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19 de enero de 2010

El autocontrol es contagioso


Martes, 19 de enero de 2010

El autocontrol es contagioso


¿Puedes resistirte a un bombón de chocolate estando a dieta? ¿Y cumplir tus propósitos de año nuevo para hacer ejercicio? Una nueva investigación de la Universidad de Georgia (EE.UU.) revela que tanto el autocontrol como la ausencia de él son contagiosos.


En una serie de cinco experimentos con voluntarios, la psicóloga Michelle vanDellen y sus colegas comprobaron que observar –e incluso recordar – a otras personas con gran autocontrol nos ayuda a responder de manera menos impulsiva. Por el contrario, las personas con escaso autocontrol nos influyen de manera negativa. “Este efecto contagioso es tan poderoso que el simple hecho de ver el nombre de alguien con buen o escaso autocontrol en una pantalla durante sólo 10 milisegundos cambia el comportamiento de los participantes”, asegura vanDellen, que ha publicado sus conclusiones en la revista Personality and Social Psychology Bulletin.

Así por ejemplo, en el primero de los experimentos, los investigadores les pidieron a 36 personas escogidas al azar que pensaran en un amigo que tuviese mal o buen autocontrol. Los que se mentalizaron en alguien que sí tenía una buena actitud, lograron persistir en una tarea que se les encomendó, mientras que los que evocaron a alguien que tenía un bajo autocontrol abandonaron la tarea antes de tiempo.

En otro experimento con más de un centenar de voluntarios, se pidió a la mitad de ellos que observaran a personas que se contenían eligiendo una zanahoria en vez de una galleta que estaba ubicada en un plato cercano, mientras otros miraban cómo un sujeto se dejaba llevar por la tentación y se comía la galleta. Los resultados de un test realizado a continuación mostraron que el primer grupo había adquirido mayor capacidad de autocontrol.

Las personas tienden a imitar el comportamiento de quienes les rodean, lo que explica por qué el tabaquismo, el abuso de las drogas y la obesidad tienen a expandirse rápidamente en los grupos sociales. Pero es la primera vez que se demuestra que el autocontrol y su ausencia también son conductas contagiosas. No obstante, advierte vanDellen, esto no debe ser una excusa para culpar a los otros de nuestros fallos. “La decisión en última instancia es siempre nuestra”, asegura.

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Muy Interesante
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