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3 de febrero de 2010

Nuevos pasos hacia el “polvo inteligente”


Miércoles, 03 de febrero de 2010

Nuevos pasos hacia el “polvo inteligente”


Minúsculos sensores digitales unen el mundo físico con la informática


Recientes investigaciones computacionales basadas en sensores apuntan hacia el nacimiento de una nueva generación de dispositivos inalámbricos, cada vez más pequeños y autosuficientes, que podrían revolucionar el mundo de las telecomunicaciones. El llamado "polvo inteligente" serviría, por ejemplo, para controlar la temperatura y humedad de un hospital, o para alertar sobre posibles desastres naturales como terremotos.


Corpora TMOT. Fuente: everystockphoto

Científicos de universidades y empresas están desarrollando pequeños sensores digitales que, diseminados por todo el mundo y conectados a redes informáticas de gran alcance, serían capaces de transformar la manera en que nos relacionamos con nuestro entorno. Al menos eso es lo que se desprende de un análisis publicado en el diario estadounidense The New York Times.

Podría parecer una visión sacada de una película de ciencia ficción y sin embargo está cada vez más cerca de convertirse en una realidad palpable. Algunos ambiciosos proyectos de investigación aproximan el concepto de “polvo inteligente” a las rutinas de la sociedad de la información. Pero, ¿qué es esto del polvo inteligente?

El término en inglés “smartdust”, introducido por el profesor de la Universidad de California Kristofer Pister en 2001, designa una red inalámbrica de minúsculos sensores microelectromecánicos, robots o dispositivos que pueden detectar, controlar y medir no sólo el movimiento, sino también la temperatura, la contaminación química o los cambios biológicos. De este modo, pueden usarse para gestionar el consumo energético de un edificio, para alertar del mal estado de construcciones como puentes o carreteras, e incluso, para detectar cuando maduran o se echan a perder ciertos productos comestibles en el mercado.

Cada dispositivo está compuesto por sensores, circuitos que computan, tecnología de comunicaciones sin hilos bidireccional y una fuente de alimentación. Tradicionalmente las baterías han sido el principal quebradero de cabeza para los investigadores. Tanto es así que un ingeniero de Intel Labs en Seattle, Joshua Smith, llegó a afirmar que para albergarlas en lugar de polvo, “los nódulos del sensor tendrían que ser del tamaño de pomelos”.

Sin embargo, esta barrera energética parece estar difuminándose a pasos agigantados. El propio Smith participa en un proyecto que pretende ampliar el volumen de trabajo potencial que pueden manejar los sensores y la distancia a la que se pueden comunicar sin baterías. Su investigación se basa en la tecnología comercial para la identificación a distancia RFID, a la que se suma un acelerómetro (instrumento diseñado para medir aceleraciones) y un chip programable. Todo concentrado en solo unos milímetros de espacio.

“Un sistema nervioso central para la Tierra”

El año pasado, Hewlett-Packard comenzó un proyecto llamado Central Nervous System for the Earth, una iniciativa que prevé integrar un billón de sensores del tamaño de una chincheta por todo el mundo en los próximos 10 años. En un comunicado publicado en noviembre de 2009, los investigadores de HP anunciaban que habían desarrollado sensores con acelerómetros que eran hasta 1.000 veces más sensibles que los detectores de movimiento comerciales utilizados en Nintendo Wii o en ciertos teléfonos inteligentes.

Sin embargo, estos sensores inteligentes, podrían plantear un dilema ético sobre las enormes posibilidades de uso que ofrecen. Los servicios secretos de todo el mundo ya los utilizan pero su extensión a otros ámbitos y fines quizá supondría una intromision ilegitima en la privacidad de los individuos. En 2008, Tendencias 21 publicó la noticia del nacimiento de una nueva tecnología de Identificación por radiofrecuencia llamada Nox Defense, un sistema de vigilancia que permite esparcir tags o etiquetas RFID del tamaño de granos de arena en cualquier lugar, persona u objeto, para controlar sus movimientos. El invento fue un encargo del FBI (la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos), aunque muchas empresas se plantean la posibilidad de extenderlo al sector empresarial para prevenir robos.

Lea el artículo completo en:

Tendencias 21
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