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15 de julio de 2010

¿Por qué a la mayoría de varones les gusta el fútbol?


La respuesta piede estar en la manera de pensar, o ¿es la sociedad la que condiciona nuestra manera de pensar? Lea:
Bien, antes de contestar la pregunta de por qué a los hombres les gusta más el fútbol y las mujeres prefieren las telenovelas los programas del corazón, hay que hacer una puntualización.
Esta explicación habla de promedios. Es decir, todo el mundo conocerá a mujeres que adoran el fútbol y que detestan las películas románticas. Pero, en promedio, conocerá a más hombres fanáticos del fútbol que de las telenovelas. De igual modo, si bien cada vez hay más mujeres que son aficionadas al fútbol, ni mucho menos encontramos el grado de afición, casi compulsión, que hallamos en muchos hombres.
Hechas estas aclaraciones, vayamos al meollo. Os voy a hablar de dos clases de cerebros. El cerebro masculino y el cerebro femenino. O lo que es lo mismo: la mente sistematizadora y la mente empatizadora.
Todo empieza en el útero materno. Si medimos el nivel de testosterona presente en el útero materno en el primer trimestre de gestación de un bebé, observaremos una correlación muy fuerte: en los niños hay presente más testosterona fetal que en las niñas, pero entre los niños que tenían más testosterona fetal, una vez nacidos, miraban menos a los ojos a los demás.
Este estudio fue realizado por Simon Baron-Cohen en Cambridge, junto a su discípula Svetlana Lutchmaya, tras filmar 29 niñas y 41 niños de 12 meses de edad para analizar con qué frecuencia el bebé miraba a su madre a la cara. Las niñas, pues, eran las que más miraba las caras de sus madres.
Junto con otra discípula, Jennifer Conellan, estudiaron entonces a bebés de edad más temprana: de sólo 1 día de vida. Situaron frente a 102 bebés de 24 horas de vida dos cosas que mirar: su propia cara o un móvil físico-mecánico de aproximadamente el mismo tamaño y la misma forma que una cara.
Incluso recién nacidos, las niñas prefirieron las caras. Los niños, el móvil.
Así pues, da la impresión de que la relativa preferencia por las caras, que poco apoco se va tornando en una preferencia por las relaciones sociales, está de algún modo presente desde el principio. Puede que la distinción entre el mundo social y el físico sea una clave decisiva de cómo funcionan los cerebros humanos.
Los psicólogos evolutivos han empezado a sospechar que las personas aplicamos instintivamente dos procesos mentales para interpretar el mundo, lo que Daniel Dennett ha denominado psicología popular y física popular.
Los hombres se interesan más por la física popular. Las mujeres, por la psicología popular.
Suponemos que un futbolista se mueve porque “quiere” moverse pero que una pelota de fútbol se mueve sólo porque le dan una patada. Hasta los bebés expresan sorpresa cuando los objetos parecen desobedecer las leyes de la física: cuando los objetos se mueven unos a causa de otros, cuando da la impresión de que unos objetos grandes caben en unos más pequeños, o cuando los objetos se mueven sin que los toquen.
En la próxima entrega de este artículo os expondré más pruebas que avalan esta diferenciación mental relativa al sexo.
Fuente:
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