud pública". Según Gemmill, el Reino Unido elevó el nivel de monitoreo del aire para detectar niveles de radiactividad procedentes de Japón. La planta, afectada luego del tsunami, intenta con desesperación enfriar sus reactores nucleares para así evitar una catástrofe, que se produciría ante una fusión. Los 400 operarios que allí trabajan tienen una dura rutina que enfrentar, dado que no pueden hablar con sus familiares, no siempre cuentan con agua y alimentos, y deben dormir en el piso sobre tiras de plono para evitar ser contaminados. Fuente: INFOBAE

El plutonio de Fukushima y lo que el agua se llevó: una lección para el mundo


Cualquier refinería petrolífera tiene barreras y recipientes impermeables de contención de hidrocarburos para el caso de que un tanque reviente. Adicionalmente, toda la superficie ocupada por la instalación está diseñada de manera que incluso si la contención primaria de una determinada zona cede, un segundo sistema pueda recoger el derrame en estanques para su posterior filtrado y limpieza. Así se impide que ninguna partícula de líquido potencialmente contaminado salga del recinto.


En el caso de precipitaciones, ese mismo sistema secundario de recuperación canaliza y envía a la misma piscina el agua de lluvia por si pudiese haberse mezclado con algún resto de combustible. De esta manera, no se contaminan terrenos limítrofes y tampoco el subsuelo, ni puede llegar al mar en el caso de que la fallida instalación esté localizada en la costa.


Sería interesante conocer algún día cómo aguantaron estas protecciones los efectos del terrible cataclismo en las refinerías japonesas, para poder tomar nota de potenciales mejoras o de los errores cometidos.


Volviendo a nuestro protagonista nuclear: ¿acaso nadie previó que el fallo en la refrigeración de un reactor nuclear implicaría posibles derrames de agua con enorme probabilidad de que estuviese contaminada?; ¿que la habilitación de sistemas de emergencia, por llamar de una manera digna a soltar agua por las bravas desde un helicóptero o lanzarla a manguerazo limpio desde camiones, implicaría verter grandes cantidades del líquido elemento sobre las instalaciones contaminantes, con todas las papeletas de volverse radiactivo en caso de grietas y fisuras en el reactor, o de entrar en contacto directo con el combustible gastado? ¿Acaso las ultraseguras y avanzadas centrales nucleares japonesas no tenían sistemas de recogida de líquidos similares a los existentes en la industria química o petrolífera, no muy caras de construir vista la inversión total, por si acaso? Parece que, en Fukushima, no. ¿Y en las centrales nucleares españolas?


¿De dónde sale el plutonio?


Según las mismas fuentes japonesas que han demostrado hasta el momento no ser nada fiables, para enfado de sus propios ciudadanos y del resto del mundo expectante, el plutonio detectado procede del reactor 3.


Dicho reactor cuenta con una mayor potencialidad de radiación debido a la especial peligrosidad de su combustible, el cual podría haber sido arrastrado por el agua arrojada durante la refrigeración de su piscina de combustible gastado. Pero también, algo todavía más preocupante si se confirmara, de las entrañas del reactor. En todo caso, parece que la radiación detectada en el mar proviene, únicamente, de la improvisada refrigeración de emergencia, la cual no ha podido ser canalizada, y menos aún contenida, dentro del recinto de la central. ¿Habrá estado el agua de refrigeración en contacto directo con las dañadas barras de los reactores y el combustible de su interior, o solo con el combustible gastado de las piscinas?


El dato es importante, porque podría proporcionar una estimación previa acerca del nivel de degradación y resquebrajamiento del sistema de contención primario de cada uno de ellos. Lugares de momento a los que acceder, y todavía menos inspeccionar, sería suicida. El problema es que ni siquiera se ponen de acuerdo en la malhadada compañía operadora de la central (TEPCO) acerca del nivel de radiación, dado el baile de datos y anuncios proporcionados. No sabemos si a causa de errores en la medición, o si por contra órdenes que pretenden no alarmar más de la cuenta a la indignada población. Ya nadie confía en ella. Y parece que tampoco hay de momento verificadores independientes que puedan proporcionar información fidedigna. Con lo que la responsabilidad y la indignación se extiende al Gobierno japonés, por su inacción continuada, vistos los antecedentes.


¿Qué pasará a partir de ahora?


El daño ya está hecho, cualquiera que sea éste. Ya no se esperan muchas más noticias espectaculares. Aunque seguirán siendo muy graves. Y los niveles de alerta y preocupación, máximos. Veremos un goteo continuo de datos acerca de las emisiones radiactivas. Que continuará de manera aburrida durante los próximos días, puede que meses, hasta que se puedan evaluar los daños. Y hasta que las medidas de confinamiento y enterramiento de los cadáveres nucleares, que previsiblemente ya estarán en marcha, contengan la de momento incontrolada radiación. Y, por supuesto, hasta que conozcamos de una vez por todas el alcance real del drama, y de paso la verdad, empezando por el grado de fusión y el estado en que ha quedado cada reactor nuclear accidentado


Fuente:


Hallan plutonio en suelo de la planta nuclear de Fukushima

Actualización: Japón reconoce que es "muy serio" el hallazgo de plutonio en Fukushima (claro que esto no lo decía el gobierno japonés cuando obligaban a todos los niños a ver al "Chico de Plutonio". Primer ministro calificó de “imprevisible” la situación de Fukushima. Niveles de yodo radiactivo detectados en Escocia El hallazgo de plutonio en el suelo en la dañada central nuclear de Fukushima elevó hoy la alarma en torno a la larga batalla que está librando Japón por contener la peor crisis atómica del mundo en 25 años. El operador de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), señaló que se había identificado ese material radiactivo, utilizado en bombas nucleares, en cinco puntos del suelo del complejo, dañado por el terremoto y posterior tsunami registrado el pasado 11 de marzo. Sin embargo, el vicepresidente de la empresa eléctrica Sakae Muto aseguró que “no está a un nivel que sea dañino para la salud humana”. Las lecturas son similares a las encontradas en el pasado en otras zonas de Japón debido a partículas liberadas en la atmósfera después de pruebas nucleares en el extranjero, argumentó. Por su parte, indicó Hidehiko Nishiyama, miembro de la agencia de seguridad nuclear japonesa, dijo a la agencia de noticias Jiji que “aunque no es un nivel dañino para la salud humana, no soy optimista. Esto significa que el mecanismo de contaminación está teniendo brechas, así que creo que la situación es preocupante”. El descubrimiento de plutonio en muestras tomadas la semana pasada es la última mala noticia de Fukushima, donde los ingenieros se han resignado a luchar durante semanas o posiblemente meses para restablecer los sistemas de refrigeración, vitales para controlar los reactores. Fuente: El Comercio Perú

Así se libra la batalla de Fukushima

A oscuras, con mascarillas y alumbrando el interior de las salas de control con sus linternas. Las imágenes de los trabajadores de la central de Fukushima nos permiten asomarnos por primera vez a la lucha que estos hombres libran contra los reactores desde hace dos semanas. Con la ayuda de los informes técnicos, las imágenes, y dos operadores de centrales nucleares españolas, reconstruimos la odisea que viven estos trabajadores para evitar una catástrofe.

En la imagen hay dos trabajadores bajo la luz de una linterna, llevan mascarillas y trajes protectores y examinan un plano mientras hablan por teléfono. Están en el interior de una de las salas de control de la central nuclear de Fukushima, que ha quedado a oscuras desde que el terremoto de intensidad 9 y el posterior tsunami de diez metros inutilizaran los generadores auxiliares de la central, hace ahora dos semanas.

“Viendo las imágenes”, nos asegura un operador de una central nuclear española, “se te ponen los pelos como escarpias”. “Es la sensación más angustiosa que puedes tener en una sala de control”, explica, “no por la oscuridad en sí, sino porque sabes lo que significa, y significa que no tienes nada para hacer frente a tu trabajo, no tienes disponibilidad de tus equipos de salvaguardias, pero además has perdido toda la información sobre la planta. Es una de nuestras pesadillas”.

Al igual que muchos de sus compañeros, los dos hombres de la imagen han sobrevivido al mayor terremoto de la historia del país, a un tsunami de diez metros, varias explosiones de hidrógeno y fugas radiactivas que obligaban a retirarse y evacuar la central durante horas. "Nos estamos quedando sin agua. Siento que me va a dar algo", decía el mensaje de uno de los trabajadores a su esposa hace unos días, cuando el mundo permanecía en vilo a la espera de que estos nuevos "héroes" controlasen un monstruo que podía dejar escapar una dosis letal de radiación.

A estas horas hay más de 500 trabajadores dejándose la piel en la central nuclear de Fukushima, se ha restablecido parte del suministro eléctrico y empiezan a tener más datos sobre lo que sucede dentro de los reactores, pero en los peores momentos llegaron a ser apenas 50, no tenían luz en las salas de control y estaban prácticamente a ciegas respecto a las condiciones de presión y temperatura en las vasijas. ¿Cómo han sido estas dos semanas de pesadilla en la central?

Lea el artículo completo en:

La Información

Las aventuras del "Chico Plutonio", cuando a los niños de Japón se les enseñaba que ingerir plutonio era inofensivo

Un vídeo divulgativo para niños emitido en los años 90 explicaba a los más pequeños las ventajas del plutonio y llegaba a afirmar que no contaminaba o no producía graves efectos en la salud. El vídeo fue elaborado por la industria nuclear y recibió críticas de instituciones y medios internacionales.

A estos níveles de inmoralidad y criminalidsd llega el famoso libre mercado (con sus cómplices del gobierno japonés), no le interesa las vidas de millones de inocentes niños, ante todo está mantener el gran negocio de los reactores nucleares. Un gobierno que desprecia la vida de sus ciudadanos debería ser considerado un gobierno ilegítimo.


En plena crisis nuclear de Fukushima, y cuando los técnicos de la compañía TEPCO acaban de advertir de la presencia de restos de plutonio en el entorno de los reactores, resulta difícil creer que hubiera un tiempo en que se cantaran las excelencias del plutonio hasta negar su peligrosidad. El vídeo, una grabación de 11 minutos realizada por la empresa NPC (Power Reactor and Nuclear Fuel Development Corporation), se titulaba "La historia del plutonio" y se emitió entre 1993 y 1994 en las televisiones y en las escuelas de Japón. La película formaba parte de una campaña de la industria nuclear para divulgar las ventajas del plutonio como combustible y levantó cierto escándalo a nivel internacional.



El protagonista del vídeo es un personaje infantil, Puruto-kun (algo así como el "Chico-Plutonio"), que aparece con un casco verde y el símbolo Pu en la parte frontal. A lo largo de la filmación el personaje explica cómo se descubrió el elemento y se insiste en que hay una imagen distorsionada de él (mientras el Chico Plutonio aparece con otros niños o da la mano al planeta Tierra).

La parte más polémica (min 7:25), el personaje aparece junto a un niño que bebe agua contaminada con plutonio y explica que el elemento no se puede disolver en el agua y cae al fondo. A continuación, el "Chico Plutonio" añade que aunque se beba agua todos los días, como el plutonio no se absorbe, sale al exterior. Aunque se bebiera agua con plutonio, explica el personaje mientras el niño bebe agua contaminada, como no la asimila el organismo, no se correría ningún peligro.

La minimización de los efectos del plutonio continúa en otros puntos del vídeo. Se admite que es extremadamente tóxico (aunque "no es tan venenoso como el cianuro", dicen) y se explica que emite rayos alfa, que son incapaces de atravesar un papel, y tampoco los puede absorber la piel cuando se toca. En caso de ingestión, asegura el personaje, el organismo no lo asimila y es excretado. Lo peligroso es respirarlo o que pase al torrente sanguíneo y se añade que no se han descrito casos de cáncer producido por plutonio en humanos, al contrario que con otros elementos, como el radio, que sí se sabe que es cancerígeno.

El vídeo muestra también las medidas de seguridad de las centrales, para evitar que los "malos" accedan al plutonio y explica que el plutonio de las centrales no sirve para hacer bombas (hay que enriquecerlo) y que si lo arrojan al mar no pasa nada porque no se disuelve en el agua y cae al fondo. La mala imagen del plutonio, insisten, se debe a que se exageran sus peligros. Con los nuevos reactores, explica el vídeo mientras un grupo de niños da la mano al "Chico Plutonio" viendo la salida del sol, se quema una cantidad mayor de plutonio y eso lo convierte en una poderosa fuente de energía. En resumen, explican, el plutonio es la fuente de energía del futuro, "un compañero en el que se puede confiar".

En realidad, los efectos del plutonio a nivel medioambiental son bien conocidos y sus efectos sobre la salud mucho más peligrosos que lo que se dice en el vídeo. Es cierto que es mucho más letal inhalarlo que ingerirlo, pero en el vídeo se minimizan sus efectos. La grabación recibió críticas de numerosas instituciones internacionales, incluidas agencias de energía, y de la prensa extranjera.

* Vídeo traducido con la ayuda de Jesús Espí.

Ver también: Así explica Japón a sus niños la crisis nuclear (vídeo)

Actualización: En Pink Tentacle tienen una explicación del vídeo minuto a minuto (en inglés)


Fuente:

La Información

29 de marzo de 2011

Construir una cámara Hasselbald de cartón que hace fotos de verdad

Hasselblad-Carton

Kelly Angood explica en 35mm Pinhole Hasselblad, cómo ha construido una cámara estenopeica estilo Hasselblad con un poco de cartón, pegamento y película de 35 milímetros. Los planos de esta estilosa réplica en PDF de la clásica cámara los publicará en su web en las próximas semanas.

Hasselblad-Misc

(Vía Gadget Lab.)

Anotaciones relacionadas



Tomado de:

Microsiervos

El rechazo social duele igual que un daño físico

El dolor físico y los sentimientos intensos que causa el rechazo social nos “lastiman” de la misma manera, según desvelan hoy investigadores de la Universidad de Michigan (EE UU) en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). El estudio demuestra que las mismas regiones del cerebro que responden a las experiencias sensoriales dolorosas se activan durante las experiencias intensas de rechazo social.

“Estos resultados dan un nuevo significado a la idea de que el rechazo social hace 'daño'”, explica Ethan Cross, psicólogo y autor principal del artículo. “Derramarse encima una taza de café caliente, y pensar acerca del rechazo que sentimos al mirar la fotografía de una persona con la que hemos roto recientemente una relación involuntariamente, causan tipos de dolor muy diferentes”, añade.

Para llegar a esa conclusión, Cross y sus colegas reclutaron a 40 personas que habían sufrido una ruptura amorosa en los últimos seis meses, y que manifestaban que al pensar en su experiencia de la ruptura se sentían intensamente rechazadas. Cada participante completó dos tareas en el estudio, una relacionada con sus sentimientos de rechazo y otra en las que se les generaba un estímulo doloroso pero tolerable similar a cuando se tiene en la mano una taza de café caliente.Los participantes llevaron a cabo todas las tareas mientras eran sometidos a escáneres de Imagen por Resonancia Magnética funcional (fMRI por su sigla en inglés).

“Encontramos que los fuertes sentimientos de rechazo social activaban las regiones del cerebro que están involucradas en la sensación del dolor físico, y que rara vez aparecían activadas en los estudios de neuroimágenes de la emoción”, señaló Cross. Concretamente, tanto la experiencia dolorosa como el rechazo social ponían en funcionamiento neuronas de la corteza somatosensorial secundaria y la ínsula dorsal posterior.

Los autores señalan que los resultados dan la razón a la sabiduría popular, ya que prácticamente en todas las culturas se usan términos similares —"dolor", "herir", "lastimar"...— para describir las experiencias del dolor físico y las del rechazo social.

Fuente:

Muy Interesante

Lea también:

El rechazo social perjudica la salud

Las primeras rocas del sistema solar eran como algodón de azúcar

Las primeras rocas de nuestro Sistema Solar se parecían más al algodón de azúcar que a la roca dura que se nos presenta hoy en día, según una investigación publicada en la revista Nature Geoscience.



El trabajo, realizado por investigadores del Imperial College de Londres y otras instituciones internacionales, proporciona la primera evidencia geológica para apoyar teorías previas, basadas en modelos de ordenador y experimentos de laboratorio, acerca de cómo se formaron las primeras rocas. El estudio añade peso a la idea de que el primer material sólido en el Sistema Solar era frágil y extremadamente poroso y que se compactó en períodos de turbulencia extrema, formando los bloques de construcción que prepararon la forma de planetas como la Tierra.

El doctor Phil Bland, autor principal del estudio del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College de Londres, dice: "Nuestro estudio nos hace aún estar más convencidos de que las tempranas rocas de condrita carbonosa fueran formadas por la turbulenta nebulosa a través de la que viajaron hace miles de millones de años, en gran parte de la misma manera que las piedras en un río se alteran cuando se someten a alta turbulencia en el agua. Nuestra investigación sugiere que la turbulencia causó que estas partículas tempranas se compactaran y endurecieran con el tiempo para formar primero las rocas pequeñas".

Los investigadores llegaron a estas conclusiones después de llevar a cabo un análisis muy detallado de un fragmento de asteroide conocido como un meteorito de condrita carbonosa (en la imagen), que llegó a la Tierra desde el cinturón de asteroides entre Júpiter y Marte. Se formó originalmente en el Sistema Solar cuando microscópicas partículas de polvo chocaron y quedaron pegadas, uniéndose en torno a grandes granos o partículas llamadas cóndrulos, de alrededor de un milímetro de tamaño.

Para analizar la muestra de condrita carbonosa, el equipo utilizó una técnica de difracción de electrones. Los investigadores observaron el patrón de interferencia resultante usando un microscopio para estudiar las estructuras internas. Esta técnica permitió a los investigadores estudiar la orientación y la posición de cada una de las partículas que se había unido en torno a los cóndrulos. Encontraron que los granos recubrían los cóndrulos en un patrón uniforme, lo que se deduce que sólo podría ocurrir si esta piedra pequeña fue sometida a las perturbaciones en el espacio, posiblemente durante estos períodos de turbulencia.

El equipo también definió un nuevo método para cuantificar la cantidad de compresión que la roca había experimentado y deducir la estructura original de la roca frágil.

El doctor Bland añade: "Lo emocionante de este enfoque es que nos permite - por primera vez - reconstruir la historia cuantitativa de acreción e impacto de los materiales más primitivos del sistema solar con gran detalle. Nuestro trabajo es otro paso en el proceso para ayudarnos a ver cómo se formaron los planetas rocosos y las lunas que conforman parte de nuestro Sistema Solar".

Fuente:

Europa Press

No hay dos personas iguales, ni siquiera los gemelos idénticos

El ADN no es estático y puede cambiar a lo largo de la vida.



Al igual que ocurre con los copos de nieve, no hay dos personas iguales, ni siquiera aunque sean gemelos idénticos. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de la Universidad Western Ontario en Canadá tras analizar un millón de marcadores de gemelos idénticos que derivan de un solo cigoto y que, en principio, coinciden en todos sus rasgos. La investigación, que buscaba descubrir la secuencia genétia de la esquizofrenia, aparece publicada en la revista online PLoS ONE.

No hay dos personas iguales, ni siquiera los gemelos idénticos

N. Geographic
Desarrollo embrionario de gemelos

El genetista molecular Shiva Singh analizó alrededor de un millón de marcadores de gemelos idénticos en los que solo uno de los dos hermanos sufría esquizofrenia. «El riesgo de desarrollar esquizofrenia es mucho mayor si un hermano, la madre o el padre tiene la enfermedad», explica el científico. «Creíamos que los gemelos monocigóticos eran genéticamente idénticos, por lo que si uno de los dos tiene esquizofrenia, el riesgo de que el otro la tenga también debe ser el 100%, si es que todo se debe a los genes. Sin embargo, los estudios en los últimos años han demostrado que el riesgo de la enfermedad en ambos gemelos es sólo del 50%», apunta. Esto significa que o bien los gemelos que creíamos idénticos no lo son o que la enfermedad familiar implica otros factores no genéticos.

El ADN puede variar

Con esta investigación, Singh y su equipo creen que han demostrado que los gemelos monocigóticos no son genéticamente idénticos. El investigador señala que el 12% del ADN puede variar en los individuos. «Las células se multiplican a medida que nos desarrollamos y se diferencian. Más importante aún, estas céulas pueden perder o adquirir ADN adicional. El genoma no es estático».

El psiquiatra Richard O'Reilly, que ha participado en la investigación, espera que el estudio favorezca la comprensión de la esquizofrenia y ayude a encontrar mejores tratamientos contra la enfermedad.

Fuente:

ABC España

28 de marzo de 2011

Radioactividad

Tomado del GRAN blog: "La pizarra de Yuri". Esto es sólo el inicio usted encontrará en el blog el artículo completo.

Física nuclear básica: sobre los elementos con numerito, las unidades de medida peculiares y la naturaleza de la radioactividad.

Con los accidentes nucleares de Fukushima, que siguen sucediendo, hemos visto surgir de nuevo el temor arcano a la radioactividad y hemos oído hablar de un montón de cosas extrañas. Muy notablemente, de esas unidades de medida raras como los sieverts o los grays y sobre todo de esos elementos aún más raros, aquellos que olvidábamos enseguida en el instituto, seguidos por un numerito para acabar de empeorarlo: yodo-131, cesio-137 y otras cosas que ya sólo sonaban de aquello otro que pasó en Chernóbyl. ¿De qué va todo esto? ¿Por qué y cuándo es peligroso? ¿Qué es, exactamente, la radioactividad?

De la naturaleza de las cosas

Lámina de oro-100, donde se han resuelto los átomos individuales organizados en su estructura metálica. Imagen obtenida con un microscopio de barrido por efecto túnel cuántico modelo Omicron Low Temperature STM, de RHK Technology electronics. Universidad Tecnológica de Eindhoven (Holanda), 2006.

Lámina de oro-100, donde se han resuelto los átomos individuales organizados en su estructura metálica. Imagen obtenida con un microscopio de barrido por efecto túnel cuántico modelo Omicron Low Temperature STM, de RHK Technology electronics. Universidad Tecnológica de Eindhoven (Holanda), 2006.

Tú, yo y todo lo que tocan nuestras manos y ven nuestros ojos está compuesto fundamentalmente de materia y energía, que vienen a ser dos caras de la misma moneda. Ninguna de ellas es superior o inferior a la otra, como creen algunos; y, por mucho, la más compleja y estructurada es la materia.

Recordarás, seguro, que la materia que conocemos normalmente está organizada en forma de átomos, a menudo combinados en forma de moléculas. La rama de la ciencia que los estudia es la física atómica. Te acordarás también de que un átomo está compuesto por un núcleo de protones y neutrones más un cierto número de electrones en orbitales situados alrededor. Se suele decir que los electrones definen las propiedades químicas de la materia mientras que el núcleo define las propiedades físicas; esto no es exactamente riguroso y habría que hacer unos cuantos matices importantes, pero para hacernos una idea sencilla de lo que estamos hablando ya va bien.

El núcleo atómico es un lugar muy interesante; lo estudia la física nuclear. Entre otras cosas importantes, la composición del núcleo atómico define qué son las cosas. Así, como suena. El factor clave es el número de protones, llamado número atómico. Por ejemplo, cuando un átomo tiene seis protones en su núcleo, es carbono y no puede ser ninguna otra cosa. Si gana otro protón, y el número sube a siete, entonces deja de ser carbono por completo y se convierte en nitrógeno, un gas a temperatura ambiente. Si aún consigue otro más, o sea ocho, es oxígeno. Y así sucesivamente. Los átomos de oro, pongamos por caso, presentan 79 protones en su núcleo. Pero si algo tiene 80, entonces es mercurio. Y si fueran 78, sería platino.

Se deduce fácilmente que el elemento más básico de todos los posibles es el hidrógeno, cuyo núcleo sólo tiene un protón (si tuviera cero, no habría núcleo y por tanto no habría átomo; algunas veces, a los neutrones libres se les ha llamado el “elemento cero” bajo el nombre neutronio). Por ser el más básico de todos, el núcleo de hidrógeno es el que “más fácilmente aparece”; y debido a esta razón el hidrógeno es también el elemento más abundante del universo. De hecho, fue casi el único que generó el Big Bang –demasiado primario para producir cosas mucho más complejas– antes de que los procesos de nucleosíntesis dieran lugar a todos los demás. Estos procesos de nucleosíntesis que crearon el resto de átomos complejos se dieron –y se siguen dando –, sobre todo, en el corazón de las estrellas. Es, por tanto, rigurosamente cierto aquello tan bonito de que somos polvo de estrellas. Los átomos que nos componen y que definen lo que somos se forjaron en sus hornos termonucleares a partir del hidrógeno primordial, a lo largo de millones de años, mucho antes de que llegaran hasta aquí para formar planetas y se sumaran a nuestros cuerpos y nuestra realidad.

Representación simbólica de un átomo de helio, con detalle de su núcleo compuesto por dos protones y dos neutrones.

Representación simbólica de un átomo de helio, con escala y detalle de su núcleo compuesto por dos protones y dos neutrones. (Clic para ampliar)

¿Y los neutrones? Los neutrones son, entre otras cosas, los estabilizadores de los núcleos atómicos. Se da la circunstancia de que los protones –todos los protones, por el hecho de serlo– tienen carga eléctrica positiva (+1). Como cargas iguales se repelen, los protones tienden a repelerse fuertemente entre sí y por sí solos son incapaces de constituir núcleos atómicos. Los neutrones, con su carga eléctrica neutra (cero), estabilizan el núcleo atómico y éste permanece unido mediante la interacción fuerte o cromática, una de las cuatro fuerzas fundamentales en este universo.

A la suma de protones y neutrones en un núcleo se le llama número másico. Este número másico es la cifra que estamos viendo estos días detrás del nombre del elemento, como yodo-131 o cesio-137 (también expresado 131I o 137Cs). Resulta que, como te he contado, un elemento tiene que mantener siempre el mismo número de protones para seguir siendo ese elemento; pero el número de neutrones puede variar, dando lugar a números másicos distintos. Estas variaciones en el número de neutrones de un mismo elemento (o sea, de un mismo número de protones) se llaman isótopos.

Es decir: para un mismo elemento (mismo número de protones) pueden existir varios de estos isótopos (distinto número de neutrones). ¿Y qué pasa cuando modificamos el número de neutrones? Pues que, como hemos dicho antes, sus propiedades químicas se mantienen porque éstas dependen fundamentalmente de los orbitales electrónicos, que no varían. Es decir, a nivel químico, sigue siendo la misma cosa: carbono, nitrógeno, yodo, cesio, oro, uranio, lo que sea. Pero sus propiedades físicas pueden alterarse radicalmente. Un núcleo atómico estable, tranquilo y buen chico puede transformarse en un monstruo radiológico al cambiar su composición isotópica, o sea su número de neutrones. Por fuera sigue pareciendo lo mismo, pero por dentro ha alterado completamente su manera de interactuar con la realidad. Como en El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.

Los tres isótopos naturales del carbono: carbono-12 (6 protones y 6 neutrones), carbono-13 (6 protones y 7 neutrones) y carbono-14 (6 protones y 8 neutrones). En los tres casos es carbono, tiene el aspecto de carbono y se comporta químicamente como carbono, por tener seis protones (y forma parte de nuestro organismo, por ejemplo). Sin embargo, sus propiedades físicas varían. Por ejemplo, mientras que el carbono-12 y el carbono-13 son estables, el carbono-14 es inestable y radioactivo: emite radiación beta, uno de sus neutrones "extras" se transforma así en un protón y el núcleo se convierte en nitrógeno-14 (que tiene 7 protones y 7 neutrones), con el aspecto y las propiedades del nitrógeno (por tener 7 protones). Dado que la mitad de la masa del carbono-14 pasa a ser nitrógeno-14 cada 5.730 años aproximadamente (más o menos lo que llevamos de civilización humana), la presencia de este isótopo natural resulta especialmente útil para la datación precisa de objetos históricos.

Los tres isótopos naturales del carbono: carbono-12 (6 protones y 6 neutrones), carbono-13 (6 protones y 7 neutrones) y carbono-14 (6 protones y 8 neutrones). En los tres casos es carbono, tiene el aspecto de carbono y se comporta químicamente como carbono, por tener seis protones (y forma parte de nuestro organismo, por ejemplo). Sin embargo, sus propiedades físicas varían. Por ejemplo, mientras que el carbono-12 y el carbono-13 son estables, el carbono-14 es inestable y radioactivo: emite radiación beta, uno de sus neutrones "extras" se transforma así en un protón y el núcleo se convierte en nitrógeno-14 (que tiene 7 protones y 7 neutrones), con el aspecto y las propiedades del nitrógeno (por tener 7 protones). Dado que la mitad de la masa del carbono-14 pasa a ser nitrógeno-14 cada 5.730 años aproximadamente (más o menos lo que llevamos de civilización humana), la presencia de este isótopo natural resulta especialmente útil para la datación precisa de objetos históricos.

Radioisótopos en las playas del Archipiélago de la Realidad

El "Archipiélago de la Realidad". En este universo, sólo son posibles determinadas combinaciones de protones y neutrones para formar núcleos estables (el "Continente de la Estabilidad" e, hipotéticamente, la "Isla de la Estabilidad"). Alrededor, un infinito "Mar de la Inestabilidad" donde los núcleos atómicos no pueden existir. Entre unos y otros, las "Playas de la Inestabilidad", donde sólo pueden existir durante un tiempo determinado. Estos últimos son los isótopos radioactivos.

El "Archipiélago de la Realidad". En este universo, sólo son posibles determinadas combinaciones de protones y neutrones para formar núcleos estables (el "Continente de la Estabilidad" e, hipotéticamente, la "Isla de la Estabilidad"). Alrededor, un infinito "Mar de la Inestabilidad" donde los núcleos atómicos no pueden existir. Entre unos y otros, las "Playas de la Inestabilidad", donde sólo pueden existir durante un tiempo determinado. Estos últimos son los isótopos radioactivos. (Clic para ampliar)

No todas las combinaciones de protones y neutrones resultan estables. Por ejemplo, un núcleo atómico con diez protones y cien neutrones, o viceversa, no puede llegar a existir. De hecho, sólo unas pocas llegan a constituir núcleos estables por completo, capaces de perdurar indefinidamente: la materia común que conocemos. Los núcleos atómicos muy grandes, con muchos protones y neutrones, nunca llegan a ser verdaderamente estables (aunque algunos pueden llegar a durar mucho tiempo, tanto como muchas veces la edad del universo).

Si el núcleo de hidrógeno es el más basico de todos, con su único protón, el último isótopo de este cosmos auténticamente estable es el plomo-208: presenta 82 protones (por eso es plomo) más 126 neutrones. Por encima de él, todos son inestables en mayor o menor medida. (Para más información sobre los elementos extremos, echa un vistazo al post Aquí creamos elementos nuevos)

Se dice que todas las infinitas combinaciones de protones y neutrones que no pueden constituir núcleos atómicos de ninguna manera constituyen el Mar de la Inestabilidad. Por el contrario, las combinaciones que dan lugar a núcleos estables o bastante estables conformarían el Continente de la Estabilidad y puede que la Isla de la Estabilidad. O, al menos, así llamó a todo esto Glenn Seaborg. En el límite entre estabilidad total e inestabilidad total se encontrarían las combinaciones inestables. Como si dijéramos, en las playas de este Archipiélago de la Realidad.

Estas combinaciones inestables, los isótopos inestables, tienden a liberar materia o energía por varias vías distintas para transformarse en otros que sean más estables o estables por completo. Esto es la radioactividad. Por eso, los núcleos de los isótopos inestables se llaman también radionúclidos. Es decir, núcleos que emiten radiación y así adquieren más estabilidad. Muy a menudo, los isótopos inestables no saltan de golpe a isótopos estables; sino que lo van haciendo en distintos pasos, de isótopo inestable en isótopo inestable hasta que alcanzan la estabilidad. Esto es la cadena de desintegración.

Valores de radiación ambiental en España tomados por la Red de Estaciones Automáticas del Consejo de Seguridad Nuclear el 26/03/2011, expresados en μSv/h. Puede observarse que la "radiación de fondo" en un día típico como este oscila entre los 0,08 μSv/h del País Vasco hasta los 0,19 μSv/h de Pontevedra, debido a su diferente configuración geológica. Datos actualizados en http://www.csn.es/index.php?option=com_maps&view=mappoints&Itemid=32&lang=es

Valores de radiación ambiental en España tomados por la Red de Estaciones Automáticas del Consejo de Seguridad Nuclear el 26/03/2011, expresados en μSv/h. Puede observarse que la "radiación de fondo" en un día típico como este oscila entre los 0,08 μSv/h del País Vasco hasta los 0,19 μSv/h de Pontevedra, debido a su diferente configuración geológica. Datos actualizados en http://www.csn.es/index.php?option=com_maps&view=mappoints&Itemid=32〈=es (Clic para ampliar)

En la naturaleza, en el cosmos, en el planeta Tierra todos los elementos se presentan bajo la forma de distintos isótopos; unos son estables y otros no. Los isótopos inestables que aparecen en la naturaleza emiten radiación, y esta constituye buena parte de la radioactividad natural. El universo entero está lleno de esta radioactividad natural y nuestro planeta no es una excepción. Las estrellas, por ejemplo, son furiosas emisoras radiológicas. Como el Sol.

Los planetas y la vida, en cambio, sólo pueden llegar a formarse cuando el nivel de energía es relativamente bajo (y por eso, para empezar, es tan difícil obtener buenas fuentes de energía abundante en la superficie de un planeta como el nuestro). Si el nivel de energía fuera muy alto, el planeta pasaría a estado plasmático y desaparecería; o, incluso con cifras mucho más bajas, toda vida resultaría esterilizada para siempre. En la práctica, los planetas están compuestos muy mayoritariamente por isótopos estables; es decir, no radioactivos. Además, como con el paso del tiempo los isótopos inestables van transformándose en estables, en un planeta determinado cada vez van quedando menos radioisótopos naturales y por tanto se va generando menos radioactividad natural. Entonces viene cuando surge una especie inteligente –más o menos–, descubre todo esto y se le empiezan a ocurrir cosas que hacer.

El alquimista atómico

Cuentan que el alquimista buscaba la piedra filosofal para, entre otras cosas, transmutar el plomo en oro. Y al final lo consiguió, cuando aprendió física atómica y se hizo ingeniero nuclear.

Hoy en día, los alquimistas modernos –físicos, químicos e ingenieros nucleares– transmutan habitualmente unos elementos en otros, unos isótopos en otros y hasta crean elementos nuevos. Lo que pasa es que, por ejemplo, convertir plomo en oro cuesta un pastón en forma de energía y al final resultó que no salía a cuenta. El oro nuclear no se diferencia en nada del oro vulgar –si no, no sería oro sino otra cosa distinta– y sale muchísimo más caro. Sin embargo, en el proceso descubrió algunas posibilidades enormemente más preciadas que el oro, desde la medicina nuclear hasta las armas nucleares. Los humanos, que somos así.

Y otra cosa más, de un valor inmenso, tanto que resulta difícil de describir. En la superficie de un planeta donde la cantidad de energía fácilmente disponible es ya muy baja, por los motivos que comenté más arriba, las ciencias y tecnologías del átomo le permitieron concebir una fuente de energía monumental: la energía nuclear. En la actualidad, producimos grandes cantidades de energía mediante la fisión del núcleo atómico, en las centrales nucleares. Y para el futuro, planeamos utilizar el mismo método que usa el Sol y las demás estrellas: la fusión del núcleo atómico en centrales termonucleares.

La central nuclear de Cofrentes, vista desde la lejanía (Clic para ampliar)

La central nuclear de Cofrentes, vista desde la lejanía (Clic para ampliar)

Tan bueno salió el queso que sus riesgos nos incomodaron. Venga, en serio, resulta difícil discutir las ventajas de la energía nuclear, incluso la más atrasada de fisión. Para empezar es increíblemente potente, capaz de echar gigavatio tras gigavatio sin conocimiento, llueva, truene o haga calor. El combustible es hasta cierto punto difícil de obtener, y caro, pero una vez conseguido se puede regenerar una y otra vez durante miles de años. Proporciona potencia base en estado puro. En condiciones normales no contamina casi nada y sus residuos se pueden manipular en forma sólida, a diferencia del gigantesco desastre ambiental y climático ocasionado cada día más por los combustibles fósiles como el carbón y el petróleo. Se puede instalar sin destrozar por completo grandes parajes naturales. Sus posibilidades de futuro son enormes, por la vía de la fisión y sobre todo por la de la fusión. Y hasta genera un montón de riqueza local y puestos de trabajo cualificados incluso en lugares donde no abundan mucho.

Dicen también que sale muy barata, pero yo eso no lo tengo tan claro y las últimas noticias que van llegando de lugares como Olkiluoto o Flamanville (y aquí) no me ayudan a cambiar de opinión. Los posibles costes ocultos, que al final siempre pagamos entre todos, tampoco están claros: hasta el día de hoy, aún estoy por ver un informe público donde se totalicen los costes de una central nuclear desde el día en que a alguien se le ocurre la idea hasta la noche en que ya no queda nada para ver ni allí ni en ningún otro sitio. Para la mayoría de países no proporciona la tan cacareada independencia energética; simplemente, cambia los proveedores tanto de tecnología como de materiales. Su excelente respeto al medio ambiente durante la producción normal queda oscurecido por el problema de los residuos radioactivos. Y luego, claro, está el eterno asunto de la seguridad, ahora mismo en pleno ojo del huracán con lo sucedido en Fukushima.

Peligro nuclear

No es mentira decir que las centrales nucleares son muy seguras, incluso extremadamente seguras. Pero tampoco lo es afirmar que, cuando sucede lo impensable, los efectos de un accidente nuclear se extienden mucho más en el tiempo y en el espacio que los de la mayoría de siniestros. En estos días, he visto a gente incluso tratando de compararlos con accidentes de tráfico, que sin duda causan muchos más muertos al año. Eso es una falacia: los efectos de un accidente de tráfico no se extienden a lo largo de miles de kilómetros cuadrados y, treinta años después, no quedan contaminantes peligrosos en las tierras agrícolas de los alrededores.

Sin embargo, no es falaz comparar los accidentes nucleares con algunos accidentes industriales a gran escala, y notablemente con los que esparcen gran cantidad de contaminantes químicos. Que, por cierto, están compuestos por isótopos estables e intrínsecamente no desaparecen nunca (aunque, si se trata de moléculas compuestas, se pueden degradar con el tiempo). Como lo de Bhopal, que sigue contaminando. También quisiera recordar en este punto a las incontables víctimas de envenenamiento por arsénico en Bangladesh y otros lugares, ocasionadas cuando la población local se vio obligada a cavar miles de pozos más profundos porque el agua potable es cada vez más escasa. Y otros muchos más.

No obstante, cuando una central nuclear casca… bien, pues existe un riesgo cierto de que escape al medio ambiente una gran cantidad de contaminantes muy extraños, algunos de los cuales son radioactivos y unos pocos furiosamente radioactivos. Resulta que, en los procesos nucleares mencionados más arriba, se producen gran cantidad de esas transmutaciones del alquimista que dan lugar a toda clase de isótopos raros e inestables. De hecho, toda la energía nuclear es una de estas transmutaciones del alquimista: convertir uranio o plutonio (o deuterio y tritio, cuando se alcance la fusión) en otras cosas, aprovechando la energía liberada en el proceso para producir calor, calentar agua y con ella mover turbinas eléctricas. (De lo del torio ya hablaremos en otra ocasión, que no es ni con mucho como lo pintan algunos.)

Yodo común (mayoritariamente yodo-127 estable) en estado sólido. El yodo-131 es inestable, radioactivo y se considera cancerígeno.

Yodo común (mayoritariamente yodo-127 estable) en estado sólido. El yodo-131 es inestable, radioactivo y se considera cancerígeno. Durante un accidente nuclear, suele escapar del reactor en forma gaseosa.

Los isótopos más comunes que se generan como consecuencia de estas reacciones nucleares en un reactor típico de uranio (térmico), son los siguientes por orden de abundancia: cesio-134/135 (6,8%), yodo-135/xenón-135 (6,3%), circonio-93 (6,3%), cesio-137 (6,1%), tecnecio-99 (6,1%), estroncio-90 (5,8%), yodo-131 (2,8%), prometio-147 (2,3%) y samario-149 (1,1%); más una retahíla de otras sustancias, ninguna de las cuales alcanza el 1%.

La mayor parte de estos productos son venenosos, pero se dispersan demasiado para que su toxicidad química sea muy relevante fuera de la instalación. El principal problema, claro, es que la mayoría son radioactivos. Es decir, radioisótopos inestables que liberan energía potencialmente peligrosa y en caso de accidente nuclear se esparcen por el medio ambiente. De todos ellos, los que más miedo dan son los que son o pueden convertirse en potentes emisores de radiación gamma. ¿Qué es esto de la radiación gamma?

Tipos de radioactividad

Te conté más arriba que los núcleos inestables tienden a liberar materia o energía por varias vías distintas para transformarse en otros que sean más estables o estables por completo, que esto es la radioactividad y que por eso se llaman radioisótopos o radionúclidos. Estas vías distintas son esencialmente cuatro, llamadas alfa, beta, gamma y neutrónica.

La radiación alfa (también llamada desintegración alfa o decaimiento alfa) son grupos de dos protones y dos neutrones que escapan típicamente de los átomos grandes e inestables. Así, no se distinguen en nada del núcleo de un átomo de helio corriente, pero están desprovistos de los dos electrones que este elemento presenta normalmente; es decir, se hallan doblemente ionizados. Tienen una energía típica relativamente alta, del orden de cinco megaelectronvoltios, pero se detienen con facilidad. La piel humana los para e incluso una simple hoja de papel; protecciones sencillas como mascarillas de celulosa, monos de material plástico, gafas de seguridad y guantes de goma bastan para defenderse de ellos. Lo que es una suerte, porque cuando entran dentro del organismo resultan extremadamente peligrosos, mucho más que la radiación beta o gamma que vamos a ver a continuación. Ninguno de los productos que hemos mencionado emite radiación de este tipo, así que para el caso no nos preocupa mucho.

Capacidad de penetración en materiales de los distintos tipos de radioactividad. (Clic para ampliar)

Capacidad de penetración en materiales de los distintos tipos de radioactividad. Imagen suministrada por el gobierno japonés a la población durante los accidentes nucleares de Fukushima. (Clic para ampliar)

La radiación beta (decaimiento beta) son electrones o su partícula de antimateria, los positrones. Ya comentamos cuando hablábamos del Mar de Inestabilidad y el Continente de Estabilidad que los núcleos con una diferencia muy grande entre su número de protones y su número de neutrones son imposibles. De hecho, cuando un núcleo atómico tiene demasiados neutrones (carga 0), uno o varios de ellos se quieren convertir en protones (carga +1) y para ello generan y expulsan uno o varios electrones (carga -1). Y al revés: cuando un núcleo atómico tiene demasiados protones (carga +1), uno o varios de ellos se transforman en neutrones (carga 0) y para ello expulsan uno o varios positrones (esa carga +1 que les sobraba). Así, el núcleo se estabiliza expulsando energía en forma de estas partículas beta (β o β+).

La radiación beta suele ser relativamente menos peligrosa. Es unas cien veces más penetrante que la alfa, pero eso sigue sin ser mucho. Una lámina de papel de aluminio la detiene eficazmente y su capacidad de afectar a la materia viva es entre diez y mil veces menor que la de las partículas alfa, incluso cuando los radioisótopos que la emiten son aspirados o ingeridos. Provoca característicamente quemaduras superficiales e irradiación de la piel u otros tejidos próximos al exterior, dado que sólo puede penetrar unos pocos milímetros en el cuerpo humano. Hace falta una gran cantidad de radiación beta, y muy potente, para causar daños graves a la salud.

La radiación gamma, en cambio, es la peste. No es más que radiación electromagnética, o sea fotones, como la luz visible o los ultravioletas; pero a frecuencias muy altas y con una energía pavorosa. A diferencia de las dos anteriores puede atravesar cantidades significativas de materia y por supuesto un cuerpo humano entero. Dependiendo de su energía, hacen falta varios centímetros de materiales densos como el plomo o el hormigón para detenerla. Interacciona con la materia, incluyendo la materia viva, por tres vías distintas: efecto fotoeléctrico, efecto Compton y creación de pares. Cada una de estas interacciones suele provocar a su vez electrones o positrones secundarios que constituyen una dosis adicional de radiación beta en sí mismos.

Una protección radiológica sencilla: un "castillo de plomo" montado con bloques de este material en torno a una fuente radiológica de un laboratorio.

Una protección radiológica sencilla: un "castillo de plomo" montado con bloques de este material en torno a una fuente radiológica de un laboratorio.

En las sustancias que nos ocupan, la radiación gamma se origina como efecto secundario de la emisión de radiación beta porque el núcleo resultante suele quedar excitado y necesita aliviarse eyaculando, digo emitiendo radiación gamma hasta alcanzar el estado más estable. Dado que penetra todo el organismo y no está compuesta por partículas con masa, sus efectos son más difusos y hace falta una gran cantidad de radiaciones gamma para provocar quemaduras como las características en el decaimiento alfa o beta. Sin embargo, prácticamente toca todas las células del organismo, acelerando la ruleta del cáncer y otras enfermedades asociadas a la radiación.

Los rayos X son una forma de radiación gamma de baja energía.

La radiación neutrónica está compuesta, como su nombre indica, por neutrones libres que escapan de los procesos de fisión o fusión del átomo. Los neutrones así producidos tienen una energía cinética muy grande y son capaces de atravesar metros de plomo u hormigón. Hace falta una cantidad significativa de estas sustancias o de agua para que se paren. Cuando los neutrones alcanzan otra materia, como la materia viva por ejemplo, chocan con los núcleos de sus átomos y los desplazan y alteran en cascadas de colisiones. También puede deteriorarla directamente por efecto Wigner.

La radiación neutrónica resulta excepcionalmente peligrosa porque tiene la capacidad de convertir otras cosas en radioactivas. Esta especie de contagio se llama activación neutrónica. Vamos, que puede hacer que tus ojos se vuelvan radioactivos, por decir algo, y es francamente malo para la salud ir por la vida con unos ojos radioactivos. Por fortuna, ninguna de las sustancias de las que estamos hablando emiten radiación neutrónica. Para recibirla, tienes que exponerte directamente a un proceso de fisión o fusión nuclear, que es lo que ocurre dentro del reactor (o de una bomba). A menos que el reactor quede abierto al exterior no deberías encontrarte con ella.

La radioactividad no es una energía mágica maligna capaz de hacerlo todo, penetrarlo todo y matarlo todo como parecen creer algunos. Es un fenómeno físico sometido a leyes físicas. Específicamente, no puede producirse en ausencia de los radioisótopos que la generan. Por tanto, cuando hablamos de contaminación radioactiva, hablamos fundamentalmente de contaminación de radioisótopos. Aunque las emisiones de algunas formas de radioactividad extremadamente energéticas pueden llegar muy lejos, como en el caso de los brotes cósmicos de rayos gamma, en el nivel terrícola que nos ocupa se puede decir que si no hay radioisótopo no hay radioactividad.

¿Por qué es peligrosa la radioactividad? Pues porque como toda energía puede desarrollar trabajo, y tú no quieres que nada trabaje incontroladamente los átomos que te constituyen. Y los que forman tu ADN, aún menos. La radioactividad provoca quemaduras, daña severamente algunos órganos importantes como la médula espinal, el sistema gástrico o el sistema nervioso, altera el ADN y el sistema reproductivo y puede ocasionar cáncer y malformaciones hereditarias.

Lea el artículo completo en;

La Pizarra de Yuri

El mundo científico avala la fórmula para crear vacunas contra todas las enfermedades infecciosas

La prestigiosa revista estadounidense Chemical Reviews publica este lunes el importante hallazgo científico del colombiano Manuel Patarroyo: los principios químicos que permitirán crear vacunas sintéticas para prevenir prácticamente todas la enfermedades infecciosas existentes en el mundo.

El hallazgo de Patarroyo llega después de 30 años de investigaciones y ahora, con la publicación en Chemical Reviews, el colombiano logra el aval del mundo científico.

Patarroyo, que fue el descubridor de la primera vacuna contra la malaria, ha hallado los principios químicos que permitirán crear vacunas sintéticas para prevenir prácticamente todas la enfermedades infecciosas existentes en el mundo.

Se trata de "un decálogo de principios, de reglas, que cuando se aplican permiten producir vacunas contra las distintas enfermedades que existen en el mundo, podremos así cubrir prácticamente las 517 enfermedades infecciosas", afirmó el científico a la agencia EFE.

El científico halló estos principios, que evitarían a futuro millones de muertes en el planeta, a partir del descubrimiento de su primera vacuna contra la malaria, en 1986, y desarrollar después el fármaco de segunda generación con cobertura superior al 90% en ensayos con monos.

De esas 157 enfermedades, sólo quince tienen vacuna, motivo por el que Patarroyo y su equipo de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIIC) afrontaron "el problema desde el punto de vista de la química", un hito en la ciencia ya que las únicas existentes se desarrollaron a partir de la biología.

Una vez introducido el microbio en el organismo a través de la picadura del mosquito y alcanzado el hígado, "reconocimos las proteínas o moléculas que el parásito utiliza para pegarse a las células que va a infectar y luego averiguamos su estructura química tras hacerlas fragmentos", relató el reconocido doctor.

"Eso, per sé, es un gran descubrimiento, pero esos fragmentos no se pueden utilizar como vacunas porque el sistema de defensas es ciego, no los ve", agregó, al explicar que esa ceguera del sistema inmunológico es la que permite a los microbios esconderse en el organismo.

La solución fue modificar los fragmentos a través de la química, es decir, crear proteínas sintéticas e idénticas a las de las únicas partes del microbio capaces de adherirse a los glóbulos rojos para después cambiar el orden de los componentes.

Esta fórmula deja visibles las moléculas antes irreconocibles por el sistema inmunológico.

Molécula productora de anticuerpos

El científico lo explica con palabras sencillas: "Darle la vuelta a los deditos de las manitas del microbio" para hacerlos visibles, en alusión a las únicas partes que se pegan a las células porque el resto del parásito no contagia y por tanto no sirve para la elaboración de la vacuna, al no garantizar la prevención de la enfermedad al cien por cien.

"Así la molécula (copiada químicamente y después modificada) se vuelve altamente productora de anticuerpos, de defensas, y puede ser utilizada como vacuna", matizó.

Si bien estas conclusiones parten del estudio de la malaria, Patarroyo ha demostrado que esos principios sirven para contrarrestar el resto de males infecciosos.

El colombiano trabaja fundamentalmente con el microbio de la malaria porque, entre otros motivos, es uno de los más destructores por la rapidez con la que se propaga al interior del organismo: "Hay cerca de 500 millones de casos al año y de esos casi tres mueren, la mayoría niños menores de cinco años en África".

Tras el último descubrimiento, se podrá aplicar a la tuberculosis, papiloma humano, dengue, hepatitis C o lepra, sólo por citar algunas de las enfermedades más comunes de entre el medio millar de infecciosas, "que en total provocan anualmente la muerte a 16 millones de personas", indicó el científico.

Fuente:

Cadena Ser

La primera hoja artificial

Una célula solar que simula el proceso de fotosíntesis de las hojas para convertir la luz y el agua en energía de forma muy barata y limpia. Esta “hoja artificial” se ha dado a conocer en la 241 Reunión Nacional de la Sociedad Química Americana, según un artículo publicado en Science Daily.

"Una hoja artificial ha sido uno de los santos griales de la ciencia durante décadas, y nosotros creemos haberlo logrado", asegura su responsable, Daniel Nocera, un químico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de EEUU.

El dispositivo, del tamaño de una carta de póquer, pero más delgado, se basa en el silicio, la electrónica y los catalizadores, unas sustancias que aceleran las reacciones químicas. Asimismo, necesita para funcionar unos tres litros y medio de agua y la luz del sol. Las reacciones dividen el agua en sus dos componentes, hidrógeno y oxígeno, que se almacenan en una pila de combustible para producir electricidad.

Según Nocera, su hoja artificial podría producir electricidad suficiente para abastecer una casa en un país en desarrollo durante un día, dijo Nocera. En este sentido, el experto del MIT señala que el objetivo de su equipo es que cada hogar se convierta en su propia central eléctrica: "Uno se puede imaginar aldeas de India y África dentro de no mucho tiempo comprando un sistema asequible de energía basado en esta tecnología."

El concepto de “hoja artificial” se creó hace más de una década por John Turner en el Laboratorio Nacional de Energía Renovable de EE.UU. en Boulder, Colorado, pero sus materiales eran muy caros e inestables. Nocera asegura haber superado estos inconvenientes.

Fuente:

QUO

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0